7. Doctor Aguilar



Personajes: 1) Dr. Aguilar; 2) esposa; 3) dos yamadutas; 4) Yamaraja; 5) hija; 6) Roberto (esposo de hija); 7) Dr. Ramírez; 8) secretaria; 9) devoto; 10) médico (accidente)

Narrador: Esta es la historia de un famoso doctor que utilizó todo su conocimiento de medicina para realizar asesinatos a indefensos niños, en la forma del aborto. Veamos lo que le sucedió...

Primera escena

Yamaraja: Yo soy Yamaraja, el superintendente de la muerte, y tengo que resolver algo inmediatamente. ¡Yamadutas!

Yamaduta 1: Sí, mi amo.

Yamaduta 2: ¿Llamaba, mi señor?

Yamaraja: Tengo un trabajito para ustedes, quiero que vayan al planeta Tierra, a la ciudad de (ciudad local) y me traigan a un personaje llamado el Dr. Aguilar.

Yamaduta 1: Con mucho gusto, señor.

Yamaduta 2: Ya regresamos, mi señor.

Segunda escena

Dr. Aguilar: Querida, con dos operaciones más de aborto que realizaré esta semana, te compraré el collar de diamantes y yo me compraré el yate para navegar por las islas del Caribe.

Esposa: ¡Qué dicha! ¡Pura vida!

(Caminan un poco, y se escucha el freno y la bocina de un automóvil y atropellan al Dr. Aguilar, el cual cae tendido).

Esposa: ¡Oh no! Han atropellado a mi esposo. ¡Auxilio, un médico! ¡Auxilio...! ¡Noooooo!

Médico: Esto es una emergencia, le tomaré la presión, está muy baja, ya casi no respira, le daré unos golpes para que reaccione..... Señora, ya no hay nada que hacer... acaba de morir.

Esposa: ¡No! ¡No!

(Aparecen los Yamadutas en medio de la confusión y se lo llevan, pero nadie los ve). (La esposa se queda llorando).

Tercera escena

Yamaduta 1: Señor Yamaraja, aquí le traemos su encarguito, ja ja ja ja.

Yamaduta 2: Esperaremos con ansias su veredicto, ja ja ja ja.

Dr. Aguilar: Pero ¡¿Dónde estoy?! ¿Quiénes son estos locos? ¡Quiero irme a mi casa!

Yamaraja: Tu casa está muy lejos, amigo. Ahora te encuentras en Pitrloka y todos los actos que hiciste en tu vida serán juzgados ahora mismo. ¡Yamadutas!, ¡tráiganme el curriculum del Dr. Aguilar!

Yamadutas: Si, mi amo. Aquí está.

Dr. Aguilar: ¡Quiero llamar a mi abogado!

Yamaraja: No creo que quiera venir aquí. Veamos, cuando tenías cinco años te gustaba atrapar las cucarachas y quemarle las patas... ¡Oh no! Y sus cuerpos los metías en la licuadora, en el jugo para tus hermanos! Por eso tendrás que ir 1.500 años al infierno Raurava, por hacer daño a otras entidades vivientes. Allí serás maltratado por los animales rurus, que son más envidiosos que las serpientes.

Dr. Aguilar: Pero... Pero... Yo era un niño, y tenía que divertirme de alguna manera... ¿o no?

Yamaraja: Se le pide al acusado que no hable hasta que así se le ordene. Veamos, cuando eras un joven, te aprovechabas de las sirvientas que trabajaban en la casa de tus padres, y te gustaban las películas y revistas pornográficas... Eso es el colmo, por esto tendrás que permanecer 2.352 años en el infierno Taptasurmi, donde tendrás que abrazar a una mujer hecha de hierro candente, y se te echará sal constantemente en las llagas.

Dr. Aguilar: Pero yo estaba creciendo y.....

Yamaraja: ¡Cállate! Cuando ingresaste a la universidad, te convertiste en un ateo, desviándote de todos los principios religiosos, por lo que tendrás que ir 3.186 años al infierno llamado Asi-patravana, donde serás azotado con látigos, huyendo del insoportable dolor, correrás de un lugar a otro donde te tropezarás con árboles de palma de hojas cortantes como espadas, con todo el cuerpo herido te desmayarás a cada paso, sin tener escapatoria.

Dr. Aguilar: A mí me gustaba la política, y la idea de Dios no encajaba en eso.

Yamaraja: Todo lo que diga el acusado, será usado en su contra. Veo que te gustaba mucho comer carne, inclusive organizabas grandes banquetes carnívoros, para colectar fondos para una sociedad atea que fundaste en la universidad. Esto te costará 4.302 años en el infierno conocido como Kumbhipaka, donde te freirán constantemente en aceite hirviendo.

Dr. Aguilar: ¡Pero todo el mundo come carne!

