6. Śrīla Prabhupāda dijo: Sobre la agricultura



Así que tomen más tierras y ocúpenlas en la agricultura, arando con bueyes en lugar de tractores. Los bueyes se pueden usar para arar y para transportar. Con varios bonitos carros de bueyes pueden ir de pueblo en pueblo predicando. Poniendo la finca en el centro, con cuatro carros de bueyes ustedes pueden ir hasta quince kilómetros para un lado, quince para el otro, etc. Vendan libros, prediquen, y vivan en paz en la finca. Antes al buey se lo usaba para este fin; así que no existía este problema de no saber en qué manera usarlos. Lo primero es que tenemos que acabar con estos métodos artificiales: los bueyes deben usarse para arar, para transportar y para moler granos y de este modo evitar de una forma natural la maquinaria, el petróleo...
Carta a Balavanta dāsa (1 marzo 1977)


Respecto a la finca en Nueva Orleans, no hagan azúcar. Hiervan el jugo de la caña hasta que se vuelva melaza. Pueden comer melaza en lugar de azúcar. Hiérvanla hasta que se vea granulada y guárdenla en recipientes cerrados. No traten de hacer azúcar para vender. Lo único que conseguirían es tener más problemas.
Carta a Jagadīśa dāsa (20 noviembre 1975)

Sí, si nuestros devotos casados no pueden distribuir libros, entonces que vivan en las comunidades agrícolas. Con un telar manual pueden producir hilo de coser, pueden hacer toda clase de actividades. Pero tienen que hacer algo, no sentarse ociosos, porque un cerebro ocioso es el taller del diablo.
Carta a Nityānanda dāsa (12 abril 1977)

Nuestras vacas son felices, por eso dan tanta leche. La civilización védica le da protección a todas las criaturas vivientes, especialmente a las vacas, porque ellas prestan un servicio muy grande a la sociedad humana en la forma de la leche, sin la cual nadie puede ser saludable y fuerte. En tu país se protege al perro y se mata a la vaca. El perro defeca y orina en la calle y aun así es considerado el mejor amigo del hombre; en la vaca todo es puro: el excremento, la orina y la leche; sin embargo la llevan al matadero para sacrificarla y comérsela. ¿Qué clase de civilización es ésta? Por lo tanto tienen que predicar contra este absurdo.

Carta a Rūpānuga dāsa (7 diciembre 1975)

Puedes visitar nuestros proyectos agrícolas en Nueva Vṛndāvana y en Port Royal (Pennsylvania). Ellos hacen todo muy bien, y tú puedes desarrollar tu finca en base a ese modelo. Es muy bueno que estés cultivando tus propios granos. Mi ambición es que todos los devotos se vuelvan autosuficientes mediante la producción de verduras, granos, leche, frutas, y flores, tejiendo sus propias telas en telares manuales. Esta vida simple es muy hermosa. La simple vida campesina ahorra tiempo para otras ocupaciones, como cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa.
 Carta a Tuṣta Kṛṣṇa dāsa (23 agosto 1976)

Cuando estuve en Francfort, me agradó ver las granjas llenas de vacas que rodean nuestro templo. Desafortunadamente las matan. Si pudiéramos desarrollar nuestro proyecto agrícola sin matanza de vacas, sería un gran ejemplo para el país. Si las dejamos vivir en lugar de matarlas, obtendremos muchos alimentos nutritivos llenos de vitaminas. En Nueva Vṛndāvana he visto lo felices que viven nuestros devotos, al aire libre, con hortalizas frescas y leche en abundancia, viviendo de forma sencilla en cabañas. ¿Qué más quieren? No debemos atender al cuidado del cuerpo, debemos dedicar tiempo a cantar Hare Kṛṣṇa. Debemos propagar esta misión. Ahorren tiempo y canten Hare Kṛṣṇa.

Carta a Haṁsaduta dāsa (9 julio 1974)

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