El orgullo exige y culpa, la humildad ruega y espera


Bhagavad-gītā 11.4

“¿Por qué no avanzo lo suficientemente rápido?”. Esta pregunta a veces nos turba el corazón y nos hace sentir insatisfechos con nuestra vida espiritual.
Esta insatisfacción puede llevarnos a jugar sin darnos cuenta al juego de la culpabilización, en el que tratamos de encontrar un chivo expiatorio para nuestro lento avance espiritual. Por lo general, este juego de culpas mental encuentra uno o más de los siguientes tres objetivos:
1. Kṛṣṇa: “Él no es lo suficientemente compasivo ni lo suficientemente servicial”.
2. Bhakti: “Este proceso no funciona o no es lo suficientemente fuerte”.
3. Nosotros mismos: “Estoy demasiado caído; nunca avanzaré espiritualmente”.
Sin embargo, este juego de acusaciones nunca funciona, porque se desarrolla sobre una plataforma de error. Ninguna de las tres acusaciones anteriores que lanza la mente es cierta. Kṛṣṇa está súper ansioso de que regresemos a Él; el bhakti es el proceso supremamente potente para el avance espiritual y nunca estamos tan caídos como para ser espiritualmente irreformables. La plataforma de error en el juego de acusaciones es nuestra presunción equivocada: presumimos que merecemos el avance espiritual y nuestro juego de acusaciones es una exigencia indirecta de ese avance. Pero las exigencias proceden de la plataforma del orgullo, mientras que el bhakti se basa en la plataforma de la humildad, de aceptar que no merecemos el avance espiritual.
Cuando somos humildes, rogamos por la gracia divina que recompensa incluso a los que no la merecen y estamos dispuestos a esperar a que esa gracia nos sea otorgada según la dulce voluntad de Kṛṣṇa. Arjuna ejemplifica conmovedoramente esa actitud humilde en el Bhagavad-gītā ( 11.4 ) cuando busca un favor especial de Kṛṣṇa: "Si crees que estoy calificado, ten la bondad de concederme tu gracia".
Si Tú crees que soy capaz de ver Tu forma cósmica, ¡oh, mi Señor!, ¡oh, amo de todo poder místico!, entonces ten la bondad de mostrarme ese ilimitado Ser universal. – Bhagavad-gītā 11.4

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