5. La belleza líquida




Personajes: 1) Príncipe; 2) Cintamani; 3) coro (cuatro integrantes); 4) guardia; 5) Cintamani delgada

Primera escena

(Entra el coro)
Coro: (Canción medieval acompañada con guitarra)
Popó popó popópopo...
“Había una vez un príncipe
muy fuerte y valeroso.
Era bello y muy rico
pero algo lujurioso.
(señalan al príncipe y él se molesta)

Y así este joven príncipe
andaba por el bosque
en busca de aventuras
montado en su corcel, corcel, corcel...
(se van)

Príncipe: Soy el príncipe más fuerte y valeroso y por cierto, muy hermoso; y he venido a pasear por el bosque en compañía de mi fiel corcel. ¡Oh!, ¡pero qué ven mis ojos!

(queda sorprendido) (música devocional con voz femenina)
Cintamani: (cortando flores) Con estas flores haré una guirnalda muy linda, y la llevaré al templo para ofrecerla al Señor Krishna, aquel que es adorado por grandes sabios y devotos puros.

Príncipe: Dime princesa, ¿cuál es tu nombre?

Cintamani: Mi nombre es Cintamani.

Príncipe: Oh Cintamani, pero ¿qué haces tan sola en este bosque? ¿No te da miedo de que te suceda algo? Aquí habitan fieras salvajes, como tigres, leones, serpientes, cocodrilos y ardillas. Pero no importa, yo estoy aquí para defenderte.

Cintamani: No tengo miedo, porque no estoy sola, se que la Providencia me protege.

Príncipe: ¡Oh, eres tan hermosa! Cintamani, eres tan hermosa. He quedado cautivado por tu delicada belleza, tus ojos son como pétalos de loto, tu rostro es como la luna llena y tu sonrisa es tan dulce como la halava. Por favor, ¿quieres casarte conmigo?

Cintamani: Pero príncipe, cómo puedes decir eso, si ni siquiera me conoces, sólo te estás fijando en mi aspecto externo, el cual es temporal. La verdadera belleza es interior, se encuentra en el alma.

Príncipe: Oh Cintamani, no trates de confundirme con esas palabras, lo único que se es que tenemos que casarnos y disfrutar juntos de este amor.

Cintamani: Por favor príncipe, escúchame, en el Bhagavad-gita se dice: “Así como en este cuerpo el alma encarnada pasa continuamente de la niñez a la juventud y luego a la vejez, de la misma manera el alma pasa a otro cuerpo en el momento de la muerte. El alma autorrealizada no se confunde por ese cambio”.

Príncipe: ¡¿Dónde están esas almas autorrealizadas, y esos cuerpos de belleza temporal?! Los destrozaré con mi espada.

Cintamani: Pero príncipe, trata de comprender.

Príncipe: ¡Oh Cintamani!, si tú no me das tu amor, me sentiré como un peral sin peras.

Cintamani: ¿Un peral sin peras? ¿Y cómo se siente un peral sin peras?

Príncipe: ¡Desesperado!

Cintamani: (se dirige al público) ¡Oh Dios mío, ¿qué puedo hacer para ayudar a este pobre hombre? Siendo Tu devota es mi deber ayudar a las almas condicionadas... ¡Ah!, ya sé. —Está bien príncipe, te concederé una cita, será dentro de un mes.

Príncipe: ¡Un mes! Oh no, es demasiado tiempo, moriría en la espera.

Cintamani: Está bien, será dentro de quince días. Nos encontraremos en mi castillo, que queda al final del bosque.

Príncipe: ¡Oh Cintamani! Soportaré los quince días, te daré mi anillo para que no dejes de pensar en mí en esta larga espera (se despiden). (Sabía que si no se deslumhraba por mi opulencia, caería tendida ante mi irresistible belleza).

Segunda escena

Narrador: (A telón cerrado) Durante esos quince días de espera, Cintamani ayunó y tomó purgantes para darle una lección al príncipe, (se abre el telón)

Coro: (cantando un rockblues)
Durante quince días
Cintamani ayunó,
y se purgó con frenesí,
tomó laxantes y purgantes
hasta que las tripas vació
y en vasijas de barro
con esmero allí guardó.

(se va el coro)
(Entra el príncipe —el solista del coro, tras bastidores, canta esta melodía triste, y el príncipe hace mímica, deshojando una margarita).

Coro: Se acerca ya la hora de verte, mi amor,
no sabes cuanto siento esta separación.
Ven pronto, ven.
Lágrimas fluyen de mis ojos
como torrentes de lluvia
y siento que un momento
son como doce años o más.
¡Cintamani! ¡Cintamani!

Tercera escena

Príncipe: ¡Por fin llegó el día! Hoy veré a mi amada Cintamani. Ese debe ser el castillo. ¡Guardia! ¡Guardia!

Guardia: ¿A quién busca, señor?

Príncipe: Busco a Cintamani, aquella muchacha que tiene el rostro como la luna llena.

Guardia: (llamando a la gente del palacio) ¡Buscan a la princesa Cintamani!

Cintamani delgada: Oh príncipe, eres tú.

Príncipe: No, aquí debe de haber alguna confusión. Yo busco a Cintamani, esa muchachita con ojos de loto. Usted debe ser su abuela. Por favor, llámela.

Cintamani delgada: No príncipe, soy yo. Mira, aquí está el anillo que me regalaste.

Príncipe: ¡Oh, es cierto! pero ¿qué pasó con toda tu belleza?

Cintamani: Príncipe, los líquidos de mi belleza han sido extraídos para que los disfrutes a tu entera satisfacción, los he guardado en unas vasijas de barro.

Príncipe: ¿Líquidos?.... Oh sí, dame esos líquidos, para beber ese néctar de tu belleza y así disfrutar eternamente.

(Cintamani se va y trae las vasijas con excremento y vómitos)
Cintamani delgada: Aquí están príncipe, son todo tuyos.

(El príncipe se acerca feliz y---)
Príncipe: Oh, ¡¡¿qué es esto?!! (quiere vomitar)

Cintamani: Esta es la belleza temporal a la cual estabas tan apegado. Traté de explicarte que la verdadera belleza se encuentra en el alma, pero tú no me escuchaste, es por eso que ayuné y tomé fuertes laxantes, y las estas impurezas que salieron de mi cuerpo las guardé en estas vasijas para que te dieras cuenta de lo miserable que es este cuerpo.

Príncipe: Tienes razón princesa, veo que he sido un tonto, tratando de disfrutar de algo temporal, pero dime, ¿de dónde sacaste todo ese conocimiento?

Cintamani: Lo aprendí de los devotos de Krishna. Si quieres yo te puedo llevar con ellos. Si te apuras, llegaremos pronto. Además, con este ayuno tengo hambre y me gustaría tomar prasadam.

Príncipe: Sí, vamos.

Coro: (la misma canción del principio)
Popó popó popópopo...
Así este joven príncipe
aprendió la lección:
No somos este cuerpo
sino alma espiritual
popó popó popópopo...
Fin

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