Cuanto más deseamos, más nos hacemos esclavos


Bhagavad-gītā 16.11

Vivimos en una época que valora la libertad y detesta la esclavitud. Si en algún lugar escuchamos que alguien ha sido esclavizado, a menudo nos sentimos consternados, si no indignados.

Sin embargo, no nos damos cuenta de que nosotros mismos estamos esclavizados. Claro, nuestras ataduras no son visibles ni físicas—si lo fueran, ya nos habríamos rebelado contra ellas. Pero las cadenas que nos esclavizan son sutiles, invisibles y psicológicas. Son los grilletes del deseo, como lo indica el Bhagavad-gītā: (16.11).

Nuestros deseos por objetos mundanos crean un lazo entre ese objeto y nuestra mente. Consideremos, por ejemplo, a los fumadores - es como si hubiera una cuerda que los arrastra hacia un cigarrillo. Tal vez no lo noten hasta que intentan dejarlo. Es significativo que, incluso si deciden dejar de fumar, esa resolución por sí sola no rompe la esclavitud—al contrario, el tirón del deseo suele intensificarse. Y muchas veces ceden, sintiendo que el deseo es demasiado difícil de resistir.

Este mismo principio se aplica a cualquier tipo de apego. Como la esclavitud es psicológica, la libertad también debe serlo. Es decir, debemos reconocer que lo que activa el lazo no es tanto la indulgencia física como el anhelo mental. Y cuanto más deseamos, más se refuerza y aprieta la cuerda del apego, porque el deseo se vuelve más fuerte.

Por eso, es necesario trabajar para contrarrestar las ataduras no solo a nivel físico, sino también mental. Y aquí es donde el bhakti-yoga ofrece una ventaja decisiva: nos presenta un objeto supremamente deseable hacia el cual redirigir nuestro anhelo: la persona suprema y toda-atractiva, Kṛṣṇa.

Al comprender la gloria, belleza y misericordia de Kṛṣṇa, podemos incrementar nuestro deseo por Él, y así obtener la libertad del apego mundano como consecuencia natural.

Ellos creen que satisfacer los sentidos es la necesidad fundamental de la civilización humana. Así pues, hasta el final de la vida, su ansiedad es inconmensurable. - Bhagavad-gītā 16.11

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