16. No hay una idea clara

La gente muy materialista no puede comprender cómo es posible renunciar a los frutos del trabajo. Es imposible para la gente muy materialista desprenderse de las ganancias que han obtenido con su esfuerzo personal. Para esos materialistas, la sugerencia de que tienen que ofrecer el resultado de su esfuerzo personal a la Personalidad de Dios no pasa de ser simple información. Como no tienen una idea clara de la Personalidad de Dios ni del proceso de ofrecer el resultado de sus ganancias a la Personalidad de Dios, les es muy dificil poner en práctica ese concepto.

Cuando el Señor Caitanya desestimó la segunda sugerencia de Rāmānanda Rāya de ofrecer directamente los frutos de las acciones a Dios en lugar de hacerlo indirectamente a través del sistema varṇāśrama-dharma, Rāmānanda hizo una tercera sugerencia. Propuso que la gente común, que está plenamente ocupada en las actividades de ganar y disfrutar, pueden mejorar su vida abandonando el proceso de continuar viviendo en el mundo material mientras ofrecen los frutos de su trabajo a Dios. Basándose en esta idea perfeccionada, Rāmānanda citó un śloka del Śrīmad-Bhāgavatam (11.11.32):

ājñāyaivaṁ guṇān doṣān
 mayādiṣṭān api svakān
dharmān santyajya yaḥ sarvān
 māṁ bhajeta sa tu sattamaḥ

En este śloka, la Personalidad de Dios dice: «Las Escrituras religiosas enumeran los deberes prescritos. La persona que los analiza puede comprender por completo sus cualidades y defectos, y de ese modo abandonarlos totalmente para ofrecerme servicio a Mí. A esa persona se la acepta como un santo del orden más elevado».

Ese concepto se basa en el hecho de que en última instancia la aceptación del servicio devocional a Dios es el objetivo más elevado de la perfección religiosa. Si mediante la ejecución de los deberes religiosos, podemos alcanzar la devoción pura, se nos puede considerar sādhus o santos de primera clase.