Yamaraja: ¡Cierra la boca!... ¡Oh, pero qué veo, esto es el colmo, en nombre del conocimiento médico te dedicaste a realizar asesinatos de indefensos niños en el vientre de sus propias madres... practicando operaciones de ABORTO!... Eres un asesino de los más bajos que hay. Tendrás que pagar 8.623 años en el infierno Maharaurava, donde tu cuerpo será atormentado y comido constantemente por animales salvajes, pero antes... ¡Tendrás que volver al planeta Tierra y nacerás en el vientre de tu propia hija para ser ABORTADO!... Eso es todo, buen viaje.

Dr. Aguilar: ¡Oh no! ¡Oh no!

Cuarta escena

Roberto (Esposo de la hija): Querida, por fin se murió el viejo zorro de tu padre, y podremos disfrutar de la herencia, de esa fortuna. Podremos ir a Miami, a Europa, nos compraremos el yate que el viejo de tu padre no pudo comprar... ja ja ja.

Hija: Roberto... Roberto... Hay algo que quiero decirte (llora).

Roberto: ¿Qué cosa? Ya sé, no quieres ir a Europa o a Miami. Bueno, iremos a otro lado... Donde tú quieras, mi amor.

Hija: No Roberto, no es eso... (llora)

Roberto: ¿Entonces?

Hija: La píldora... la píldora nos falló, estoy embarazada (llora).

Roberto: ¡Estúpida! (la golpea), tendremos que eliminarlo pronto, o nos arruinará los planes.

Hija: No querido, por favor, lo podemos criar. Yo lo llevaré conmigo al viaje y le compraremos sus cositas.

Roberto: ¡Qué dices, tonta! ¡Cállate! Ahora mismo iremos a ver al Dr. Ramírez, el socio de tu padre, él nos hará el favor, además es de confianza.

Hija: Por favor, no seas cruel, ese niño es el fruto de nuestro amor, ¿cómo puedes pensar en destruirlo? ¡Por favor, piensa un poco!

Roberto: (la agarra de los pelos) Cállate y vamos a ver al Dr. Ramírez.

Hija: ¡No! ¡No!

(Se escucha la voz del Dr. Aguilar que dice: “¡No me mates hija, soy tu padre! ¡Hija! ¡Hija...!)

Quinta escena

Secretaria: Trate de calmarse, señora, a esta clínica vienen cerca de cuarenta “mamás” al día, el Dr. tiene mucha experiencia.

Hija: (llorando) ¡No! ¡Mi bebé!

Roberto: Aquí viene el Dr. ¡Cállate!

Dr. Ramírez: ¿Cómo estás, Clotilde? Siento mucho lo de tu padre, pero así es la muerte, se lleva de nuestro lado a los seres queridos.

Hija: ¡No...! Snif, snif.

Roberto: Dr., por favor, quiero que sea lo que más rápido y efectivo.

Dr. Ramírez: Usted puede escoger, existe el método de succión... (Se oye la voz del Dr. Aguilar: “¡No! ¡El método de succión no!”) ...que es una aspiradora mediante la cual el feto, después de ser aspirado, sale despedido por pedazos por este conducto de la máquina. También está el método de soluciones químicas... (Voz del Dr. Aguilar: “¡No! ¡Soluciones químicas no! ¡Ese te lo enseñé yo!”) ...en donde el feto muere quemado o envenenado. Está el método del cuchillo... (Voz del Dr. Aguilar: “¡No! ¡Piedad! ¡Ese es muy doloroso!”) ...con el cual se le corta en pedacitos. ¿Cuál prefiere?

Hija: ¡Oh no...! (se desmaya)

(Voz del Dr. Aguilar: “¡Hija, no, no! ¡Soy tu padre, por favor!”)

Roberto: El primero está bien.

(Voz del Dr. Aguilar: “¡No, no! ¡Solución no!”. “¡Hija, hija!”)

(Se lleva a la hija y queda Roberto en la sala de espera, camina y mira el reloj. Después de un rato de espera aparece un devoto, y le predica (con mímica y música) y le entrega una revista del “Aborto”. Roberto se queda un poco confundido. Se escuchan gritos del Dr. Aguilar: “¡No, no! ¡;¡Ahhhh.”.!”)

Dr. Ramírez: (Sale con Clotilde) La operación fue un éxito, salió molido, ¿quiere llevarse el frasco de recuerdo o lo boto a la basura?

Roberto: !Dr....! ¡Dr...! Mire, hace un momento vino un muchacho de los Hare Krishna y me dio esta revista, que muestra claramente que el aborto es un crimen muy bajo.

Dr. Ramírez: Mire señor, yo soy un profesional en la medicina. He estudiado 16 años en la Universidad de Oxford, le exijo un poco de respeto. Usted a quién le va a hacer caso, ¿a la ciencia que todo lo sabe o a esos fanáticos Hare Krismas? (Roberto queda confundido)
Fin

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