Clase de S.G. Vīrabahu Mahārāja
Bhagavad-gīta 4.6-9
Buenos Aires, enero
de 1991
Enviado por Gustavo
Medina
Vamos a leer hoy el Bhagavad-gītā. Y vamos a leer del
Capítulo Cuatro, titulado “El Conocimiento Trascendental” del texto 6 en
adelante, varios textos de este Capítulo —del 6 al 9.
Un tema muy importante para los que
estamos en el sendero de la vida devocional, especialmente.
oṁ
namo bhagavate vāsudevāya [repite tres veces]
El Bhagavad-gītā tal como es, presentado y comentado por Su Divina
Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda.
El texto 6 de este Capítulo Cuatro
dice, en sánscrito:
ajo
‘pi sann avyayātmā
bhūtānām īśvaro ’pi san
prakṛtiṁ svām adhiṣṭhāya
sambhavāmy ātma-māyayā
bhūtānām īśvaro ’pi san
prakṛtiṁ svām adhiṣṭhāya
sambhavāmy ātma-māyayā
[Bg. 4.6]
Kṛṣṇa le habla a Arjuna ahí. Dice:
“Aunque soy innaciente y Mi cuerpo
trascendental nunca se deteriora, y aunque soy el Señor de todas las entidades
vivientes, aun así aparezco en cada milenio en Mi trascendental forma
original”.
El texto 7 dice:
yadā
yadā hi dharmasya
glānir bhavati bhārata
abhyutthānam adharmasya
tadātmānaṁ sṛjāmy aham
glānir bhavati bhārata
abhyutthānam adharmasya
tadātmānaṁ sṛjāmy aham
[Bg. 4.7]
“Cuando quiera y dondequiera que haya
una declinación en la práctica religiosa, ¡oh, descendiente de Bharata!, y un
aumento predominante de la irreligión, en ese entonces Yo mismo desciendo”.
Texto 8:
paritrāṇāya
sādhūnāṁ
vināśāya ca duṣkṛtām
dharma-saṁsthāpanārthāya
sambhavāmi yuge yuge
vināśāya ca duṣkṛtām
dharma-saṁsthāpanārthāya
sambhavāmi yuge yuge
[Bg. 4.8]
“Para redimir a los piadosos y
aniquilar a los infieles, así como para restablecer los principios de la
religión, Yo mismo aparezco milenio tras milenio”.
Texto 9:
janma karma ca me divyam
evaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna
evaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna
“¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la
naturaleza trascendental de Mi aparición y actividades, al abandonar este
cuerpo no vuelve a nacer de nuevo en este mundo material, sino que alcanza Mi
morada eterna”.
Vamos a leer este significado (del
verso 9) de Śrīla Prabhupāda, que explica todos estos textos que hemos leído.
El descenso del
Señor desde su morada trascendental ya se explicó en el verso seis. Aquel que
puede entender la verdad de la aparición de la Personalidad de Dios ya está
liberado del cautiverio material, y, por ende, regresa al Reino de Dios
inmediatamente después de dejar el presente cuerpo material. Que la entidad
viviente se libere del cautiverio material no es fácil en absoluto. Los
impersonalistas y los yogīs logran la
liberación, únicamente después de muchas dificultades y muchísimos nacimientos.
Incluso entonces, la liberación que logran —el fundirse en el brahmajyoti impersonal del Señor— es
únicamente parcial, y existe el riesgo de regresar a este mundo material. Pero
el devoto, por el simple hecho de entender la naturaleza trascendental del
cuerpo y las actividades del Señor, alcanza la morada del Señor después de
terminar con este cuerpo, y no corre el riesgo de regresar a este mundo
material. En El Brahma-saṁhitā (5.33)
se afirma que el Señor tiene muchísimas formas y encarnaciones: advaitam acyutam anādim ananta-rūpam. Aunque existen
muchas formas trascendentales del Señor, aun así son la misma y única Suprema
Personalidad de Dios. Uno tiene que entender este hecho con convicción, aunque
a los eruditos mundanos y filósofos empíricos les resulte incomprensible. Como
se dice en los Vedas (Puruṣa-bodhinī Upaniṣad):
eko
devo nitya-līlānurakto
bhakta-vyāpī hṛdy antarātmā
bhakta-vyāpī hṛdy antarātmā
“Con muchísimas
formas trascendentales, la única Suprema Personalidad de Dios está eternamente
activa, en relaciones con Sus devotos puros”. Esta declaración védica la
confirma el Señor personalmente en este verso del Gītā. Todo aquel que acepte esta verdad —al amparo de la autoridad
de los Vedas y de la Suprema Personalidad
de Dios— y que no pierda el tiempo en especulaciones filosóficas, alcanza la
etapa más elevada y perfecta de la liberación. Por el simple hecho de aceptar
esta verdad en base a la fe, uno puede lograr la liberación sin ninguna duda.
