Aunque la Personalidad de Dios corresponde conforme a las relaciones de
Sus diversos devotos en diferentes estados de servicio amoroso, Él ha declarado
Su incapacidad para corresponder en Su relación con las gopīs, las
doncellas de Vraja que Le sirven en el estado de mādhurya-premā. Dirigiéndose a las doncellas de Vraja, la
Personalidad de Dios Śrī Kṛṣṇa dijo:
na pāraye ’haṁ
niravadya-saṁyujāṁ
sva-sādhu-kṛtyaṁ vibudhāyuṣāpi vaḥ
yā mābhajan durjara-geha-śṛṅkhalāḥ
saṁvṛścya tad vaḥ pratiyātu sādhunā
sva-sādhu-kṛtyaṁ vibudhāyuṣāpi vaḥ
yā mābhajan durjara-geha-śṛṅkhalāḥ
saṁvṛścya tad vaḥ pratiyātu sādhunā
«Mis queridas pastorcillas de vacas, vuestro amor por Mí es de una pureza
inmaculada y no Me va a ser posible corresponder con el noble servicio que Me
estáis ofreciendo, ni siquiera durante muchas vidas futuras, porque vosotras
habéis sacrifica do por com pleto lo s lazos de la vida familiar para reuniros
conmigo. Por consiguiente, soy incapaz de resarciros por las deudas en las que
he incurrido al aceptar vuestro amor. Por lo tanto, tened la bondad de
satisfaceros con vuestras propias actividades» (Bhāg. 10.32.22).
La belleza de Śrī Kṛṣṇa aumenta en la compañía de las pastorcillas de
vacas de Vraja, aunque Śrī Kṛṣṇa mismo es la máxima expresión de la belleza.
Así lo con firma el Śrīmad-Bhāgavatam
(10.33.6):
tatrātiśuśubhe tābhir
bhagavān devakī-sutaḥ
madhye maṇīnāṁ haimānāṁ
mahā-marakato yathā
bhagavān devakī-sutaḥ
madhye maṇīnāṁ haimānāṁ
mahā-marakato yathā
«Aunque la Personalidad de Dios, el hijo de Devakī, es la máxima
expresión de la belleza, cuando está entre las pastorcillas de vacas de Vraja
tiene el aspecto de la joya más valiosa engastada en una red de filigrana de
oro.»
El Señor Caitanya ahora Se sentía completamente satisfecho con lo que
dijo Rāmānanda Rāya sobre mādhurya-premā,
que es la culminación de las relaciones de servicio amoroso trascendental con
la Personalidad de Dios. Sin embargo Él esperaba algo más de Rāmānanda, y le
pidió que continuara. Ante esta extraordinaria petición del Señor Caitanya, Rāmānanda
se quedó anonadado. No conocía a ningún devoto que supiera más aparte de esto.
Pero, experto como era, Rāmānanda comenzó a profundizar más en el tema, por la
misericordia del Señor Caitanya.