Por SS Guruprasād Swami
El Señor Supremo, Śrī Rāmacandra, es conocido como Ikṣvāku Kuladhana, la joya de la dinastía Ikṣvāku. Daśaratha, el padre del Señor Rāma era un gran guerrero. Él obtuvo su nombre, que literalmente significa 10 carruajes, porque peleaba para Indra y los semidioses, y a veces, para contrarrestar los poderes místicos de los demonios, luchaba en 10 direcciones desde su carruaje.
Daśaratha estaba muy preocupado. Aunque tenía una hija con su esposa Kauśalyā, no tenía ningún hijo varón ni con Kauśalyā ni con su otra esposa Sumitra. Él se acercó al rey Kaikeya y le pidió casarse con su joven hija Kaikeyī. (Daśaratha era muy anciano, y estaba preocupado de que si no tenía un hijo, la dinastía iba a terminar) Su dinastía era muy grande.
Ayodhyā era la ciudad más grande y maravillosa, y merecía un rey grandioso que gobernara en el futuro. Kaikeya estaba de acuerdo con entregar su hija únicamente si Daśaratha prometía que el hijo de Kaikeyī heredara el trono, incluso si después las otras esposas también tuvieran hijos. Daśaratha aceptó, luego, Kaikeyī se enteró de ello.
Daśaratha consultó a Vasiṣṭha Muni, el gran sabio y consejero personal del rey.
Él le dijo a Daśaratha que hiciera un Aśvamedha Yajña espectacular. Él comenzó los preparativos e invitó a todas las grandes personalidades y reyes. Le llevó un año construir los edificios para alojar a los invitados.
Vasiṣṭha le dijo a Daśaratha que en el pasado Sanat-kumāra lo había visitado y le había asegurado que una personalidad divina nacería en la dinastía. Esta personalidad protegería a todos y beneficiaría al planeta. Luego Sumantra, el ministro del rey, le recordó a Vasiṣṭha que Sanat-kumāra le había dicho que para ello debía realizarse un yajña especial, el putra-kamesti, el cual se lleva a cabo por un sacerdote que nunca vio o conoció una mujer hasta su matrimonio. ¿Cómo es que alguien sería así? ¿Quién nunca conoció o vio a su madre? Pero existía alguien, Risyasringa (literalmente, el venado con cuernos).
Risyasringa era hijo del sabio Vibondaka, quien vivía en el bosque. El sabio era un brahmacārī, pero una vez Indra, muy preocupado de que este poderoso sabio tomara su puesto, mandó a la Harṣa celestial de Brahmaloka para hacerlo caer.
Ella quiso hacerle tener un hijo pero no lo logró. Sin embargo, para complacerla, al final Vibondaka extrajo semen de su cuerpo y se lo entregó. Le dijo que hiciera lo que quisiera con él. Pero como el propósito de ella había fracasado y no quería tener hijos de esa manera decidió darle el semen a un venado para que lo comiese. La venada quedó embarazada y dio nacimiento a Risayasringa.
La venada entrego el niño a Vibondaka. El niño fue criado en el bosque y nunca tuvo oportunidad de ver a una mujer. Hasta que un día, el rey Romapāda envió a damas disfrazadas como brahmacārīs para atraer a Risyasringa mediante trucos a su reino. Finalmente Daśaratha, amigo de Romapada, le pidió Risyasringa que realizará el sacrificio junto con Vasiṣṭha Muni.
La aparición del Señor siempre es divya, no es ordinaria, y se necesita un deseo intenso para invitar al Señor a que aparezca.
Durante el sacrificio, el caballo fue colocado en el fuego y ascendió a los planetas celestiales. El putra-kamesti se realizó. Mientras tanto grandes cantidades de humo subieron y los semidioses vinieron encabezados por Brahmā. Los semidioses le dijeron a Brahmā que el malvado Rāvaṇa estaba devastando todo el mundo y el universo, y le pidieron para que interviniese.
Le señalaron a Brahmā que él mismo le había dado la bendición de que ningún deva podía matarlo. Pero Indra agregó que Rāvaṇa no pidió inmunidad de humanos o animales, ya que los consideraba incapaces de derrotarlo. Por lo tanto, Indra le pidió a Brahmā que implorara al Señor para que descendiera como un humano y como el hijo de Daśaratha. Esta es la razón por la cual las actividades del Señor Rāma se realizan como las de un ser humano ordinario, incluso Sus sentimientos.
