Bg. 3.26 - El servicio a Dios no es vagancia




Clase de S.G. Vīrabahu Mahārāja

Bhagavad-gīta 3.26

Ciudad de Rosario, Argentina, Julio de 1992

Enviado por Gustavo Medina

¡Hare Kṛṣṇa! Buenas noches. Vamos a leer el texto que correspondía al día de ayer, del Bhagavad-gītā tal como es, presentado por Śrīla Prabhupāda. Es el Capítulo 3, titulado Karma-yoga, el texto 26.
                                
oṁ namo bhagavate vāsudevāya [repite tres veces]

na buddhi-bhedaṁ janayed
ajñānāṁ karma-saṅginām
joṣayet sarva-karmāṇi
vidvān yuktaḥ samācaran

Traducción y significado por Śrīla Prabhupāda:

na — no; buddhi-bhedam — perturbación de la inteligencia; janayet — debe ser causa; ajñānām — de los necios; karma-saṅginām — que están apegados al trabajo fruitivo; joṣayet — él debe acoplar; sarva — todo; karmāṇi — trabajo; vidvān — un sabio; yuktaḥ — dedicado; samācaran — practicando.

TRADUCCIÓN

Así que, para no perturbarles la mente a hombres ignorantes que están apegados a los resultados fruitivos de los deberes prescritos, el sabio no debe inducirlos a dejar de trabajar. Más bien, trabajando con espíritu de devoción, debe ocuparlos en toda clase de actividades [para el desarrollo gradual de su conciencia de Kṛṣṇa].

SIGNIFICADO

Vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ. Ése es el fin de todos los rituales védicos. Todos los rituales, todas las celebraciones de sacrificios y todo lo que se presenta en los Vedas, incluso todas las indicaciones para la ejecución de actividades materiales, son para comprender a Kṛṣṇa, quien es la meta última de la vida. Pero debido a que las almas condicionadas no conocen nada fuera de la complacencia de los sentidos, estudian los Vedas con esa finalidad. Sin embargo, a través de las actividades fruitivas y la complacencia de los sentidos regulados por los rituales védicos, uno se eleva gradualmente al plano de conciencia de Kṛṣṇa. Por lo tanto, un alma iluminada con conciencia de Kṛṣṇa no debe perturbar a los demás en sus actividades o en su comprensión, sino que debe actuar enseñando cómo los resultados de todo trabajo se pueden dedicar al servicio de Kṛṣṇa. El erudito consciente de Kṛṣṇa puede actuar de modo tal que el ignorante que trabaja para complacer los sentidos aprenda con ello a actuar y a comportarse. Aunque no se debe perturbar al ignorante en sus actividades, una persona que se haya desarrollado un poco en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa puede ser ocupada directamente en el servicio del Señor, sin tener que esperar por otras fórmulas védicas. Este afortunado hombre no tiene ninguna necesidad de seguir los rituales védicos, porque, mediante el cultivo directo de conciencia de Kṛṣṇa, uno puede obtener todos los resultados que hubiera obtenido de cumplir con sus deberes prescritos”.

SG Vīrabahu Mahārāja: Entonces, Prabhupāda está citando el mismo Bhagavad-gītā —otro texto, vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ —, donde Kṛṣṇa dice que Él es la finalidad del estudio de todos los Vedas. Prabhupāda dice: “Ése es el fin de todos los rituales védicos (Kṛṣṇa)”.

