Prabhupāda estaba hablando en una habitación llena de invitados en
Australia. Habló del mal uso de la inteligencia. Dijo que la gente tiene en la
forma humana de vida la oportunidad de alcanzar la comprensión espiritual, y
que —a pesar de ello— simplemente desperdician su inteligencia. La charla de Śrīla
Prabhupāda estaba siendo grabada en varios cassettes, y los micrófonos se
apoyaban sobre la mesa que él tenía delante. Su tono era serio, tal como en una
conferencia formal, y Prabhupāda se mostraba resuelto entregando la conciencia
de Kṛṣṇa a la gente.
En medio de la charla, mandaron a un brahmacārī
recién iniciado para que le llevase a Prabhupāda una copa de agua. La copa era
una fantasía de base pequeña y abertura amplia. La habían puesto al revés
encima de la bandeja de plata, junto con un jarro de agua helada. El brahmacārī puso nerviosamente la bandeja
sobre la mesa de Prabhupāda, mientras todos lo miraban y esperaban. Sin darse
cuenta de que la copa estaba vuelta al revés, por alguna causa el joven pensó
que la base en realidad era un embudo en el que debía verter el agua. Pero tan
pronto empezó a verterla, el agua se derramó de la base de la copa, salpicando
la mesa.
—¿Qué es esto? —exclamó Prabhupāda.
—Es agua, Prabhupāda —dijo el brahmacārī.
En aquel momento, ya varias personas del público se levantaron para
resolver la situación. Nadie reía. Por el contrario, lo que había era una
incomodidad molesta, que una cosa tan extraña hubiese ocurrido en presencia de
Prabhupāda. Finalmente el joven se sentó otra vez, y Prabhupāda reinició su
clase.
—Inteligencia mal utilizada —dijo Prabhupāda y la audiencia rió con él,
apreciando su ingenio y su habilidad para distender el difícil momento.
Entrevista con Amogha dāsa
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