Algunos discípulos de Prabhupāda estaban en medio de carreras más o
menos prometedoras cuando se unieron a él para emprender una vida espiritual de
plena dedicación. Jagattāriṇī-devī dāsī había sido una importante actriz de
cine en Australia y acababa de hacer una película con Mick Jagger justo antes
de decidir rendirse a Śrīla Prabhupāda. Una vez que Śrīla Prabhupāda visitaba
Australia, un reportero publicó la historia de que la ex-actriz ahora era una
renunciada devota. Imprimieron en el periódico dos fotografías que presentaban
a Jagattāriṇī, primero como actriz de cine, con maquillaje y atractiva
vestimenta, y otra foto en que vestía sārī
y fregaba una olla. Cuando publicaron el periódico, los devotos se divirtieron
y quisieron llevárselo a Śrīla Prabhupāda, aunque Jagattāriṇī tenía miedo de
que no le gustase. Cuando Prabhupāda vio las fotos, se rió.
—En esta fotografía como actriz de cine, ella tiene un aspecto triste y
no es muy bella —dijo Prabhupāda. Después señaló la foto de su discípula con sārī—. Pero en esta fotografía se la ve
muy alegre y muy hermosa. Aunque los materialistas lo verán al revés.
Esa tarde, en el templo, cuando Jagattāriṇī se acercó al vyāsāsana de Prabhupāda para recibir un
poco de prasāda, él le dijo: —Eres
muy afortunada, porque Kṛṣṇa te ha salvado de toda esa locura.
Entrevista con Jagattāriṇī-devī dāsī
Un discípulo recién casado se acercó a Śrīla Prabhupāda en cierta
ocasión para tomar consejo sobre el matrimonio, y obtuvo una respuesta
enigmática.
Śrīla Prabhupāda en persona había llevado a cabo el yajña de fuego ceremonial para los jóvenes en su templo de Londres,
y a la mañana siguiente, los recién casados se las arreglaron para acompañar a
solas a Śrīla Prabhupāda en su caminata matutina. El devoto caminaba próximo a
Prabhupāda, y su esposa caminaba tres pasos más atrás.
—Prabhupāda, ¿qué se entiende por estar casado en conciencia de Kṛṣṇa?
Prabhupāda guardó silencio durante un momento y dijo después: —Estar
casado en conciencia de Kṛṣṇa quiere decir que antes de comer tu prasāda, salgas a la calle y llames tres
veces en voz alta: «¿Hay alguien que quiera tomar prasāda? ¿Hay alguien que quiera tomar prasāda? ¿Hay alguien que quiera tomar prasāda?». Y si no viene nadie, entonces puedes tomar prasāda.
El esposo se sintió confundido de alguna manera, porque lo que él
esperaba era oír indicaciones sobre la posición de una pareja casada, y cómo
debían tratarse íntimamente en sus relaciones. El joven pensó que quizá Prabhupāda
no le había entendido; así que al final de la caminata repitió la misma
pregunta: —Prabhupāda, ¿me podría explicar qué significa estar casado en conciencia de Kṛṣṇa?
Śrīla Prabhupāda repitió la misma respuesta con firmeza: —Significa que antes de tomar prasāda, debes salir a la calle y llamar
tres veces en voz alta: «¿Hay alguien que quiera tomar prasāda?». Y si no viene nadie, entonces puedes tomar prasāda.
Entrevista con Kulaśekhara dāsa
No debemos
ser como este neófito gṛhastha consciente de Kṛṣṇa y sorprendernos por el
consejo de Prabhupāda a los casados. En su recuerdo, el devoto dice que pensó
que Prabhupāda no lo había entendido. Pero Prabhupāda lo había entendido
perfectamente, y también le dio un buen consejo para un auténtico
comportamiento de gṛhastha. En el
Séptimo Canto del Śrīmad-Bhāgavatam
hay instrucciones completas para los gṛhasthas, y estas pocas palabras que aquí habla
Prabhupāda, están entre las normas de las Escrituras para la vida familiar. No
podemos decir exactamente por qué Śrīla Prabhupāda eligió dar esta instrucción,
y sólo esta instrucción. Pero en primer lugar los nuevos padres de familia
deben aceptar que las instrucciones de Prabhupāda son śāstricas, y en segundo
lugar, deben intentar pensar por qué Śrīla Prabhupāda ha seleccionado esas
instrucciones en particular para ellos. Śrīla Prabhupāda no hablaba
caprichosamente, ni seleccionaba arbitrariamente de entre las muchas
instrucciones de las Escrituras.
La concreta
instrucción que dio Prabhupāda, que un casado no debe conformarse con buscar
una situación agradable para su propia gratificación sensorial en lo que al
alimento se refiere, sino que debe compartirlo con los demás primero, enfatiza
que el aśrama de gṛhastha es un modo de vida
renunciado. El joven casado admitió que quería oír de Prabhupāda sobre los
tratos íntimos de marido y esposa. Pero Prabhupāda apuntó que la vida de gṛhastha
no versa sobre eso. De acuerdo al sistema
varṇāśrama, el gṛhastha en realidad es el que abastece de todo al
conjunto de la sociedad. Un devoto neófito puede pensar que si se casa podrá
arreglarlo todo mucho mejor para llevar una vida independiente, comer y estar
cómodo, lo cual cuando era brahmacārī no
era tan fácil de conseguir, pero la instrucción concreta que Prabhupāda eligió
reduce esta mentalidad errónea a pedazos. Antes de convertirse en un
disfrutador de los sentidos, una vez casado, el gṛhastha se ve aquí como aquel que tiene que llevar
como su propia carga a todos los seres humanos, e incluso a otras criaturas
vivas. Ésta es la imagen de un casado que no se las arregla para disfrutar,
sino que gana para su mesa y sale fuera a dar de comer a otros antes que a él
mismo. Cualquier instrucción que Śrīla Prabhupāda dio, por muy extraña o
sorprendente que pudiera haber parecido en el contexto, ciertamente estaba en
relación con las Escrituras, y si cada quién piensa en ella cuidadosamente,
verá cómo la enseñanza se aplica perfectamente a su propio caso, y cuando actúe
en relación con esto, logrará el éxito.
En El Néctar de Prabhupāda vemos a
Prabhupāda dar instrucciones concretas a personas concretas. Podemos decir que
estas instrucciones no tienen que ser aplicadas universalmente, pero, al menos,
en cada caso, son instrucciones absolutas. La prueba de cada discípulo sincero
es que sigue las instrucciones que Prabhupāda le dio. Ya hemos citado esto
cuando hablamos de las prevenciones que Prabhupāda hizo al devoto artista que
manifestaba síntomas sahajiyā [pasatiempo
nº 4]. Al leer las anécdotas de Śrīla Prabhupāda como instrucciones prácticas,
podemos apreciar las instrucciones particulares que dio Prabhupāda a diferentes
personas, y podemos también embebernos de la instrucción general, esto es que
cada uno, (él o ella) tiene siempre que respetar al maestro espiritual, meditar
en él y ejecutar las instrucciones que de él ha recibido.
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