Capítulo Trece: El apego al “yo y mío”



Todas las glorias a Gadādhara y a Gaurāṅga, a Jāhnavā y Nityānanda.
Todas las glorias a Sītā y a Advaita, y a todos los devotos de Gaura.

Rendido de prema, Haridāsa recitó la última ofensa en el cantar del Santo Nombre:
Esta ofensa es la más ruin de todas. Con esta ofensa uno no puede obtener prema. Es la actitud exactamente opuesta a la entrega al Señor. Habiendo desechado las primeras nueve ofensas, los devotos deben cultivar la plena entrega al Nombre. Según las escrituras, hay seis tipos de entrega, las cuales son difíciles de explicar en detalle. En resumen, son como sigue:

1. Aceptar todo lo favorable para el servicio al Señor.
2. Rechazar todo lo desfavorable para el servicio al Señor.
3. Tener fe en Kṛṣṇa como nuestro protector
4. Saber que Kṛṣṇa es nuestro protector y sustentador.
5. Creerse bajo e indigno.
6. Ser entregado (rendido).

Si  no se cultivan estas actitudes mientras canta, uno simplemente acumulará materia en la vida. Se debe aceptar con deleite en la vida aquellas cosas que siempre ayudan a incrementar la devoción; rechazando con disgusto las cosas que obstaculizan la devoción; uno debe creer que de nadie más sino de Kṛṣṇa puede depender y que sólo Kṛṣṇa es su mantenedor. Y sentirse muy bajo y descalificado, sin posesiones. Como eterno sirviente de Kṛṣṇa, deseará hacer cualquier cosa que Kṛṣṇa desee. Creer que uno es el hacedor, el dador, el protector; que posee este cuerpo y esta casa, descendencia y esposa; sentirse un brahmāṇa o sudra, esposo o esposa, rey o ciudadano todo esto se ha de rechazar. En cambio, centrando sus pensamientos sobre Kṛṣṇa, uno debe pensar en Kṛṣṇa como el hacedor y el controlador, y que el deseo de  Kṛṣṇa es principio. Uno actuará como Kṛṣṇa desee, no como uno quiera hacerlo independientemente. “Por el deseo de Kṛṣṇa, permaneceré en este mundo, y por el deseo de Kṛṣṇa, traspasaré. Si hay dolor, si hay regocijo, también soy sirviente de Kṛṣṇa. Por su voluntad Kṛṣṇa dará la misericordia a las jīvas. Mi disfrute material y renunciación dependen todos de Kṛṣṇa”. Cuando esta actitud esta presente, es llamada ātmā-nivedana o plena-entrega.

Cuando estas seis clases de śaraṇāgati, (rendición) no están presentes en un individuo, él esta poseído de la ilusión de “yo” y “mío”. Tal persona es considerada un pícaro ruin porque está creyendo que él es el hacedor; que el mundo es suyo; que él es creador de su destino y el disfrutador de los frutos de sus actividades; que él es su propio protector y mantenedor: que éstos son su esposa, hermanos, hijo e hijas; por su propio esfuerzo, él puede alcanzar toda la perfección y gloria. Tal gente está orgullosa del poder de su conocimiento; no considerando el control del Señor, creen que por su propio cerebro pueden aumentar y expandir las artes y la ciencia.

Estas personas, si pueden escuchar las glorias del Nombre, no las creen; o, si cantan el Nombre de Kṛṣṇa, es por costumbre social. Siendo hipócritas y engañadores, pueden cantar el Nombre en hela-nāmābhāsa, pero nunca obtendrán prema. Esta ofensa se debe a estar fuertemente ligado por Māyā, y la liberación es muy difícil.

Sin embargo, uno puede ver que hay algunas personas que tomando el Nombre y alcanzando el nivel de suddha bhakti, han dejado el apego material completamente y humildemente adoran los pies de loto de Kṛṣṇa y cantan Su Nombre. Uno debe buscar a este tipo de personas, tomar su asociación y servirle con el deseo de dejar el apego material. Gradualmente, uno llegará a estar fijo en el Nombre, y el “yo” y “mío” se irán cuando uno trascienda el apego a Māyā. Dejando la mentalidad falsa, uno cultivará la entrega total, la posición constitucional de la Jīva y la naturaleza propia del bhakti. Por esto, uno puede lograr prema.

Alguien que abandone las diez ofensas y desempeñe correctamente el servicio devocional, es el más afortunado en los tres mundos, lleno de todas las cualidades y calificado para obtener la misericordia de Kṛṣṇa. Muy pronto, esa persona, por el canto del Santo Nombre, llegará al nivel de bhāva prema, por la misericordia de Kṛṣṇa. El Señor mismo estableció que, quienquiera que siga el Nombre sin ofensas, alcanzará prema; quienquiera que tome el Nombre sin abandonar las ofensas, nunca alcanzará el bhakti puro, a pesar de sus prácticas. La práctica de jñāna da la liberación, karma da el disfrute material; pero el Kṛṣṇa-bhakti puro y el prema está disponible solamente mediante la correcta ejecución del bhakti-sādhana. Como la liberación y el disfrute material son ambos insatisfactorios y como el bhakti es la única solución, la liberación real de la gloria de la jīva, la jīva debe obtener bhakti mediante la correcta ejecución del sādhana-bhakti, libre de las ofensas, el rastreador de bhakti producirá rápidamente el fruto del prema. Realizar el sādhana cuidadosamente significa hacerlos sin ofensas.

Por lo tanto, quien esté deseoso de obtener bhakti seguirá el Nombre, estando atento para evitar cada una de las diez ofensas y rogando fervientemente en su corazón, a los pies de loto del Santo Nombre, que le conceda la misericordia para destruir las ofensas. Uno nunca puede ser liberado de las ofensas al Nombre mediante prāyaścita o actividades piadosas, sino refugiándose nuevamente en el Nombre de continuo. Cantando día y noche, sintiéndose arrepentido, las ofensas se irán y el fruto del Nombre llegará: Uno obtendrá el śuddha-nāma, luego el bhāva-nāma y entonces, el prema-nāma.

Finalmente, para evitar que las ofensas entren en el corazón, orar por la misericordia del Señor Caitanya, quien está absorto en el néctar del Nombre.

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura, quien se ha convertido en el recipiente de los līlās de la devoción, por la gracia de Haridāsa, canta ansiosamente la piedra de toque del Santo Nombre.

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