1. Las glorias del Capítulo Uno


Pārvatī dijo: "Mi querido esposo, Tú conoces todas las verdades trascendentales, y por Tu misericordia, he oído las glorias de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa. Oh, Señor, ahora anhelo oírte hablar de las glorias del Śrīmad Bhagavad-gītā, que fuera hablado por el Señor Kṛṣṇa y que por oírlo, aumenta la devoción individual por el Señor Kṛṣṇa".
         El Señor Śiva replicó, "A esa persona, cuyo cuerpo es del color de una nube de lluvia oscura, cuyo transportador es el rey de los pájaros, Garuḍa, y quien yace sobre Ananta-Śeṣa, la serpiente de mil cabezas, ese Señor Viṣṇu, cuyas glorias son ilimitadas, estoy yo siempre adorando.
         Mi querida Pārvatī, una vez, luego que el Señor Viṣṇu hubiera matado al demonio Mura, estaba descansando tranquilamente sobre Ananta-Śeṣa, cuando la dispensadora de toda buena fortuna en el universo, Śrī Lakṣmī, Le preguntó respetuosamente:
         "Bhagavān, Tú eres el controlador y sustentador de todo el universo, mas de todos modos, estás durmiendo infeliz en este océano de leche. ¿Cuál es la razón?".
         El Señor Viṣṇu dijo: "Mi querida Lakṣmī, Yo no estoy durmiendo, sino que estoy observando cuán maravillosamente funciona Mi energía. Es debido a esta maravillosa energía Mía, que controlo todas las cosas y aún así, permanezco separado. Y es por recordar estas divinas actividades Mías, que los grandes devotos y yogīs se las ingenian para liberarse de la rueda del nacimiento y la muerte, y alcanzan Mi naturaleza trascendental, que es eterna y libre de todas las dualidades".
         Lakṣmī dijo, "Oh, controlador de todas las cosas, Tú eres la meta de la meditación de los grandes yogīs. Nada puede suceder sin Tí. Y aun así, Tú estás aparte. Tú eres la causa de la creación, el mantenimiento y la destrucción de todos los universos materiales. Ten la amabilidad de informarme acerca de las funciones de Tus maravillosas energías, que son tan atractivas, que incluso Tú, yaciendo aquí, estás meditando en ellas".
         "Mi querida Lakṣmī, las funciones de mis energías múltiples, y la forma de liberarse de las ataduras del nacimiento y la muerte, y alcanzar Mi Naturaleza eterna, solo pueden ser comprendidas por quien tenga inteligencia pura, quien tenga una inclinación por prestarMe servicio. Este conocimiento trascendental, se explica completamente en el Śrīmad Bhagavad-gītā.
         Lakṣmī preguntó, "Mi querido Señor, si Tú Mismo te maravillas, por las obras de Tus energìas, y siempre estás tratando de sondear sus límites, luego, ¿cómo es posible que el Bhagavad-gītā pueda describir estas ilimitadas energías Tuyas, y la forma de cruzar por encima de ellas, y alcanzar la naturaleza trascendental?". El Señor Viṣṇu dijo, "Yo Mismo Me he manifestado en la forma del Bhagavad-gītā. Por favor, entiende que los primeros Cinco Capítulos, son Mis Cinco Cabezas, y los siguientes Diez Capítulos, son Mis Diez Brazos, y el Décimo-sexto Capítulo, es Mi Estómago. Los últimos Dos Capítulos, son Mis Pies de Loto. De esta forma debes entender la Deidad trascendental del Bhagavad-gītā. Este Bhagavad-gītā, es el destructor de todos los pecados. Y aquella persona inteligente que recite diariamente un capítulo, o siquiera un śloka, o al menos un cuarto de śloka, alcanzará la misma posición que alcanzó Susharma.
         Lakṣmī preguntó, "¿Quién era Susharma; a qué clase pertenecía, y qué destino alcanzó?".
         "Mi querida Lakṣmī, Susharma era un hombre muy pecaminoso y débil. Aunque había nacido en una familia brāhmaṇa, su familia no poseía conocimiento Védico. Y él solo se complacía en herir a los demás. Nunca se ocupó en el canto de Mis Nombres, en dar caridad o en recibir invitados.