Todos los rituales, todas las celebraciones de sacrificios y todo lo que se presenta en los Vedas, incluso todas las indicaciones para la ejecución de actividades materiales, son para comprender a Kṛṣṇa, quien es la meta última de la vida. Pero debido a que las almas condicionadas no conocen nada fuera de la complacencia de los sentidos, estudian los Vedas con esa finalidad. Sin embargo, a través de las actividades fruitivas y la complacencia de los sentidos reguladas por los rituales védicos, uno se eleva gradualmente al plano de conciencia de Kṛṣṇa. Por lo tanto, un alma iluminada con conciencia de Kṛṣṇa no debe perturbar a los demás en sus actividades o en su comprensión, sino que debe actuar enseñando cómo los resultados de todo trabajo se pueden dedicar al servicio de Kṛṣṇa. El erudito consciente de Kṛṣṇa puede actuar de un modo tal, que el ignorante que trabaja para complacer los sentidos aprenda con ello a actuar y a comportarse. Aunque no se debe perturbar al ignorante en sus actividades, una persona que se haya desarrollado un poco en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa puede ser ocupada directamente en el servicio del Señor, sin tener que esperar por otras fórmulas védicas. Este afortunado hombre no tiene ninguna necesidad de seguir los rituales védicos, porque, mediante el cultivo directo de conciencia de Kṛṣṇa, uno puede obtener todos los resultados que hubiera obtenido de cumplir con sus deberes prescritos.

[Śrīla Vīrabahu ofrece reverencias a su maestro espiritual, Śrīla Prabhupāda, antes de comenzar a explicar el verso mencionado]

oṁ ajñāna-timirāndhasya jñānāñjana-śalākayā
cakṣur unmīlitaṁ yena tasmai śrī-gurave namaḥ

mūkaṁ karoti vācālaṁ
paṅguṁ laṅghayate girim
yat-kṛpā tam ahaṁ vande
śrī-guruṁ dīna-tāraṇam

Ajñāna-timirāndhasya. La misma palabra encontramos acá —ajñāna, los ignorantes. Y en esta oración (oṁ ajñāna-timirāndhasya), le ofrezco mis reverencias a mi maestro espiritual, ya que me doy cuenta en cuanta ignorancia me hallo sumido. Como he nacido en la más oscura ignorancia, cualquier conocimiento, cualquier comprensión que he logrado hasta estos momentos se debe a la misericordia de él, mi maestro espiritual, Śrīla Prabhupāda.

Mūkaṁ karoti vācālaṁ. Y por las bendiciones de una personalidad como Śrīla Prabhupāda hasta un mudo puede hablar, un cojo puede subir, escalar, una montaña. Mūkaṁ karoti vācālaṁ paṅguṁ laṅghayate girim yat-kṛpā tam ahaṁ vande śrī-guruṁ dīna-tāraṇam. Así que le ofrecemos nuestras reverencias a Śrīla Prabhupāda, ya que gracias a él podemos iluminarnos con la compresión correcta acerca de este mundo, acerca de nosotros y, muy especialmente, acerca de Dios, acerca de Kṛṣṇa.

Entonces, aquí (1) está la palabra ajñāna. Oṁ ajñāna-timirāndhasya, la misma palabra que utilizamos en esa oración.

También decimos:

vāṇchā-kalpa-tarubhyaś ca kṛpā-sundhubhya eva ca
patitānāṁ pāvanebhyo vaiṣṇavebhyo namo namaḥ

Les ofrecemos también nuestras reverencias a devotos Vaiṣṇavas del Señor, ya que son como Árboles de los Deseos y se explica que pueden complacer los deseos de todos. Como en este mundo es famosa la Fuente de los Deseos, y la idea es que uno va a esa fuente y especialmente hay que tirar una moneda, —para beneficio de los que la recogen luego. [Risas] Pero se supone que uno tira una moneda y se cumplen los deseos (y siempre decimos, “especialmente los deseos de quien recoge las monedas”). [Risas] Entonces, así, está la Fuente de los Deseos. En nuestra vida de Conciencia de Kṛṣṇa tenemos mucho este concepto, tenemos Árboles de los Deseos. Y tenemos a los devotos, los Vaiṣṇavas, que se dice que son como Árboles de los Deseos, que cualquier deseo se cumple por las bendiciones de los devotos. Y que están llenos de compasión por las almas condicionadas caídas. Y hemos mencionado esto de la compasión: una persona que está bien ya no tiene que preocuparse por nadie más, normalmente. Y si lo hace, es por su compasión. Entonces, es necesario que la persona que esté bien se compadezca de otros. Porque si no, ¿cuál es la esperanza para aquellos otros que no están tan bien? Entonces, de ese modo, les ofrecemos nuestras reverencias también a los devotos, que están bien, pero tienen la misericordia de preocuparse por los que no estamos tan bien.

