Bhagavad-gītā 16.6
Conocemos a personas que divagan, que disfrutan oírse hablar aunque no tengan mucho que decir. Como sabemos que tienden a divagar, normalmente no les prestamos mucha atención. En contraste, prestamos mucha más atención a quienes se expresan con brevedad y sentido.
Esa comunicación condensada y concentrada está ejemplificada en el Bhagavad-gītā, que aborda con claridad las preguntas fundamentales de la vida en apenas setecientos versos.
¿Se puede atribuir esta concisión del Gītā a la urgencia del momento? ¿Acaso la presencia de dos enormes ejércitos listos para la guerra hizo que Kṛṣṇa y Arjuna se apresuraran? No, porque si así fuera, la guerra haría que todos los guerreros hablaran de manera concisa, lo cual evidentemente no ocurre. Además, la prisa suele desorganizar el discurso, mientras que tanto Arjuna como Kṛṣṇa hablan con calma y de forma sistemática: Arjuna plantea preguntas claras y específicas, y Kṛṣṇa ofrece respuestas concisas y profundas.
Así, es evidente que el Gītā es conciso porque quienes conversan son expertos.
El impulso de Kṛṣṇa hacia la brevedad se ilustra en el capítulo dieciséis. Tras enumerar las cualidades de los piadosos en los primeros tres versos (16.1–3) y de los impíos en el siguiente (16.4), y mencionar sus respectivos destinos (16.5), declara en el 16.6 que, habiendo hablado en detalle sobre los piadosos, ahora se centrará en los impíos.
¿Qué significa “hablado en detalle”? ¿Se refiere únicamente a los tres versos anteriores?
Posiblemente.
También puede hacer referencia a descripciones previas de los buscadores y sus cualidades: 2.54–72; 4.19–24; 12.13–20; 13.8–12 y 14.22–24. Aunque estas descripciones son similares, cada una tiene matices propios según su contexto. Esas diferencias habrían sido suficiente justificación para que un hablante autoindulgente divagara. Pero Kṛṣṇa se mantiene enfocado, desarrollando el mensaje con agilidad y claridad, con el propósito de inspirar a Arjuna.
Así, el Bhagavad-gītā está tan lleno de sabiduría que su contenido enseña a vivir con propósito, y su forma de transmisión, a comunicarse con eficacia.
¡Oh, hijo de Pṛthā!, en este mundo hay dos clases de seres creados. A unos se los llama divinos, y a los otros, demoníacos. Ya te he explicado con todo detalle las cualidades divinas. Ahora óyeme hablar de las demoníacas. – Bhagavad-gītā 16.6
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