Entonces Brahmā, que sabía que el tiempo para la encarnación del Señor se acercaba, se puso a meditar y le rogó al Señor para que apareciera. De repente, Garuḍa descendió del cielo, y todos los devas vieron al Señor Viṣṇu. Viṣṇu les aseguró que aparecería con Sus cuatro expansiones para aniquilar a los demonios y gobernar el mundo. Todos se sintieron aliviados. Esto sucedió durante el sacrificio. Por eso es que el yajña tenía que llevarse a cabo de manera tan especial. Nosotros también debemos comprender que lo mismo ocurre cuando agni-hotra está presente con el canto del Santo Nombre. El Señor aparece por medio de Su nombre y bendice directamente a los devotos que hacen los votos. Los vaiṣṇavas también los bendicen para que el Señor sea especialmente amable a sus peticiones para avanzar en Conciencia de Krṣṇa.
Un mensajero apareció del fuego, y dio ambrosía a Daśaratha. Él rey dio la mitad a Kausalya, su primera esposa y la otra mitad la dividió entre Kaikeyī, a quien él prometió el reino, y Sumitra. Luego que Kaikeyī tomó su ración le sobró algo y ese resto fue dado a Sumitra. Así pues, Śrī Rāma nació de Kausalya, Bhārata de Kaikeyī y Lakṣmana y Śatrughna de Sumitra, quien tuvo dos porciones. Todos ellos tenían formas hermosas y estaban dotados de todas las cualidades divinas. Todo el mundo sentía atracción por Ellos. Los devas y los gandharvas tocaban música y arrojaban flores a la Tierra para celebrar el advenimiento del Señor.
Śrī Rāma era tan hermoso y atractivo que Daśaratha no podía apartarlo de su visión. Lakṣmana no podía soportar la separación de Rāma, y Rāma tampoco podía soportar la de Lakṣmana. Existen pasatiempos ilimitados de Śrī Rāma, así como hay incontables olas en el océano. Voy a mencionar 3 de los pasatiempos más prominentes y una breve conclusión del Rāma-līlā.
Primero, la separación que sintió Daśaratha cuando Visvamṛta Muni, bajo su consentimiento, se llevó a sus jóvenes al bosque para que matasen a unos demonios. En ese momento Rāma y Lakṣmana aún estaban en el gurukula bajo la tutela de Vasiṣṭha Muni. Recién habían aprendido a usar el arco y la flecha. Daśaratha no podía concebir esa idea y se ofreció personalmente para matar a los demonios amigos de Rāvaṇa con tal de salvar a los muchachos que no tenían experiencia alguna en la guerra. Sin embargo, Visvamṛta insistió y forzó al rey a aceptar su idea. Vasiṣṭha Muni le informó a Daśaratha que Rāma era el Señor. Daśaratha, cubierto por Yogamāyā, no pudo entender esto, y quedó sorprendido. Aun así, no podía comprender la fuerza de Rāma.
Finalmente, los jóvenes príncipes se fueron con Visvamṛta. Ellos derrotaron a varios demonios y a la demonia Tataka. Luego Rāma mandó a Marīca al océano y mató al terrible Subāhu. Ellos se volvieron famosos y todos los sabios pudieron vivir en paz. Previamente, los demonios echaban excremento, pus, sangre y orina en los fuegos de sacrificio. Ahora los sabios podían nuevamente adorar con tranquilidad.
En el Śrīmad-Bhāgavatam Prāhlada Mahārāja ora al Señor Nṛsiṁhadeva:
oṁ namo bhagavate narasiṁhāya
namas tejas-teyase āvir-avirbhava vajra-nakha
vajra-daṁṣṭra karmāśayān randhaya randhaya
tamo grasa grasa oṁ svāhā; abhayam
abhayam ātmani bhūyiṣṭhā oṁ kṣraum
“Ofrezco respetuosas reverencias al Señor Nṛsiṁhadeva, la fuente de todo poder. ¡Oh, mi Señor, que posees uñas y dientes como rayos!, por favor, destruye nuestros demoníacos deseos de realizar actividades fruitivas en el mundo material. Por favor, manifiéstate en nuestros corazones y disipa nuestra ignorancia, de manera que, por Tu misericordia, podamos liberarnos del temor en la lucha por la existencia en el mundo material”.
Nuestros deseos materiales son demonios que atormentan los fuegos de sacrificio en nuestro corazón, y echan en el altar del santo nombre el polvo de los anhelos materiales acumulados, la paja del disfrute material y la arena de la especulación y la duda. Estos deseos son destruidos al meditar en Él como el objeto de nuestras acciones, pensamientos y palabras, y al depender totalmente en Kṛṣṇa y Sus expansiones.
