Bhagavad-gītā 16.10
“No hay problema tan grande que el sexo no pueda resolver”. Así piensan los materialistas, cuyas mentes están llenas de interminables fantasías sexuales.
El Bhagavad-gītā (16.10) indica que tales personas se refugian en la lujuria (kāmam āśritya). Siempre que necesitan un descanso de los problemas de la vida, en lugar de buscar refugio en Kṛṣṇa, lo buscan en la lujuria. Así convierten a la lujuria en su dios, creyendo fielmente que esta resolverá sus problemas.
Sin embargo, la lujuria es un dios terrible. Una obsesión unidimensional con ella la vuelve voraz, de hecho, insaciablemente voraz (duṣpūram). Cuanto más se entregan a la lujuria en busca de placer o, al menos, de alivio, más fuerte se vuelve el control que ejerce sobre sus mentes, empujándolos hacia indulgencias cada vez más inmorales. El placer sexual, siendo temporal, nunca cumple con sus fantasías de un éxtasis interminable. Al buscar desesperadamente placer, comienzan a explorar y disfrutar el sexo en formas enfermizas y distorsionadas como la pedofilia, el incesto o la violación.
La lujuria gradualmente los despoja por completo de su conciencia, convirtiéndolos en demonios que no sienten ningún remordimiento al cometer actos perversos, sin importar cuán horribles sean. De hecho, se comprometen con acciones malsanas y degradantes (aśuci-vratah). Incluso se jactan con orgullo de tales actos: “He tenido tantas conquistas sexuales”. Sin darse cuenta de la realidad - tantas veces ha sido la lujuria la que los ha conquistado a ellos, llevándolos a cometer terribles errores y provocando que cosechen consecuencias kármicas espantosas.
A diferencia de la lujuria, que saca lo peor de sus adoradores, Kṛṣṇa saca lo mejor de los suyos. Cuando, en medio de los problemas de la vida, buscamos el refugio de Kṛṣṇa, Él nos ayuda a descubrir la divinidad latente en nosotros como Sus partes. Esta revelación de lo divino dentro de nosotros no solo nos permite enfrentar los problemas con dignidad, sino que también nos ayuda a luchar valientemente contra la lujuria y avanzar gloriosamente hacia Kṛṣṇa, en pos de una vida y un amor eternos.
Refugiándose en una lujuria insaciable y absortos en la vanidad del orgullo y el prestigio falso, la gente demoníaca, engañada de ese modo, siempre está entregada a trabajos sucios, atraída por lo temporal. - Bhagavad-gītā 16.10
No hay comentarios:
Publicar un comentario