La etapa de purificación



Parte II: Las enseñanzas sublimes de Haridās

La etapa de purificación

Haridās exclamó con regocijo: “¡Oh, qué afortunado soy hoy, el Señor Caitanya desea oír de mí acerca de los santos nom­bres! Quien está en ignorancia no sabe nada sobre la naturaleza espiritual de los santos nombres, ni sobre la supremacía del Señor Kṛṣṇa sobre todo; en verdad, los semidioses son los siervos del Señor Kṛṣṇa, la naturaleza del ser vivo es trascen­dental, y māyā es la naturaleza de la materia. Quien entiende esas verdades se libera de la oscuridad de la ignorancia y obtiene iluminación. Afanarse por cosas irreales y temporarias, la flaqueza de corazón y mente, y las ofensas producen una nube de anarthas que mantiene a los seres vivos en constante sufrimiento. Asat-tṛṣṇā (anhelār lo ilusorio) indica deseos por cosas no relacionadas con el Señor Kṛṣṇa o, en otras palabras, el ansia de beneficios materiales; hṛdaya-daurbalyam se refiere a pro­pensiones del corazón y la mente originadas a partir de una condición de flaqueza espiritual; y, aparādha significa ofensas. Aunque los santos nombres en sí son siempre perfectos, estos tres anarthas conforman una nube que cubre al Sol de los santos nombres y ofusca la visión del ser vivo.

“Mientras no se halle firmemente establecido en la comprensión correcta de la relación entre Dios, Sus energías y el ser vivo (sambandha-tattva), éste continuará cantando en la etapa nāmabhāsā. Sólo cuando el ser vivo se refugia plenamente en el maestro espiritual fidedigno y comienza a ejecutar servicio devocional bajo la orientación de su guru, las nubes y nieblas se dispersan gradualmente y el Sol de los santos nombres brilla otra vez radiantemente e ilumina al devoto con amor por Dios. El canto de los santos nombres es el indicio (abhideya) de esa relación eterna (sambandha). El guru alienta al discípulo a asumir (abhideya) el canto, y el Sol de los santos nombres comienza a brillar con más fuerza, evaporando así las nieblas de anartha. Cantar en esta etapa se vuelve una necesidad indispensable (prayojana), conduciendo al devoto al amor por Dios y haciéndolo experimentar éxtasis a cada momento del canto. Esto es posible cuando el guru, en primer lugar, instruye exhaustivamente a su discípulo fiel en sambandha-jñana. La esencia de dicho conocimiento es que, el Señor Kṛṣṇa es eternamente la Suprema Personalidad de Dios, el ser vivo es Su siervo eterno, y la relación amorosa del ser vivo con el Señor Kṛṣṇa es igualmente eterna como característica inherente por naturaleza. En contacto con la naturaleza material, el ser vivo olvida su relación eterna con el Señor y deambula sin destino por este mundo de ilusión buscando bienaventuranza.

“El mundo material es una verdadera prisión, en la cual el ser vivo es penado por volver la espalda a Kṛṣṇa. Consiste de catorce sistemas planetarios, que juntos son conocidos como Devī-dhama; estos sistemas planetarios son celdas dentro de la prisión, en las cuales los seres vivos recalcitrantes son confinados. Devī-dhama no es un lugar para experimentar felicidad y bienaventuranza. Los así llamados placeres materiales ofrecidos aquí a los seres vivos son sólo temporarios y, por lo tanto, simplemente causan más sufrimiento; mas, como las puniciones son remedios, los seres vivos son reformados mediante tales medidas punitivas. Si por la misericordia de un devoto vaiṣṇava del Señor, el ser vivo es instruido nuevamente en los santos nombres y en sambandha-jñana, gradualmente será iluminado con la esencia de todas las prácticas religiosas, o sea, amor puro por Dios. Para tal alma afortunada, sāyujya-mukti o liberación impersonalista es reprensible. Hasta que esté solidamente fun­dada en la comprensión de sambandha-jñana, su canto estará contaminado por los anarthas. Entonces, esto es nāmabhāsā: cuando el ser vivo no puede cantar el nombre puro de Kṛṣṇa.