Esta canción que cantamos esta noche (2), śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā koro more..., se refiere a esto justamente. Doyā. Doyā significa misericordia. El autor dice, śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā koro more tomā vinā ke doyālu jagat-saṁsāre. “Mi querido Señor Caitanya” —Śrī Caitanya Mahāprabhu es Kṛṣṇa— entonces, el autor le está orando a Dios. Dice, “¡Mi querido Dios, mi querido Señor Caitanya, Kṛṣṇa Caitanya, por favor, sea misericordioso conmigo! Porque si Usted no es misericordioso conmigo, ¿quién lo va a ser? ¿Qué va a pasar conmigo?”. Y él se presenta, jagat-saṁsāre. Dice, “en todo este universo no hay alguien tan caído como yo, que necesite tanto de Su compasión, de Su misericordia. Así que, por favor, sea misericordioso conmigo”. Y, así, el autor... hā hā prabhu nityānanda, premānanda sukhī, va orando a Caitanya Mahāprabhu y Sus asociados, incluyendo a los Goswāmīs de Vṛndāvana. Y, rāmacandra-saṅga māge narottama-dāsa, inclusive a un amigo que tiene en Conciencia de Kṛṣṇa —Rāmacandra Kavirāja.

Entonces, en esta canción se habla mucho de la misericordia. En realidad, Dios no está obligado a nada. Hay una rama filosófica en la Cultura Védica que se llama Karma-mīmāṁsā. Y eso significa que estás personas, estos filósofos, que siguen esa filosofía, piensan que: si yo realizo ciertas actividades, Dios está obligado a darme el resultado. Eso se llama Karma-mīmāṁsā. Una relación con Dios que no está basada en lo que debe estar basada la relación con Dios, que es en el amor. Entonces, estos filósofos ven la cosa de ese modo. Por ejemplo, si yo obro bien, Dios va a estar obligado a darme el resultado. Esta canción nos habla de una mentalidad completamente diferente. Esa debe ser la mentalidad de Conciencia de Kṛṣṇa y es la realidad. Dios no está obligado a nada. A veces sentimos que Dios está obligado y, debido a eso, le reclamamos a Dios y criticamos a Dios. Mucha gente, en el diario vivir, se pregunta ¿por qué Dios permite esto? Y Prabhupāda contaba cómo, de ese modo, es muy fácil volverse ateo. Es muy peligroso tener esa mentalidad. Y él cuenta que, en la época de la Guerra (3), las esposas de los alemanes iban a la iglesia pidiéndole a Dios que, por favor, sus esposos regresaran sanos y salvos. Y después, cuando no regresaron, cuando la mayoría de ellos habían muerto, entonces, estas mujeres dejaron de creer en Dios. Decían, “Dios no existe. Tanto que pedimos y no nos cumplió”. Y claro, Prabhupāda explica —no con este ejemplo, pero lo podemos aplicar a este mismo ejemplo— que lo que nos debemos dar cuenta es que las esposas de los otros soldados también están pidiendo lo mismo. Prabhupāda da el ejemplo más humorista de que el dueño de casa le pide a Dios que, “por favor, protégeme de los ladrones”; y el ladrón le pide a Dios que, “por favor, que todo me salga bien”. [Risas] Prabhupāda dice que es una perplejidad para Dios, porque los dos le están pidiendo.

Todo esto refleja una mentalidad materialista en relación con Dios. Y, un poquito, esto es lo que se llama la filosofía Karma-mīmāṁsā, de pensar que Dios está obligado. Y tenemos que tener cuidado en el Movimiento de Conciencia de Kṛṣṇa de no tener la misma mentalidad. A veces nos preguntamos también lo mismo: tenemos tanto tiempo sirviendo a Kṛṣṇa, ¿por qué todavía no aparece lo que estoy buscando? ¿Por qué me pasa lo que me pasa?

