El Yamunā es el río trascendental que fluye a través de Goloka Vṛndāvana, la morada original en el mundo espiritual y es el patio de recreo trascendental de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, Quien es la fuente de todas las encarnaciones. El Señor Kṛṣṇa disfruta allí eternamente con Sus devotos, encabezados por Su consorte eterna Śrīmatī Rādhārāṇī y Sus ocho amigas asistentes, a saber Lalitā, Viśākhā, Citradevī, Indulekhā, Campākalata, Raṅgadevī, Tuṅgavidyā y Sudevī. Algunos de los devotos más íntimos del Señor Kṛṣṇa se expanden en diferentes formas de modo de satisfacer y servir al Señor Kṛṣṇa de diferentes maneras.
Śrīla Rūpa Gosvāmī y Śrīla Baladeva Vidyābhūṣaṇa explican que el Yamunā es la forma líquida de Śrīmatī Viśākhādevī. El Río Yamunā puede purificar fácilmente al ser de todas las reacciones pecaminosas y bendecirlo con prosperidad material, simplemente por el hecho de pensar bañarse en sus aguas, mas el verdadero beneficio de entrar en contacto con su agua trascendental, es el logro de la devoción por Śrī Śrī Rādhā y Kṛṣṇa.
Aunque el Rādhā Kuṇḍa, Govardhana, Yamunā y otros sitios de pasatiempos de Goloka han existido eternamente, inconcebiblemente, en algún punto de la eternidad, fueron creados por el Señor Kṛṣṇa para el placer de Śrīmatī Rādhārāṇī.
La narración que se brinda a continuación, proviene del Garga Saṁhitā y del Brahmā Vaivarta Purāṇa.
Una vez, Śrīmatī Rādhārāṇī estaba sentada sola, aguardando la llegada del Señor Kṛṣṇa, cuando recibió información de que Él estaba disfrutando en un lugar apartado con Virajā. Al oírlo, Śrīmatī Rādhārāṇī, en un humor enojado acudió de inmediato a la casa de Virajā. Śrīdhāma se hallaba en la puerta del jardín de Virajā. Cuando Śrīmatī Rādhārāṇī llegó allí, Śrīdhāma Le impidió la entrada. Śrīmatī Rādhārāṇī demandó ver de inmediato a Virajā. Cuando ésta salió, Śrīmatī Rādhārāṇī de inmediato la conjuró a convertirse en un río y también a descender al mundo material. En ese momento el Señor Kṛṣṇa no se reveló a Sí Mismo y Rādhārāṇī regresó a Su propia casa. Seguidamente, Kṛṣṇa tomó a Virajā y disfrutó con ella en el bosque. Mientras Kṛṣṇa estaba disfrutando con ella, los siete hijos de Virajā los perturbaban con sus continuas luchas entre ellos. Virajā se enojó mucho con sus hijos y los conjuró para que se convirtieran en cuerpos de agua. Ella incluso los maldijo para que nadie pudiera beber de sus aguas y a no poder reunirse nuevamente entre sí hasta el tiempo de la disolución del universo material. Estos siete hijos se manifestaron como los siete océanos que rodean los siete divipas, a saber, el océano de agua salada, el océano de zumo azucarado, el océano de vino, el océano de ghī, el océano de yogur, el océano de leche y el océano de agua fresca. Luego el Señor Kṛṣṇa informó a Virajā que entonces era tiempo para que ella fuera al mundo material, pero que no debía temer, pues El siempre estaría cerca suyo y cuando El adviniera en la tierra, la tomaría como una de Sus esposas. Tras ofrecer sus reverencias una y otra vez al Señor Kṛṣṇa y a Goloka Vṛndāvana, Virajā inició su travesía en la forma del río Yamunā. Al irse alejando de Goloka Vṛndāvana, ella se encontró con el río Ganges, quien también provenía de otra parte de Goloka llamada Navadvīpa. Ella iba asimismo al reino material con el propósito de purificar a las entidades vivientes atrapadas allí. Las aguas trascendentales del Yamunā y el Ganges se mezclaron entre sí y viajaron como un solo río a través de Vaikuṇṭha (el mundo espiritual) hasta que eventualmente llegaron al borde del universo material. Cuando el Señor Supremo apareció en Su forma de Vāmanadeva en la arena sacrificial de Bali Mahārāja, El extendió Su pie izquierdo hasta la cobertura del universo y horadó la cobertura produciendo un orificio con la uña de Su dedo pulgar y así pues fluyeron las aguas trascendentales y descendieron sobre Dhruvaloka. Seguidamente, continuaron fluyendo en forma descendente hasta los planetas de los siete sabios (Marīci, Atri, Aṅgirā, Pulaha, Kratu, Pulastya y Vasiṣṭha). Tras ello, el Ganges (pues el Yamunā permanecía escondido en el agua del Gaṅgā) es llevado a través del espacio por ilimitados aeroplanos celestiales hasta la Luna y luego fluye en la morada del Señor