Bhagavad-gītā 16.13
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Todos tenemos dentro de nosotros una parte impulsiva y una parte reflexiva. La sabiduría del Gītā identifica la parte impulsiva como la mente y la parte reflexiva como la inteligencia. Para funcionar de manera constructiva, nuestra inteligencia debe ser la instructora de la mente; debe revisar, regular y redirigir los impulsos de la mente.
Sin embargo, desafortunadamente, la mente a veces puede dominar a la inteligencia e impulsarnos a actuar de manera imprudente. Aunque que la mente empuje a un lado a la inteligencia es peligroso, mucho más peligroso es que la mente tome el control de la inteligencia. ¿Por qué es más peligroso? Porque cuando la mente deja de lado a la inteligencia, nos volvemos impulsivos; pero cuando la mente toma el control de la inteligencia, nos volvemos calculadoramente fríos. Es decir, hacemos cosas malas con astucia para poder cubrir nuestras huellas; incluso nos felicitamos a nosotros mismos por haber sido tan listos al salirnos con la nuestra. Cuando la inteligencia se reduce a ser el instrumento de la mente, todo su poder intelectual se abusa para justificar y ejecutar los planes de la mente.
Esta inversión de roles internos caracteriza a las personas demoníacas, como se describe en el Bhagavad-gītā (16.13). Su plan demoníaco de ganar más y más dinero puede sonar como simple codicia humana. Sin embargo, esas personas descienden de ser meramente codiciosas a volverse despiadadamente asesinas; conspiran para eliminar a sus rivales y se deleitan en el éxito de sus diseños diabólicos (16.15).
Aunque nunca lleguemos a hacer tales cosas, todos estamos propensos al peligro de que nuestra inteligencia sea tomada por la mente. ¿Cómo podemos prevenir esta inversión interna de roles? Primero, debilitando a la mente al minimizar la exposición a los estímulos que alimentan sus impulsos; segundo, fortaleciendo la inteligencia mediante el estudio del Bhagavad-gītā; y tercero, purificándonos de nuestros impulsos inferiores al conectarnos con Kṛṣṇa, el ser completamente puro.
Reflexiona sobre esto:
· ¿Cuál es la relación saludable entre la inteligencia y la mente?
· ¿Por qué es más peligroso que la mente tome el control de la inteligencia a que simplemente la aparte?
· ¿Cómo podemos preservar nuestro equilibrio interno de poder?
La persona demoníaca piensa: “Hoy tengo toda esta riqueza, y ganaré más siguiendo mis ardides. Todo esto es mío ahora, y en el futuro irá aumentando cada vez más”. - Bhagavad-gītā 16.13
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