Entonces, la mentalidad devocional es muy diferente y se describe muy bien en esta canción. Śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā koro more tomā vinā ke doyālu jagat-saṁsāre. “Mi querido Señor Caitanya Mahāprabhu, por favor, sea misericordioso conmigo”. Eso es todo lo que podemos pedir, que Dios sea misericordioso con nosotros. Debemos apreciar, debemos entender que dependemos de la misericordia de Dios y Sus devotos. Que no hay nada que podamos hacer, mediante nuestro propio esfuerzo, por liberarnos. Y no podemos obligar a Dios a que haga nada. Todo lo que podemos hacer es invocar la misericordia. Así que esta filosofía de Conciencia de Kṛṣṇa nos enseña a buscar esa misericordia. Y la misericordia de Dios viene a través de la misericordia de los devotos. En este momento, Dios está distante de nosotros —aparentemente—; no lo vemos. Pero, como decíamos esta mañana, se sabe que Dios está con Su devoto. Así que como nosotros, directamente, no logramos tener la compañía de Dios pero sabemos que Dios siempre está con Su devoto, nunca abandona a Su devoto, lo más inteligente es buscar a un devoto. Por lo menos a uno. Cuando uno está con un devoto de Dios, uno sabe que Kṛṣṇa está ahí, en alguna parte. Que aunque uno no lo ve, uno sabe que está ahí porque está el devoto de Kṛṣṇa. Y a través de ese devoto de Kṛṣṇa, viene la misericordia de Kṛṣṇa.

Así que esta relación con Dios es muy importante. Este tipo de relación con Dios, —la relación a través del afecto, la relación de dependencia, en la que estamos pidiendo Su misericordia y en la que entendemos que Él no está obligado a nada—, eso es muy importante. Dios es Supremo, es independiente y Él no tiene obligación de nada. En este mundo ya tenemos experiencia de eso. Cuando alguien se siente en una posición superior —quizás todos hemos tenido experiencia—, como por ejemplo, qué sé yo quizás, en la relación de padre a hijo, de madre a hijo, en la de jefe a subordinado. En tantas situaciones en este mundo, vemos que existe una posición superior y una inferior. Y nos damos cuenta que hay ese sentir —contaminado, por supuesto, pero está ese sentir y podemos entenderlo— cómo la persona superior siente que no tiene ninguna obligación de hacer lo que el subordinado quiere. Ese es un sentir. Y se ofende, la persona superior se siente ofendida. Entonces, en el plano trascendental eso es aún más cierto: Dios indudablemente que no tiene ninguna obligación de hacer nada. Pero Él sí hace. En este mismo Capítulo, Él ha hablado de eso. Dice, “...si yo dejara de desempeñar cuidadosamente los deberes prescritos,... sin duda que todos los hombres seguirían mi sendero. Si Yo no ejecutara deberes prescritos, todos estos mundos se irían a la ruina” [Bg. 3.23-24]. Son, justo, los textos anteriores que han estado estudiando. Kṛṣṇa está hablando, “Yo sería la causa de la creación de una población no deseada, y con ello destruiría la paz de todos los seres vivientes”. Es decir, aunque Dios no tiene obligación de hacer nada, Él hace. Él se ocupa. Pero las ocupaciones de Dios se llaman lila, “pasatiempos”.

De todos modos, Él sí se ocupa. Y, como Él mismo expresa acá, para dar el ejemplo. Y aquí está el famoso verso, el verso 21. Es muy famoso en relación con esto.

yad yad acarati sresthas
tat tad evetaro janah
sa yat pramanam kurute
lokas tad anuvartate

“Los hombres comunes siguen los pasos de un gran hombre, sea cual fuere la acción que éste ejecute. Y cualesquiera que sean las pautas que él establezca mediante actos ejemplares, el mundo entero las sigue”.

Así que nuestra relación con Dios debemos saber que es totalmente libre. Como cualquier otra relación amorosa, en donde ambos participantes manifiestan, expresan, su libre albedrío. Lo bonito de una relación amorosa es que es libre. Cuando hay obligación, ya no tiene el mismo valor ese amor. Y en todas las relaciones de este mundo, tenemos experiencia de eso. Así que no es difícil de entender. Eso mismo se espera en la relación con Dios. En la relación con Dios debe haber un amor totalmente libre de obligaciones. Puro afecto. Eso se llama amor puro. Śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā koro more...