Después, Visvamṛta llevó a Rāma a Mithilā, el reino de Janaka, padre de Sītādevī. Janaka les explicó cómo él encontró a su hija mientras preparaba la tierra cercana para realizar un gran sacrificio.
Ella era muy hermosa. Cuando aún era una niña, Su súper excelencia fue revelada cuando levantó el arco de Śiva con una mano, el cual no pudo ser movido ni por cientos de kṣatriyas poderosos. Janaka decidió que quien pudiera usar ese arco, sería apto para tener la mano de Sītā. Śrī Rāma lo levantó como una pieza de caña, y al tensarlo lo rompió. Śrī Rāma demostró que con el poder mundano, uno no puede poseer a Lakṣmī, pero por medio de Sus bendiciones o presencia, Ella se vuelve con facilidad la acompañante.
Más adelante, después de que la fama de Rāma se difundiera por todas partes, Daśaratha sintió que ya estaba viejo y decidió coronar a Śrī Rāma como el príncipe regente. No obstante, por el deseo interno del Señor, Kaikeyī, mal aconsejada por su enfermera y guardiana envidiosa, perdió confianza en Rāma y Daśaratha. Ella se acordó de dos cosas, una vez en una batalla para Indra, Daśaratha fue derrotado por flechas enemigas. Cuando estaba acostado y derrotado en su carruaje, Kaikeyī siendo la más hermosa y favorita esposa se encontraba ahí y con valentía fue a su lado en su carruaje y lo rescató. Como consecuencia, Daśaratha le ofreció a Kaikeyī dos bendiciones. Lo segundo que recordó fue que el padre de ella, Kaikeya, había hecho que Daśaratha estuviera de acuerdo en que su hijo sería rey, incluso si este no fuese el primer hijo. Daśaratha había olvidado esto.
Ella le demandó que Bhārata, su hijo, fuera coronado rey, y que Rāma fuera exiliado, porque ella temía que Rāma interfiriera con el reinado de Bhārata.
Daśaratha se enojó mucho y la condenó, pero tuvo que mantener su promesa. Rāma aceptó, y fue al bosque. Lakṣmana estaba listo para matar incluso a Daśaratha, su padre, y a Kaikeyī por su decisión pecaminosa, pero Rāma lo detuvo. La gente se había revelado, e incluso Bhārata reprimió a su madre. Sin embargo, este fue el deseo del Señor.
Nosotros podemos aprender de esto a ser tolerantes. Muchas veces somos dirigidos por personas incapaces y políticos que sin ninguna razón aparente están en el poder aunque no están cualificados... sumanda-matayo. Sin embargo, el mundo está diseñado para enseñarnos a depender de Rāma, o Kṛṣṇa. También podemos ver que aunque Rāma fue declarado la Persona Suprema e incluso derrotó a Paraśurāma ante los ojos de todos, Su familia no lo podía ver como la Persona Suprema, sino como su hijo, hermano, príncipe y persona favorita debido a la influencia de Yogamāyā. Y podemos ver que cuando uno siente amor por Dios, incluso cuando son piadosos, ese amor es superior a cualquier otro sentimiento, tal como Lakṣmana esperando matar incluso a su padre por ofender al Señor.
Lo más importante, como mencioné en el principio, es que Rāma tenía que aparecer como un ser humano. Él era eka-patnī, solo tuvo una esposa. Fue exiliado por 14 años. Actuó como un esposo atormentado al perder a Sītā. Parecía sufrir. Śrīla Prabhupāda dice que esto en realidad es viraha, o separación trascendental. Esto fue muy aparente a través de todo el exilio de Rāma, así que Él apareció como un ser humano ordinario. Y Su armada estaba compuesta de monos, ya que ellos también podían matar a Rāvaṇa. Estos monos eran semidioses encarnados para servir a la misión del Señor. Ellos tomaron esas formas para demostrar que por el deseo del Señor, un devoto puede ser apoderado para llevar cabo las tareas más maravillosas en cualquier posición que se encuentre.
Podemos relatar ilimitados pasatiempos de Rāma. Pero voy a parar aquí y tratar de mencionar otros en el día de Rāma-vijaya. Espero que esto añada algo a su celebración de Rāma-navamī, y que por la misericordia de Śrīla Prabhupāda, yo pueda contribuir en algo.
Gracias
ResponderEliminarJay Sri Sita Ram
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