Somos sólo extras en las tramas de otros


Bhagavad-gītā 14.28

A menudo nos preocupamos por lo que los demás piensen de nosotros, sin darnos cuenta de lo poco que piensan de nosotros. Solemos ser meros extras en sus tramas vitales. Veamos cómo.

Otros tienen sus propios sueños, obligaciones y problemas. Por lo tanto, viven en sus propios universos mentales y, en ellos, luchan por materializar sus tramas oníricas. En esas tramas, ellos mismos son los protagonistas principales y nosotros, los extras complacientes.

Comprender nuestra insignificancia para los demás no significa que nos volvamos insensibles con todos. Necesitamos relaciones. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, la facilidad y la reciprocidad para cultivar relaciones profundas con quienes son verdaderamente importantes para nosotros, debemos dedicarles la atención necesaria. Esta dedicación es especialmente vital para nuestra relación con nuestros devotos guías.

Sin embargo, en lugar de invertir de forma inteligente, a menudo nos obsesionamos con lo que otros, especialmente las personas mundanas, piensan sobre nuestra forma de vestir, hablar, comer, etc. El miedo a su desaprobación, especialmente a sus comentarios sarcásticos, a menudo nos impide vivir de acuerdo con los principios espirituales. Para liberarnos de este miedo, podemos recordarnos que somos extras para ellos; comentan sobre nosotros no porque estén profundamente preocupados por nosotros, sino porque les irrita nuestra negativa a ser extras serviciales en sus tramas. Al comprender esta realidad, podemos dejar de darles espacio extra en nuestro universo mental. Así, podemos encontrar equilibrio entre los elogios y las críticas del mundo, como recomienda el Bhagavad-gītā14.24 ).

La única persona que piensa constantemente en nosotros y, por lo tanto, merece un lugar destacado en nuestro universo mental es Kṛṣṇa. En Su plan, tenemos nuestro propio rol eterno. Reflexionar sobre cómo recuperar ese rol orientando nuestro estilo de vida hacia la devoción es la inversión más gratificante de nuestra energía mental.

La Suprema Personalidad de Dios dijo: ¡Oh, hijo de Pāṇḍu!, … que considera que la felicidad y la aflicción son iguales; que mira con la misma visión un poco de tierra, una piedra y un pedazo de oro; que tiene la misma disposición hacia lo deseable y lo indeseable; que es constante, encontrándose igual de bien en la alabanza y en la censura… se dice que ha trascendido las modalidades de la naturaleza. - Bhagavad-gītā 14.24

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