1. ¡Tú siempre estás en māyā!



Aunque Śrīla Prabhupāda enseñaba a sus discípulos mediante un estímulo constante, también podía enseñarles humillándolos, y así muy rápidamente llevarlos a una mejor autoconciencia. Muchos devotos dan testimonio de esos breves pero poderosos momentos con Śrīla Prabhupāda. En cierta ocasión, en un paseo con Śrīla Prabhupāda por la playa Juhu (Bombay, India) Girirāja describía cómo les había predicado a unos periodistas.
—Sí, eres muy bueno en relaciones públicas—dijo Śrīla Prabhupāda, lo cual hizo que Girirāja se sintiese muy jubiloso. Pero poco después la conversación volvió sobre la humildad. Girirāja dijo que a veces sentía que en realidad no estaba haciendo nada por Kṛṣṇa ni por el movimiento de conciencia de Kṛṣṇa.
—Eso es bueno —dijo Prabhupāda— Ese sentimiento es humildad.
—Pero a veces —dijo Girirāja— ese sentimiento se convierte en māyā.
Śrīla Prabhupāda dejó de caminar y miró bruscamente a su discípulo. —¿Que se «convierte» en māyā? —exclamó Prabhupāda—. ¡Tú siempre estás en māyā!
Estas palabras golpearon a Girirāja tan fuertemente que de inmediato le ofreció reverencias a Śrīla Prabhupāda. Instantáneamente había entendido su verdadera posición y había conseguido entrever la posición de Śrīla Prabhupāda como su maestro espiritual.
Entrevista con Girirāja Swami

En otra ocasión, Nava-yogendra tuvo una dosis de la misma medicina. Estaba cantando en una habitación con Śrīla Prabhupāda, quien señaló que la bolsa de japa de Nava-yogendra estaba tocando el suelo.
—No, Prabhupāda —replicó Nava-yogendra—, está sobre mi cādar.
—Pero tú has caminado sobre ese cādar —reclamó Prabhupāda—. ¿No tienes respeto por tu bolsa de japa
Nava-yogendra aceptó la crítica, pero se lo tomó a pecho y empezó a cantar muy fuerte. Entonces Prabhupāda le recalcó: —No cantes tan fuerte—. Y Nava-yogendra empezó a cantar más suave. Pero Prabhupāda dijo: —Cuando cantas no debes molestar al maestro espiritual.
Entrevista con Nava-yogendra dāsa

En los campos próximos al Bhaktivedanta Manor (Inglaterra), durante un paseo de la mañana, Rohiṇī-nandana dāsa recibió un trato parecido. (Era la primera vez que trataba en persona a Śrīla Prabhupāda.) Prabhupāda y los devotos estaban caminando por un estrecho y tortuoso camino campestre, cuando llegaron a un cartel que decía: «Festival de horticultura». Prabhupāda apuntó al cartel con su bastón y preguntó:     —¿Qué es horticultura?—. Los devotos dejaron de caminar pero nadie dijo nada, hasta que Rohiṇī-nandana habló desde la parte de atrás del grupo. —Śrīla Prabhupāda —dijo— yo creo que quiere decir un cultivo de verduras, frutas y flores—. Prabhupāda se volvió y miró a Rohiṇī-nandana.
—¿Tú crees? ¡Tú no lo sabes! ¡Tú crees!—. Rohiṇī-nandana, avergonzado, dejó caer su cabeza y se quedó sin palabras, mientras todos los demás se agruparon alrededor, mirando de Rohiṇī-nandana a Śrīla Prabhupāda. Prabhupāda pegó en la tierra con su bastón y repitió: —¿Tú crees? ¿No lo sabes? Rohiṇī-nandana no tomó la reprimenda a la ligera; sintió que Śrīla Prabhupāda había hecho añicos todo el orgullo de una vida entera de «yo creo».
Entrevista con Rohiṇīnandana dāsa

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