15. Śrīla Prabhupāda cuenta historias: Sobre los perezosos


Śrīla Prabhupāda cuenta historias

Sobre los perezosos
Prabhupāda se molestaba cuando los devotos, en Vṛndāvana, entraban y salían de su habitación y dejaban la puerta abierta tras ellos, permitiendo entrar a las moscas.
—¿Por qué dejan la puerta abierta? —dijo a gritos—. Es una enfermedad contagiosa—. Y entonces contó una historia:
Un patrón puso un anuncio por una vacante en su empresa, y recibió muchas solicitudes. Basándose en ellas, seleccionó a dos hombres y les pidió que viniesen para una entrevista. El patrón entonces, observó a cada hombre cuidadosamente durante la entrevista. Cuando el primero entró en la habitación, dejó la puerta abierta. El patrón habló con él durante quince minutos y después le pidió que esperase fuera. Cuando entró el segundo solicitante, cerró la puerta al entrar. Tras hablar con él, el patrón le pidió que esperase fuera también, y entonces llamó a su secretario.
—El primer hombre con el que hablé tiene todas las cualidades requeridas, pero he decidido dar el trabajo al segundo.
—¿Por qué?
—Porque el primer hombre dejó la puerta abierta. Eso es porque es perezoso. El otro hombre cerró la puerta; puede que no esté tan preparado, pero aprenderá rápidamente.
Entrevista con Maṇihara dāsa

En 1977, Śrīla Prabhupāda con unos ocho discípulos, se hospedó en una casa a orillas del Ganges en Hṛṣikeśa. Cierto día Prabhupāda entró en la cocina y quedó atónito al ver que los devotos habían cortado un enorme montón de vegetales para preparar el almuerzo. Prabhupāda les dijo que habían cortado vegetales en cantidad suficiente para alimentar a cincuenta personas. Haciendo un comentario sobre el poco sentido común de sus discípulos, Prabhupāda se sentó en una silla y empezó a dirigir cada detalle de los preparativos culinarios. Atendió al hervido del arroz y comprobó si estaba blando. Después, él mismo cocinó los capātīs. Fue entonces cuando dijo que sólo un perezoso sería incapaz de cocinar, y contó la historia de los perezosos.
Había una vez un rey que anunció que todos los perezosos de su reino debían ir a la casa de caridad, que allí se les daría de comer gratis. Fueron cientos de personas, y todos decían: —Yo soy perezoso—. El rey dijo entonces a su ministro que prendiese fuego a la casa de caridad. Todos los que estaban dentro —menos dos— salieron corriendo inmediatamente del edificio en llamas. De los dos que quedaban, uno le dijo al otro: —Este fuego me está dando demasiado calor en la espalda—. Y el otro hombre le aconsejó: —Pues ponte del otro lado—. Al ver a estos dos, el rey dijo: —Estos son auténticos perezosos. Denles de comer.
Diario de Tamāla Kṛṣṇa Goswami

1 comentario:

  1. ¡Me encantan estas anécdotas!, el humor de Srila Prabhupada ¡es...maravilloso!. MVD

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