Prabhupāda dio a conocer a sus discípulos las historias del bufón Gopāla
Bhan, que fue famoso en Bengala por su inteligencia, ingenio y agilidad mental
en la corte del rey Kṛṣṇacandra. Prabhupāda dijo que nadie, ni siquiera un
emperador, puede estar todo el tiempo serio, sin ningún desahogo. Pero, como
todos tienen que tratar al rey muy respetuosamente, tenía que haber una persona
a la que se le permitía bromear con el rey. El rey también tenía que ser capaz
de bromear con él, porque si el rey fuera a hacer esto con su primer ministro,
el prestigio del primer ministro se vería reducido. Así pues, el rey Kṛṣṇacandra
siempre se entretenía en una batalla de agudezas con su arlequín Gopāla Bhan.
Una vez Gopāla caminaba en la corte del rey, y el rey dijo: —Gopāla,
eres un asno.
—Mi señor —dijo Gopāla— yo no soy un asno. Hay una diferencia entre un
asno y yo.
Entonces Gopāla midió la distancia entre el rey y él, y dijo: —Metro y
medio.
Cuando Prabhupāda contó esta historia riéndose, sus devotos estaban no
sólo divertidos, sino también asombrados de que Prabhupāda los invitase a oír y
reír con el ingenio de Gopāla.
Prabhupāda contó entonces otra historia. Gopāla se construía una casa, y
de acuerdo a la costumbre védica, antes de abrir una casa se debe hacer un
sacrificio llamado gṛha-praveśana.
Esto es, un yajña en que la casa se
purifica y se ofrece a Dios. No se permite a nadie defecar en la casa, o se
consideraría contaminada. Nadie usa nada hasta que entran los brāhmaṇas haciendo saṅkīrtana-yajña, recitando mantras
y rociando agua del Ganges. De esta forma, en la cultura védica todo,
incluyendo construir una casa y concebir un niño, se regula de modo que en todo
momento la persona sea consciente de Kṛṣṇa. Pero, explicó Prabhupāda, el rey
quería derrotar a Gopāla, y para ello ofreció una gran recompensa de monedas de
oro a aquel que pudiese ser más listo que Gopāla y evacuar en su casa recién
construida.
Un día Gopāla inspeccionaba su casa, cuando llegó un hombre enviado por
el rey que pretendía estar sufriendo de un urgente llamado de la naturaleza.
—Gopāla —dijo—, tengo que defecar inmediatamente. Por favor, indícame tu
cuarto de baño. No me puedo contener.
—De acuerdo —dijo Gopāla—. Sube—. Lo llevó al cuarto de baño de la casa
recién construida y le permitió ponerse en cuclillas dentro. Pero cuando el
hombre intentó cerrar la puerta por cuestión de reserva, Gopāla se quedó allí
con la puerta abierta.
—Gopāla, ¿por qué no me dejas cerrar la puerta y te quedas ahí parado?
¿Para qué tienes ese bastón tan grande en la mano?
Gopāla dijo: —No, te dejo pasar excremento en mi cuarto de baño, pero si
sueltas un gota de orina te aplastaré la cabeza—. Entonces el hombre se rió y
confesó: —Eres muy listo—, y se fue corriendo, derrotado.
Prabhupāda rió también tras esta historia, aunque los devotos estaban
algo perplejos. Prabhupāda admitió que el humor védico era en cierto modo
sutil. Dijo que el humor estaba inseparablemente ligado a la cultura, y que si
no se conoce bien la cultura, no se puede entender el humor. Pero en la cultura
védica, religión, humor, arte, música, todo estaba interconectado.
Entrevista con Jayapatākā Swami
La historia
en que Gopāla Bhan fue más listo que el que intentó defecar en su casa recién
construida, contiene lecciones que se pueden aplicar en temas más elevados.
Prabhupāda la usó para ilustrar la mentalidad engañosa de la gente que parece decir
una cosa pero que en secreto pone condiciones para hacer que lo que ha dicho
sea imposible de poner en práctica. Es muy difícil evacuar sin derramar al
menos una gota de orina. De manera que Gopāla estaba dando al hombre permiso de
palabra, pero lo que proponía era prácticamente imposible. Además, Gopāla
estaba listo para castigar al hombre si éste no era capaz de hacer lo
imposible. Debemos ser cuidadosos de no presentar dobleces en nuestro trato con
los demás, de modo de pedirles cosas imposibles de conseguir. También, un
devoto que predica en el mundo de los sagaces materialistas, debe tener cuidado
de no ser engañado por las tentadoras propuestas de hombres de negocios,
políticos y otros disfrutadores. Si, con una inteligencia clara, podemos cruzar
a través de esos desorientadores malabarismos de palabras, podremos ser capaces
de hacer valer la conciencia de Kṛṣṇa pura y exponer los intentos engañosos de
otros. Las historias de cómo Gopāla engañaba al rey y sus amigos pueden servir
para que nos divirtamos al oírlas, pero también pueden ser un tema más serio
cuando pasamos una prueba en la vida, con problemas difíciles de solucionar. En
el Śrīmad-Bhāgavatam, leemos cómo Bhīma y Śrī Kṛṣṇa aconsejaron
a Arjuna que matase a Aśvatthāmā, mientras Yudhiṣthira, Draupadī y otros le
pidieron que lo perdonase. Era imposible satisfacer los deseos de todas esas
exaltadas personas, pero, por la gracia de Kṛṣṇa, Arjuna obtuvo una brillante
solución. Hay casos parecidos de vaiṣṇavas que tienen que pasar pruebas difíciles, aparentemente imposibles de
superar, y que a pesar de todo fueron capaces de solucionar la contradicción.
Cuando un vaiṣṇava, valiéndose de su
inteligencia consciente de Kṛṣṇa, salva las trampas de los materialistas o los
derrota con una lógica superior consciente de Kṛṣṇa, su acción va más allá de
la simple diversión, es una maravillosa victoria.
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