42. Mucho más que un rey

Cuando Śrīla Prabhupāda estaba a punto de dejar Los Ángeles para hacer un viaje por el mundo en 1976, llamó a algunos de los devo­tos a su habitación.
—Abre mi almirā —le dijo a Rāmeśvara Swami, quien abrió el armario de metal que contenía la ropa de Śrīla Prabhupāda.
—¿Ves esas kurtās? —dijo Prabhupāda—. Saca una.
Rāmeśvara Swami sacó una de un co­lor naranja brillante.
—¿Te gusta esa?—preguntó Prabhupāda.
—Sí.
—Está bien. Esa es para ti.
Rāmeśvara estaba colmado por recibir el tesoro de un remanente de la ropa de Prabhupāda. Otros devotos también recibieron ropa y regalos de mano de Prabhupāda. Entonces ya era casi la hora de que él partiera para el aeropuerto. Con un elegante talento artístico, Prabhupāda se sentó en su escritorio y aplicó el tilaka vaiṣṇava en su frente. Rāmeśvara Swami pen­só para sí que todo acerca de Prabhupāda, la forma en que se sentaba o que caminaba, la manera en que se vestía, y la manera en que se ponía su tilaka, era completamente ma­jestuoso y opulento. Cuando Prabhupāda se levantó para salir de su habitación, Rāmeśvara expresó su apreciación.

—Prabhupāda, para nosotros usted es como un rey.
—Yo soy mucho más que un rey —di­jo Śrīla Prabhupāda, y subió las escaleras. Ahí lo esperaban cien devotos que lo acom­pañaron al aeropuerto en el momento en que iniciaba otra vuelta al mundo.
Entrevista con Rāmeśvara Swami


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