36. Gotitas de néctar: Pri­mero debe lavar todas las ollas

En Hyderabad, después de la conferencia en un paṇḍāl, un muchachito hindú pasó la noche con los devotos. A la mañana siguiente entró a la habitación de Śrīla Prabhupāda junto con los devotos ini­ciados y se sentó cerca de Prabhupāda. Tan pronto como Prabhupāda lo vio, apuntó hacia la puerta sin decir palabra alguna. El muchacho tampoco dijo nada, pero se levan­tó y se fue. Entonces Śrīla Prabhupāda se volvió hacia uno de los sannyāsīs y dijo: —Pri­mero debe lavar todas las ollas—. Explicó que Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura siempre había probado primero la sinceridad de al­guien que quería unirse pidiéndole que lava­ra ollas.
Entrevista con Śrutadeva dāsa

En Japón, Śrīla Prabhupāda viajaba en monorriel. Al principio el asiento enfrente de él estaba vacío, y Bhūrijana dāsa invitó a Prabhupāda a que subiese sus pies ahí, ya que los asientos estaban inconfortablemente apretados. El asiento vacío estaba en reali­dad reservado para otro de los discípulos de Prabhupāda, Bhānu dāsa. Momentos más tarde, las autoridades del monorriel insistieron en que cada quien debía sentarse en su propio asien­to. Bhūrijana entonces se volvió hacia Śrīla Prabhupāda, esta vez con inquietud.
—Śrīla Prabhupāda, disculpe, el devoto tiene que sentarse. ¿Podría retirar sus pies de loto?
—Sí —respondió Śrīla Prabhupāda—, qui­taré mis pies para que se pueda sentar el devoto de loto.
Entrevista con Bhūrijana dāsa

Śatadhanya Mahārāja estaba hablando con Śrīla Prabhupāda en su cuarto en Māyāpura, cuando descubrió que habían hormigas en el escritorio de Prabhupāda. Śatadhanya se puso de pie y empezó a aventarlas con su uttarīya (capa de sannyāsī). Sentado pacíficamente contra los coji­nes de la cabecera, Prabhupāda lo miraba, y co­mentó:
—Antes las hubieras matado, pero ahora no lo has hecho porque estás purificado.
Entrevista con Satya‑nārāyaṇa dāsa


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