En este texto de hoy, vamos a repetirlo:

“Así que, para no perturbarles la mente a hombres ignorantes que están apegados a los resultados fruitivos de los deberes prescritos, el sabio no debe inducirlos a dejar de trabajar. Más bien, trabajando con espíritu de devoción, debe ocuparlos en toda clase de actividades [para el desarrollo gradual de su conciencia de Kṛṣṇa]”.

No se debe entender con este verso, que lo mejor sería no trabajar. Ya acabamos de ver que el propio Kṛṣṇa dice que Él trabaja. Que Él actúa. Así que la idea no es que no se debe trabajar. Pero, como hemos dicho todos estos días, hay diferentes actividades. Diferentes tipos de actividades, diferentes tipos de funciones. Y hay actividades que promueven nuestra conciencia de Kṛṣṇa. Hay actividades que promueven que alcancemos la meta de nuestra vida. A todos nos preocupa el que estemos aprovechando nuestra vida. Todos nos damos cuenta que el tiempo pasa. Y a todos nos preocupa el que estemos aprovechando este tiempo. Nos preocupa saber que lo estemos aprovechando. Y, claro, por lo general, creemos que sí, que estamos haciendo tanto. Muchas veces, nos vemos involucrados en tantas actividades. Nos sentimos tan ocupados que creemos que estamos haciendo mucho. Pero debemos analizar cuál es la meta de esas actividades y si vale la pena esa meta. Este movimiento de Conciencia de Kṛṣṇa es para enseñarnos cual es la meta más valiosa y para enseñarnos a llegar a ella. Esa es la razón de este Movimiento Hare Kṛṣṇa. Y, lógicamente, la meta es Kṛṣṇa. Como se dice acá, vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ: Kṛṣṇa es la meta de todo.

Vemos que mucha gente dice que Dios es la meta de todo pero no saben como poner eso en práctica. Y, cuando analizamos la vida de esas personas, nos damos cuenta que, en la práctica, Dios no es la meta de todo —aunque ellos dicen que Dios es la meta de todo. Así que aquí, en Conciencia de Kṛṣṇa, queremos estar seguros no sólo de decir que Dios sea la meta, sino que de verdad Dios sea la meta. De ver que, en cada una de nuestras actividades, Dios está siendo la meta de todo. Y eso es el significado de este texto. Aquí se habla de los hombres ignorantes y de los hombres conocedores, eruditos, versados. Entonces, la gente que conoce, la gente que sabe, debe tener cuidado de no hablarle a la gente ignorante haciéndole creer que debe dejar de trabajar.

A veces, hay esta mala interpretación. Anoche hablábamos de esto, las malas interpretaciones en relación con la filosofía de Conciencia de Kṛṣṇa. Que pareciera que este Movimiento estuviera promoviendo el que la gente dejara su trabajo. De hecho, recuerdo una historia en la India hace como dos años, —dos o tres años. Estaba viajando de Jaipur. ¿Cuándo fue?... anoche mostramos las fotos de las Deidades de Jaipur. Entonces, es una historia muy bonita. Cuando salí de Jaipur, la primera vez que fui, iba de Jaipur a Delhi y... me impresionó mucho esta historia, la he contado muchas veces. Quizás algunos de ustedes la han oído. Iba en un autobús. Iba con mi esposa y un discípulo. Y, al lado, iba un señor hindú con su esposa y se veía como una persona educada. Íbamos en un autobús que se consideraba..., pues en la India los autobuses... Deben saber que es un lugar muy renunciado, la India. [Risas] Buscamos un autobús que se suponía era de Primera (clase). Y lo único que eso significaba, prácticamente, era que no había gente saliéndose por las ventanas [risas] sino que cada persona estaba sentada en uno de los asientos. Iba a ser un viaje de cinco horas, así que tratamos de buscar tener un asiento por esas cinco horas. Entonces, significaba que uno iba a tener un asiento y, además, significaba que había un televisor encendido todo el tiempo con videos. “Video coach”, se llamaba —con videos— y era bastante estruendoso.

