Páginas

Mientras queramos poner la materia bajo nuestro cautiverio, permaneceremos en su cautiverio


Bhagavad-gītā 15.3

Nuestros malos hábitos, nuestros apegos a las cosas materiales, suelen ser extremadamente difíciles de abandonar. La lucha resultante puede plantear la pregunta: «Soy un alma que, siendo consciente, es superior a la materia inconsciente. ¿Cómo puede entonces la materia inferior atarme?».

Porque nuestra conciencia está cautivada por los deseos inferiores, responde la sabiduría del Gītā.

El Bhagavad-gītā13.22 ) indica que nos enredamos en la materia debido al deseo de disfrutar de las cosas materiales (kāraṇaṁ guṇa-saṅgo ’sya). Este deseo desconecta nuestra conciencia de la realidad espiritual a la que pertenecemos, privándonos así de la felicidad eterna que disfrutamos al amar a Kṛṣṇa. No podemos vivir sin felicidad. Cuando perdemos nuestro vínculo con la plenitud espiritual, el anhelo de felicidad impulsa nuestra conciencia a controlar la materia según diversas fantasías culturales, con la esperanza de alcanzar la felicidad.

Sin embargo, todas las cosas materiales son efímeras, mientras que nuestro anhelo de felicidad es perenne. Por eso, el placer de manipular la materia jamás podrá sustituir la satisfacción del amor recíproco con Kṛṣṇa. Aunque nos sentimos insatisfechos, lamentablemente diagnosticamos erróneamente su causa: «No he podido controlar la materia lo suficiente. Permíteme conseguir las cosas materiales realmente buenas que aún no tengo. Entonces disfrutaré». Esta falsa esperanza nos hace buscar el placer con más fervor en la misma materia que nos ha alejado del placer. Así, cuanto más deseamos someter la materia a nuestro cautiverio, más nos hundimos en ella.

El camino a la libertad pasa por el desapego, como indica el Bhagavad-gītā15.03 : asaṅga). Este desapego se vuelve más fácil de cultivar cuando lo complementamos con el apego a Kṛṣṇa, pues esto nos devuelve el acceso a la alegría devocional.

Cuando practicamos el servicio devocional diligentemente y nos dejamos cautivar por la belleza de Kṛṣṇa, entonces la materia ya no puede cautivarnos.

La verdadera forma de ese árbol no se puede percibir en este mundo. Nadie puede entender dónde termina, dónde comienza, ni dónde está su base. Pero, de un modo decidido, uno debe cortar con el arma del desapego... – Bhagavad-gītā 15.3

No hay comentarios:

Publicar un comentario