“La etapa nāmabhāsā no debe ser subestimada, pues proporciona muchos beneficios positivos a los seres vivos y aumenta su piedad. En verdad, nāmabhāsā es una de las mayores virtudes del ser vivo. Le proporciona más buena fortuna que religiosi­dad, votos, yoga, sacrificios y así por delante, todo junto. Entonces, por cantar, todos sus pecados son absueltos; así, él se libera de los efectos de la Era de Kali. Kali, a su vez, se vuelve siervo bienqueriente del ser vivo, proveyéndole seguridad y ecuani­midad. Las miserias infligidas por los demonios, fantasmas, duendes, malos espíritus e influencias planetarias maléficas son fácilmente evitadas. Aun si un ser vivo está destinado a los planetas infernales, obtiene la liberación –todo su prārabdha-karma (reacciones pecaminosas de actividades de vidas anteriores que surten efecto en la actualidad) son contrariadas. Nama­bhāsā es mejor que el resultado de estudiar todos los Vedas, de visitar cada lugar de peregrinaje, o de realizar cada obra al­truista y piadosa posible. Las cuatro metas ofrecidas en los Vedas –religiosidad, fortuna, disfrute sensorial y liberación– están todas disponibles a través del canto nāmabhāsā. Éste está dotado de inconcebible poder que puede recuperar a cualquier ser vivo. Confiere dicha ilimitada y eleva, incluso a los negligentes, a un nivel de realización muy elevado. Namabhāsā ofrece residencia eterna en la morada espiritual de Vaikuṇṭha, especialmente en la Era de Kali, tal como está escrito en las escrituras.

“Las cuatro actitudes en el canto nāmabhāsā son, saṅketa (sin intención), parihāsa (bromeando o ridiculizando), stobha (menospreciando) y helā (sin respeto o descuidadamente). Saṅketa es de dos clases: 1) Cuando una persona, inclusive tratando de cantar el nombre del Señor Viṣṇu, tiene un concepto material del mismo; y 2) Cuando hay algo diferente del Señor o Su nombre en la mente, pero se cantan los santos nombres por recordar de algún modo ese sonido trascendental. Los yavanas comen vacas, con todo, a pesar de eso, pueden obtener la liberación al pronunciar haraṁ, una palabra común en el lenguaje de ellos (urdu) en que el nombre del Señor Kṛṣṇa es cantado automáticamente. El poder de los santos nombres nunca dismi­nuye, aun si se canta en saṅketa-nāmabhāsā. Cantar por bromear (parihāsa) como hizo Jarasandha, produce liberación, así como cantar menospreciando (stobha) tal como hizo Śiśupāla. Incluso cantar sin atención y sin respeto resulta en la salvación de los embates de la existencia material. El canto nāmabhāsā puede purificar a cualquiera; personas menos educadas, tales como mlecchas, materialistas groseros, y perezosos, todos pueden beneficiarse con esta oportunidad de obtener la liberación. Cantar con fe pero, aún así, afligido por anarthas es conocido como śraddhā-nāma, según Tú mismo explicaste, mi Señor. El elemento de real śraddhā (fe) está ausente en las cuatro actitudes del canto nāmabhāsā, y el canto saṅketa viene teñido de negligencia. No obstante, aun helā-nāmabhāsā (cantar con descuido) confiere liberación, para no hablar del canto con fe. Cantar con fe nos establece en la plataforma sambandha-jñana, que resulta en rati o atracción por los santos nombres. Śraddhā-nāma limpia los anarthas muy fácil y rápidamente. Con excepción de kṛṣṇa-prema, todos los otros beneficios están disponibles por medio de nāmabhāsā. Cuando los anarthas se anulan, entonces nāmabhāsā se convierte en nāma o śuddha-nāma, el nombre puro. A través del canto puro y por seguir las reglas del sādhana conforme a la instrucción de guru, sādhu y śāstra, lenta pero seguramente la persona adquiere kṛṣṇa-prema –amor por Dios. Sin embargo, el canto nāmabhāsā nunca puede conceder kṛṣṇa-prema. Me inclino ante aquella alma afortunada que se liberó de cometer nāma-aparādha, ofensas contra los santos nombres, en la etapa nāmabhāsā. Tal etapa nāmabhāsā está mucho más allá del conocimiento y el trabajo fruitivo. Y si la śraddhā (fe) de una persona está basada en rati (atracción) y además es sin ofensas, entonces gradualmente conducirá al nombre puro.

