El destino no es una cuestión de fe, pero nuestra fe importa a la hora de determinar nuestro destino


Bhagavad-gītā 18.14

Nutre tu devoción

La palabra destino connota un modelador transhumano de resultados (¿Por qué el destino está en mi contra?) así como del futuro que resultará (¿Quién sabe qué destino le espera a un barco en alta mar?).

Algunos dicen: «No creo en el destino. Yo forjo mi propio destino». Estas afirmaciones pueden empoderarnos siempre que nos inspiren a dar lo mejor de nosotros mismos, a cambiar lo que sí podemos controlar. Pero pueden debilitarnos si nos hacen agonizar por resultados que escapan a nuestro control. Incluso una pequeña experiencia de vida nos obliga a reconocer que nuestros esfuerzos por sí solos no determinan los resultados; los factores que escapan a nuestro control también juegan un papel vital. La suma de estos factores se llama destino. Su existencia es un hecho, no una cuestión de fe.

El Bhagavad-gītā (18.14) enumera cinco factores que determinan el resultado de las acciones: cuerpo, alma, sentidos, esfuerzo y destino. Por lo tanto, el Bhagavad-gītā reconoce con realismo la función tanto del esfuerzo como del destino.

Significativamente, la sabiduría del Bhagavad-gītā declara que Dios es el controlador supremo de todo, incluso del destino. Estudiar y vivir el Bhagavad-gītā nos infunde la fe en que Dios tiene el control y es benevolente. Impulsados ​​por esta fe, podemos perseverar ante las adversidades, sabiendo que Él puede sacar algo bueno incluso de lo malo. Así, nuestra fe nos fortalece para perseverar cuando el desánimo nos detendría.

Cuando somos resilientes y perseverantes, hacemos todo lo posible para contribuir a nuestro éxito. Incluso si el resultado no es el esperado, nuestro esfuerzo nos ayuda a evolucionar. Crecemos en disciplina, compromiso y carácter, preparándonos así para un futuro más brillante.

Por tanto, nuestra fe desempeña un papel vital en la configuración de nuestro destino, nuestra suerte y nuestro futuro.

El lugar de la acción [el cuerpo], el ejecutor, los diversos sentidos, las muchas clases de esfuerzos y, por último, la Superalma, ésos son los cinco factores de la acción. - Bhagavad-gītā 18.14 

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