Bhagavad-gītā 16.7
Supongamos que una persona intoxicada se olvida de la gravedad y se lanza desde un edificio de diez pisos. La gravedad no se olvidará de esa persona; actuará y la sacará de circulación.
Así como la ley de la gravedad es universal e inexorable, también lo son muchas otras leyes que rigen el comportamiento de la materia y la interacción de los objetos materiales. De hecho, la ciencia ha descubierto que existen leyes que gobiernan el universo en todos los niveles, desde el microscópico hasta el macroscópico. Sin embargo, pensamos, de forma nada científica, que la conciencia es una excepción a este carácter obediente de la naturaleza. Pensamos que las acciones de los seres conscientes —nuestras propias acciones— están exentas de toda responsabilidad. Que basta con seguir las normas morales que decidimos individualmente o las leyes que establecemos colectivamente.
La sabiduría del Gītā subraya que las ideas del relativismo moral son alucinaciones. Nuestras acciones están regidas por leyes estrictas, conocidas como las leyes del karma. Lo que haces, tarde o temprano regresa; todos debemos asumir las consecuencias de nuestros actos.
Y ¿qué pasa con las personas que parecen disfrutar de placeres inmorales? Son imprudentes, como aquellos que caen al vacío sin mirar el suelo hacia el que se están estrellando. Aunque puedan sentirse emocionados por la velocidad de su caída, esa emoción durará solo hasta que toquen el suelo.
Y ¿qué hay de quienes parecen no recibir ninguna consecuencia? Son como personas que han alcanzado una gran altura gracias a un buen karma acumulado en el pasado. Con sus actos inmorales actuales, están cayendo, pero tal vez aún no lleguen al suelo de inmediato. Sin embargo, tarde o temprano, lo harán. Y cuando caigan, no será nada agradable. El Bhagavad-gītā (16.7) caracteriza como demoníacos a quienes no consideran las consecuencias al decidir qué hacer y qué no hacer.
Entender que el karma no se olvidará de nosotros, incluso si nosotros nos olvidamos de él, nos ayuda a actuar con más conciencia y responsabilidad.
Para reflexionar:
· ¿De qué manera es anticientífica la idea de que nuestras acciones no tienen consecuencias?
· ¿Por qué es imprudente disfrutar de placeres inmorales sin pensar en las consecuencias?
· ¿Cómo es posible que algunas personas disfruten de actos inmorales sin recibir consecuencias inmediatas?
Aquellos que son demoníacos no saben lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer. En ellos no se encuentra limpieza, buen comportamiento ni veracidad. – Bhagavad-gītā 16.7
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