“Las escrituras están llenas de palabras tales como nāmabhāsā, vaiṣṇava-abhāsā, śraddhā-abhāsā, rati-abhāsā, prema-abhāsā, mukti-abhāsā, etc. El sufijo abhāsā tiene un significado especial y es de aplicación versátil. Ahora, vamos a discutir esto. En verdad, abhāsā (presencia tenue o indefinida) es de dos variedades: svarūpa-abhāsā y pratibimba-abhāsā. Svarūpa-abhāsā es la infiltración parcial de la refulgencia plena; por ejemplo, en un día nublado, la luz del Sol está presente, sin em­bargo, la refulgencia plena del Sol queda atenuada por las nubes. Ahora, en la primera etapa de su aparición, nāmabhāsā es ensombrecido. Aún así, es de enorme beneficio para la humanidad; es conocido como cāya-nāmabhāsā o “los pálidos santos nombres opacados”. El camino hacia el nombre opacado es abierto por cāya-śraddhābhāsā o la pálida sombra de śraddhā (fe). Por otro lado, pratibimba-abhāsā refleja una imagen distorsionada del objeto real, así como la luz del Sol se altera cuando es reflejada por una superficie de agua. Este reflejo distorsionado sólo permite una percepción imprecisa de la fuente de luz origi­nal. Pratibimba-nāmabhāsā aparece cuando los rayos de los santos nombres son reflejados por el lago del pensamiento māyā­vadi, concediendo sāyujya-mukti a los māyāvadis que lo cantan. Con todo, ello no genera la quintaesencia del canto: kṛṣṇa-prema. De hecho, ese nāmabhāsā es uno de los mayores nāma-aparādhas; por eso, no puede ser considerado realmente nāma­bhāsā. Cāya-nāmabhāsā o svarūpa-nāmabhāsā es el verdadero nāmabhāsā, y se subdivide en cuatro categorías, conforme fueron descritas anteriormente. Las escrituras, mientras que alaban el nāmabhāsā, condenan profusamente el pratibimba-nāmabhāsā. Cāya-nāmabhāsā es considerado el resultado de cantar los santos nombres con anarthas derivados de la ignorancia. Sin embargo, el canto de los santos nombres con anarthas nutridos por conocimiento maligno y pervertido produce prati­bimba-abhāsā, y ello es considerado un terrible impedimento al servicio devocional y una ofensa atroz. Un cantor vaiṣṇava-abhāsā puede no ser reconocido como un devoto puro vaiṣṇava, pero, aún así, debe ser respetado como un devoto neófito, en tanto no sea contaminado por la filosofía māyāvadi. Él puede elevarse fácilmente a través del contacto con personas santas. Los vaiṣṇavas elevados consideran a tales neófitos como inocentes y, por consiguiente, los cubren de misericordia. Ellos no deben ser ignorados y evitados como los māyāvadis agnósticos. Los devotos puros resucitarán la pequeña chispa de devoción en ellos, alentando su propensión a adorar a la Deidad, y gradualmente concederán sambandha-jñana para establecerlos en el servicio devocional al Señor Supremo y Sus devotos. Sin embargo, si manifiestan fuerte inclinación por los enfoques māyāva­dis, entonces, deberán ser evitados.