Era ekādaśī ese día. [Risas] Entonces, desde que salimos... habíamos salido temprano por la mañana, teníamos que cantar nuestras rondas de Hare Kṛṣṇa, así que estábamos todo el tiempo cantando rondas. Y pasó como una hora, hora y media, casi dos horas de que estuvimos cantando rondas, y el señor que tenía al lado durante estas dos horas (me había dado cuenta) se la pasó muy inquieto. Un rato estuvo mirando el televisor, el video; otro rato sacó una revista y estaba llenando un crucigrama; después, guardó la revista y sacó un libro; después conversó con su esposa. Y así, pasaba de una actividad a otra. Estaba sumamente inquieto. Y al cabo de casi las dos horas, me interrumpió. Pidió permiso y me dijo: “Discúlpeme, ¿puedo interrumpirlo?” Le digo, “Sí, como no”. Entonces, él me dijo: “Tengo que decirle que me siento verdaderamente apenado de que yo he tratado, he estado todo el tiempo tratando de olvidar a Dios y usted ha estado todo el tiempo tratando de recordarlo”.

Claro, en la India la gente tiene mucha cultura espiritual, mucha cultura religiosa, y tiene mucho estos sentimientos. Entonces, dijo así. Dijo que le apenaba; de repente le había dado vergüenza que él había nacido en esa cultura en la que yo no había nacido —en la que nosotros, los tres que estábamos ahí, no habíamos nacido— y le daba vergüenza que él había estado todo el tiempo tratando de olvidar a Dios, y nosotros habíamos estado tratando de recordarlo. Entonces, yo le dije —me conmovió mucho eso— y le dije que esa era la misericordia de nuestro Guru Mahārāja, de nuestro maestro espiritual. Me dijo, “¡Oh! Y, ¿quién es su maestro espiritual?” Entonces, le dice: “A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda”. Dijo, “¡Oh, ese es su maestro espiritual!” Y me dijo, “Yo lo conocí hace muchísimos años”. Y me contó una historia muy bonita. De hecho, había conocido a Prabhupāda y me contó. “Yo conocí a su maestro espiritual hace muchos, muchos años, antes de que él fuera al Occidente”. Claro, yo no estaba muy seguro de que fuera cierto. En principio me llamó la atención. Me puse un poco sospechoso. Pero entonces me dijo, “Sí, yo lo conocí cuando su maestro espiritual estuvo yendo al templo de Chippiwada”. Entonces, cuando dijo eso, yo ya supe que era cierto. Lo que ocurrió es que Śrīla Prabhupāda, después de haber adoptado sannyāsa cuando se fue a Vṛndāvana, estuvo viviendo un tiempo en el templo de Rādhā-Dāmodara (un templo muy famoso en Vṛndāvana). Prabhupāda se dedicó ahí a escribir el Śrīmad-Bhāgavatam en inglés con la idea de predicar en el idioma inglés, de venir al mundo Occidental. Entonces, escribió su Bhagāvatam en inglés y lo estaba imprimiendo en Delhi, que es a tres horas de Vṛndāvana por carro. Entonces, Prabhupāda, cuando iba a Delhi, se quedaba para revisar la impresión de los libros en este templo de Chippiwada. Un templo donde le permitían quedarse. Le habían dado un cuarto ahí. Entonces, este señor me cuenta, me dice: “Sí, yo conocí a su maestro espiritual cuando estaba yendo a ese templo. Y debo decirle que un amigo mío lo ayudó”. Yo le dije, “¿De veras lo ayudó? ¿Por qué?” “Porque todos los vecinos —y aquí viene con lo que estaba diciendo antes— del templo, del vecindario, estaban protestando diciéndoles a los administradores del templo que, por favor, no permitan que este Swami siga viniendo. Porque está predicando una filosofía muy extraña”.

Incluso en la India eso estaba causando problemas. Y dice, “la gente que se asocia con él se vuelve como loca y ya sólo quiere cantar todo el día”. [Risas] Y dijo, “es muy peligroso eso, que toda esta gente vaya a abandonar sus responsabilidades”. Así que, dice que los vecinos estaban acercándose a los administradores y hablándoles de ese modo. El amigo de él habló con los administradores y les dijo que no, que siguieran permitiendo que Prabhupāda pudiera quedarse ahí, en ese templo, que no le causaran problemas, y que él estaba representando una filosofía muy buena. Que nada más tenían que entenderla. Lo que pasa es que la gente no entendía lo que Prabhupāda estaba presentando.