Brahma, en la cima del Monte Meru, donde las aguas trascendentales se dividen en cuatro ramales, que fluyen en las cuatro direcciones. Esa Rāma que fluye hacia el sur, desciende en la cadena montañosa de los Himalayas, donde se separa el Yamunā y fluye en forma descendente hacia la montaña Kālindī (conocido en tal sentido como Kalindi, la hija de Kālindī) y aparece en la Tierra en un lugar de nombre Yamunotri, y desde allí fluye en dirección oriental pasando eventualmente a través de Indraprastha (Nueva Delhi). Desde allí, ella seguidamente llega al sitio donde el Goloka Vṛndāvana original (conocido en la tierra como Gokula) se ha manifestado. Al llegar a Gokula, ella comenzó a fluir muy lentamente a través de la tierra que fuera el sitio de recreo trascendental de su Señor Kṛṣṇa. Al llegar al sitio de Visramghata en Mathurā, ella se detuvo para descansar por un momento. Meramente para apreciar plenamente todo Gokula (Vṛndāvana-dhāma), ella se dividió en muchas ramas, algunas fluyendo alrededor de la Colina de Govardhana, Varsana, NandagRāma y los otros bosques de Gokuladhāma. Seguidamente, ella reinició lentamente y de modo reacio su travesía. Tras pasar por Mahāvana y dejar las orillas de Gokula Vṛndāvana, ella circuló hasta llegar a Prayāga, donde volvió a reunirse con el río Gaṅgā y sus aguas se mezclaron y fluyeron como un solo río atravesando la ciudad del Señor Śiva, Kāśī (Benares) fluyendo lentamente hacia Gupta Vṛndāvana, conocido como Navadvīpa-dhāma. A medida que entraban a los límites de Navadvīpa-dhāma, ellas disminuyeron la marcha para apreciar plenamente el Navadvīpa-dhāma de Śrī Caitanya Mahaprabhu, circularon lentamente alrededor del dhāma hasta comprender eventualmente que debían continuar su viaje. A medida que se aproximaban al gran océano de sal, todos los semidioses derramaron flores sobre ellas. En ese momento, Yamunā-devī dijo a Gaṅgā-devī: “Todas las glorias a ti, tú eres quien purifica a los tres mundos y has brotado de los pies de Loto del Señor Kṛṣṇa Mismo. Los tres mundos están cantando tus glorias. Desafortunadamente, ahora debo separarme de ti y regresar a Goloka Vṛndāvana. Oh Gaṅgā, por favor vete, no hay lugar en los tres mundos que pueda purificar a alguien tan rápidamente y plenamente como el simple entrar en contacto con tus aguas. Si te he ofendido de alguna manera, entonces por favor perdóname”. Śrī Gaṅgā replicó en las siguientes palabras: “Oh Yamunā, por favor acepta mis humildes reverencias, tú en efecto eres la purificadora de los tres mundos y te has manifestado del costado izquierdo del cuerpo del Señor Kṛṣṇa. Junto a todos en los tres mundos, siempre estoy orando por tu misericordia. Tú eres la propia fuerza vital del Señor Kṛṣṇa, de modo que ten la amabilidad de aceptar mis humildes reverencias a tus pies de loto, una y otra vez. Tu eres incluso adorada por los residentes de Goloka y aquel que entra en contacto contigo tiene garantizado el ingreso a los divinos pasatiempos celebrados en Goloka Vṛndāvana. Por orden del Señor Kṛṣṇa ahora descenderé a Pataloka y vacilo en acatar esa instrucción debido al temor de separarme de ti. Añoro ese tiempo en que pueda volver a reunirme contigo para servir a Śrī Śrī Rādhā Kṛṣṇa en Goloka Vṛndāvana. Caigo a tus pies de loto una y otra vez, suplicando el perdón por todas las ofensas cometidas por mí”. Así pues, Gaṅgā descendió a las regiones Oscuras, para purificar a las almas condicionadas atrapadas allí. Tras esto, Yamunā comenzó a fluir sobre el océano, cruzando lentamente isla tras isla, hasta llegar a la cadena montañosa de oro de nombre Lokāloka, iniciando el ascenso de la misma y volviendo a trazar su curso previo, de regreso a Goloka.
Atravesando Vaikuṇṭha, ella eventualmente ingresó nuevamente en Goloka. En ese momento, todos los semidioses de los mundos materiales y los residentes del mundo espiritual comenzaron a derramar flores y a entonar plegarias en glorificación del Yamunā, por cuya misericordia podemos atravesar fácilmente y muy rápidamente sobre el océano de la nesciencia y llegar a los pies de loto de Śrī Śrī Rādhā y Kṛṣṇa. (Estos pasatiempos de conjuros ocurrieron en el opulento reino de Goloka y no tienen nada que ver con los dulces pasatiempos del reino interior de Vraja-Vṛndāvana).