“Cuando una persona ve fe firme en los otros, naturalmente queda impresionada y, así, śraddhā-abhāsā o el principio de la fe es evocado en ella. Ella desea elevación y, por ende, canta constantemente, aunque todavía con fuertes apegos a los placeres sensoriales y deseo de liberación. Su śraddhā no es genuina pero tiene los síntomas de śraddhā. Esto se define en las escrituras como pratibimba-śraddhā-abhāsā. Luego, cantar con pratibimba-śraddhā-abhāsā resulta en pratibimba-nāmabhāsā. Mas, si por las circunstancias este tipo de nāmabhāsā se vuelve aberrante por la filosofía māyāvadi, entonces el cantor comienza a pensar que el nombre perfecto y trascendental del Señor es mundano e imperfecto, teniendo que ser perfeccionado por el canto con conocimiento. Esta ofensa obstruye el poco de śraddhā genuino que él tenía. Cāya-nāmabhāsā surge simplemente de la ignorancia. Está arraigada en hṛdaya-daurbalyam, o flaqueza del corazón. Es un tipo de anartha. No obstante, todos esos de­fectos son corregidos por el canto de los santos nombres. Con todo, cantar en pratibimba-nāmabhāsā aumenta las ofensas. ­Según los māyāvadis, el nombre, forma, cualidades y pasatiempos del Señor Kṛṣṇa son todos ilusorios, falsos, temporales y contaminados. Similarmente, se equivocan pensando que prema o el amor espiritual es meramente evanescente. La filosofía māyāvadi típicamente contradice la senda devocional de bhakti a cada paso. Por lo tanto, los māyāvadis son los mayores ofen­sores. El canto de los māyāvadis no es el verdadero canto; el sonido del nombre del Señor puede emanar de su boca, pero viene destituido de la potencia del Señor. Ese canto está lleno de anhelo de disfrute sensorial y liberación, y todo el tiempo piensan que el nombre del Señor es material. Puesto que intentan engañar, dicho canto redunda en incesante miseria para ellos. Si por alguna buena fortuna el māyāvadi abandona el deseo de gratificación sensorial y liberación, y comienza a cantar pensando en sí mismo como siervo de Kṛṣṇa, será exonerado de sus ofensas y aberraciones espirituales. Entonces, él se refugia en los santos nombres y se arrepiente. Esto abre camino para oír y asociarse con los devotos puros. En ese momento, su canto lo lleva a comprender sambandha-jñana. Él debe cantar mientras llora continuamente lágrimas de remordimiento. Sólo entonces puede invocar la misericordia de los santos nombres. El māyāvadi considera tanto la forma trascendental del Señor Kṛṣṇa como la posición constitucional inherente del ser vivo como siervo eterno del Señor, como transitorias e imaginarias. Esta filosofía māyāvadi es un nāma-aparādha atroz. Namabhāsā es realmente un árbol de los deseos, pues aun concede a los māyāvadis la liberación sāyujya tan deseada por ellos. Dado que el nombre es omnipotente, ofrece mukti-abhāsā o un equivalente de libera­ción en la etapa pratibimba-nāmabhāsā. De entre los cinco tipos de liberación, sāyujya (volverse uno con Dios) es considerado abhāsā, mera insinuación de liberación. El sufrimiento material de hecho termina en sāyujya, pero se sucede la ruina espiritual de seguro. Los māyāvadis, cautivados por māyā, consideran que sāyujya es placentera, pero solamente es sólo un fantasma de la verdadera felicidad. Ellos pierden para siempre la existencia trascendental, conocimiento, felicidad y servicio devocional, porque sāyujya-mukti ofusca el recuerdo de Kṛṣṇa. ¿Dónde hay cuestión de eterna bienaventuranza cuando se duda del as­pecto eterno de bhakti y prema? Si el cantor de cāya-nāmabhāsā no es contaminado por los conceptos ateos, entonces tiene una buena chance. Su posición es que ignora sobre la potencia de los santos nombres, pero es de la naturaleza inherente a los mismos impregnar ese conocimiento en el corazón del cantor. Por ejemplo, el Sol puede no ser visible cuando el cielo está nublado, pero una vez que las nubes se dispersen, el Sol brillará en la plenitud de su gloria. El cantor obtiene un gran beneficio al refugiarse en un maestro espiritual fidedigno y, en muy poco tiempo, será capaz de alcanzar el nombre puro y kṛṣṇa-prema. ¡Eviten diligentemente la asociación de los māyāvadis! ¡Por favor, sirvan a aquellos que se apegan a cantar con pureza! ¡Oh, Señor Caitanya, ésta es Tu instrucción y quienquiera que la siga es muy afortunado! Los que no atienden y desobedecen esta instrucción son desgraciados que sufrirán eternamente. ¡Oh, mi Señor, por favor, bendíceme para que pueda rechazar la mala asociación y obtener refugio a Tus pies de loto! No existe otro camino”.

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