         Ciertamente, él nunca realizó ninguna actividad piadosa. Para vivir, colectaba hojas, y las vendía en el mercado. Disfrutaba especialmente al beber vino y comer carne. Así transcurrió su vida. Un día, ese tonto Susharma había ido al jardín de un sabio para colectar hojas, cuando vino una serpiente y lo mordió, y murió.- Después de su muerte, fue castigado en muchos infiernos, donde sufrió por mucho tiempo, tras lo cual, obtuvo el cuerpo de un toro. Ese toro fue comprado por un hombre manco, quien lo empleó en su servicio. Por unos siete u ocho años, transportó pesadas cargas. Un día, ese manco había apilado una carga sumamente pesada sobre el lomo de su toro. Lo obligaba a caminar rápido, cuando de repente el toro cayó y se desmayó. Se reunieron muchas personas para ver qué estaba sucediendo, sintiendo pena por el toro. Un hombre piadoso, dispensó sobre ese toro los resultados de algunas de sus actividades piadosas. Al ver esto, otras personas que estaban allí paradas, comenzaron a recordar sus actividades piadosas, y ofrecieron los resultados de algunas de esas actividades al toro. En ese grupo, había asimismo una prostituta que ignoraba si había realizado alguna vez actividades piadosas, mas al ver que todos los demás ofrecían sus créditos piadosos al toro, ella también ofreció los resultados de cualesquiera actividad piadosa hubiera realizado. Luego de eso, el toro murió, y fue llevado a la morada de Yamarāja, el Dios de la Muerte. Allí, Yamarāja le informó: "Ahora estás libre de las reacciones de todos tus actos anteriores pecaminosos, debido a los créditos piadosos que te otorgara esa prostituta. Luego, él tomó nacimiento en una familia brāhmaṇa. En ese nacimiento, pudo recordar sus vidas pasadas. Al cabo de muchos días, decidió salir a buscar a esa prostituta, quien había sido la causa de su liberación de esta situación infernal. Luego que la encontrara, y se hubiera presentado a la dama, le preguntó, "¿Cuáles fueron las actividades piadosas realizadas por tí, los frutos de las cuales, me liberaron de la situación infernal?". La prostituta le contestó, "Mi querido señor, en esa jaula hay un loro, que recita algo cada día. Al oír ese recitado, mi corazón se ha vuelto completamente puro. Yo te entregué los resultados de oír ese recitado". De ahí en más, ambos preguntaron al loro acerca de su recitado. El loro, recordando su vida anterior, comenzó a narrar esta historia. "Anteriormente, yo había sido un brāhmaṇa muy erudito, pero debido a mi orgullo, acostumbraba insultar a otras personas eruditas. También era sumamente celoso. Luego de morir, fuí castigado en muchos infiernos, y después de un largo tiempo de sufrimiento, obtuve este cuerpo de loro. Debido a mis actividades pecaminosas pasadas, mi padre y mi madre murieron cuando yo era un bebé. Un día, mientras estaba yaciendo en las arenas calientes, sin protección, me vieron unos ṛṣis, y me llevaron a su āśrama, y me pusieron en una jaula. En ese mismo lugar, los niños de esos ṛṣis, estaban aprendiendo el recitado del Primer Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā. Al oírlos repetir esos ślokas, yo también comencé a repetirlos, junto con ellos.
         Poco después, un ladrón me robó de ese sitio y me vendió a la dama piadosa. Por recitar el Primer Capítulo del Bhagavad-gītā, ese loro se había vuelto completamente puro. Y por oír ese recitado, esa prostituta también se había vuelto completamente pura. Y por recibir algunos de los resultados piadosos de oír ese recitado, Susharma también se volvió completamente puro.
         Luego de discutir por algún tiempo las glorias del primer capítulo del Bhagavad-gītā, Susharma regresó a su hogar, y los tres, individualmente, se ocuparon en recitar el Primer Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā, y muy rápidamente llegaron al destino supremo, Vaikuṇṭha. Todo aquel que recite o estudie el Primer Capítulo del Bhagavad-gītā, cruzará muy fácilmente sobre el océano de las miserias materiales, y obtendrá el servicio de los Pies de Loto del Señor Kṛṣṇa.