Pues así, este señor me contó esta historia y aprecié mucho eso. Y luego me dijo, “Y, un día, ya no lo vimos más. No supimos más de él. Hasta que más adelante, en una ocasión muchos años después, vi en el periódico que se había vuelto esta gran personalidad mundial. Y me quedé muy sorprendido, que esta era la persona que yo había conocido hace tantos años. Jamás iba a pensar que se iba a volver un Ācārya, un maestro espiritual, mundialmente reconocido, tan famoso.” Y, entonces, me dijo: “Yo le digo sinceramente, su Movimiento es el único que verdaderamente está haciendo algo bueno por la humanidad, que verdaderamente se está preocupando por la humanidad”.

Entonces, así, vemos que algunas personas aprecian. Pero el ejemplo lo traje a colación debido a esto de que es muy fácil malinterpretar y creer que estamos queriendo que la gente se vuelva irresponsable. Y este verso, les advierte a los predicadores en especial, que tienen que tener cuidado cuando le hablan a la gente. Por ejemplo hay tantas cosas que parecen ser criticadas en la Cultura Védica. Hay que tener cuidado con esto. Hoy estábamos hablando con un grupo de devotos sobre la vida familiar. A veces, pudiéramos hablar de la vida familiar de modo tal que entonces el esposo y la esposa se pudieran volver irresponsables, pudieran creer que está bien ser irresponsable dentro de la vida familiar. Igualmente, a veces podemos hablar de la vida social de modo tal que podríamos crear el peligro de crear un problema en la sociedad, de crear una perturbación en la sociedad. Porque entonces la gente se volvería irresponsable.

Entonces, cuando se critican todas esas cosas —el trabajo, o la vida familiar, el matrimonio, la relación hombre-mujer, todas estas cosas— lo que se critica es cuando eso se realiza de una manera atea. Pero hay lo mismo en el servicio a Dios. El servicio a Dios no es vagancia. El servicio a Dios son las mismas actividades pero realizadas entregándole el fruto de esa actividad a Dios. Viendo que Dios, que Kṛṣṇa, se beneficie. Que Kṛṣṇa sea la meta de lo que uno hace. Así que no debemos malinterpretar. Y, finalmente, esa es la esencia de este verso y el significado: tener cuidado de no hablar de modo tal que la gente se vuelva irresponsable. Debemos tener mucho cuidado. No queremos que la gente se vuelva irresponsable. Lo que queremos es que la gente siga haciendo lo que está haciendo, pero para el servicio de Kṛṣṇa. Y por servir a Kṛṣṇa con su actividad, en el Bhagāvatam se dice que... Nārada Muni dice en el Primer Canto que un médico sabe cómo utilizar la misma sustancia que causó la enfermedad para que sirva de remedio. Cómo la misma sustancia que causa la enfermedad se utiliza de un modo “terapéutico” —dice el Bhagāvatam— para que sirva de remedio. Entonces, asimismo, si bien estas actividades materialistas nos causan el enredo material, aplicadas en el servicio de Kṛṣṇa son causa de nuestra liberación.

Bueno, vamos a terminar ahí. Muchas gracias por su atención.

¡Śrīla Prabhupāda ki, jaya!

¡Śrīmad Bhagavad-gītā ki, jaya!

¡Gaura bhakta-vṛnda ki, jaya!

¡Gaura premanande ‘hari hari’ bol!

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(1) En el texto estudiado: na buddhi-bhedaṁ janayed ajñānāṁ karma-saṅginām...

(2) Refiriéndose a la canción “Sāravana- śrī-gaura-pāda-padme Prārthanā”, de Śrīla Narottama dāsa Ṭhākura, entonada previamente.
                           
(3) La Guerra Mundial

(Transcripción: Gustavo Medina, Argentina)

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