La versión védica tat tvam asi se
aplica de hecho en este caso. Cualquiera que entienda que el Señor Kṛṣṇa es el
Supremo, o que le dice al Señor: “Tú eres el Brahman Supremo, la Personalidad
de Dios”, es seguro que se libera instantáneamente y, en consecuencia, su
participación de la asociación trascendental del Señor queda garantizada. En
otras palabras, un devoto del Señor que sea así de fiel logra la perfección, y
eso lo confirma la siguiente aseveración védica:
tam
eva viditvāti-mṛtyum eti
nānyaḥ panthā vidyate ’yanāya
nānyaḥ panthā vidyate ’yanāya
“Uno puede lograr la
etapa perfecta de liberarse del nacimiento y la muerte, por el simple hecho de
conocer al Señor, la Suprema Personalidad de Dios, y no hay otra manera de
lograr esa perfección” (Śvetāśvatara Upaniṣad 3.8). Que no haya ningún otro
recurso significa que cualquiera que no entienda que el Señor Kṛṣṇa es la
Suprema Personalidad de Dios, es seguro que se halla sumido en la modalidad de
la ignorancia y, por ende, no logrará la salvación por el simple hecho de
—digámoslo así— lamer la botella de miel por fuera, o interpretar el Bhagavad-gītā según la erudición
mundana. Esos filósofos empíricos puede que asuman papeles muy importantes en
el mundo material, pero no se vuelven necesariamente merecedores de la
liberación. Semejantes eruditos engreídos tienen que esperar que les llegue la
misericordia sin causa del devoto del Señor. Por consiguiente, uno debe
cultivar conciencia de Kṛṣṇa con fe y conocimiento, y, de esa manera, lograr la
perfección.
[Śrīla
Vīrabahu ofrece sus respetos a su maestro espiritual y a los devotos, antes de
comenzar a explicar los textos leídos]
oṁ ajñāna-timirāndhasya jñānāñjana-śalākayā
cakṣur unmīlitaṁ yena tasmai śrī-gurave namaḥ
nāma oṁ
viṣṇu-pādāya kṛṣṇa-preṣṭhāya bhū-tale
śrīmate
bhaktivedānta-svāmin iti nāmine
namas te
sārasvate deve gaura-vāṇī-pracāriṇe
nirviseṣa-śūnyavādi-pāścātya-deśa-tāriṇe
mūkaṁ
karoti vācālaṁ
paṅguṁ laṅghayate girim
yat-kṛpā tam ahaṁ vande
śrī-guruṁ dīna-tāraṇam
paṅguṁ laṅghayate girim
yat-kṛpā tam ahaṁ vande
śrī-guruṁ dīna-tāraṇam
vāṇchā-kalpa-tarubhyaś
ca kṛpā-sundhubhya eva ca
patitānāṁ pāvanebhyo vaiṣṇavebhyo namo namaḥ
patitānāṁ pāvanebhyo vaiṣṇavebhyo namo namaḥ
Decíamos que éste es un pasaje muy
importante del Bhagavad-gītā.
Especialmente, para aquellos que estamos emprendiendo el sendero de la vida
devocional, la vida espiritual de Conciencia de Kṛṣṇa. Y es el saber que Kṛṣṇa,
Dios, viene. Que Dios se manifiesta, que Dios se presenta.
Esta época, que en las Escrituras se
conoce como Kali-yuga (la era de riña e hipocresía), es una era que se
caracteriza por una particularidad —muchas particularidades—, pero una muy
especial en relación con la vida espiritual: esta época es mala y,
especialmente en estos días y especialmente en Argentina, no hay que explicar
mucho esto. Kali-yuga. Algunos la llaman La Era de Acuario, diciendo que es una
época de bonanza. Pero, en realidad, llámese como se llame, tiene todas las
características de Kali-yuga.
prāyeṇālpāyuṣaḥ
sabhya
kalāv asmin yuge janāḥ
mandāḥ sumanda-matayo
manda-bhāgyā hy upadrutāḥ
kalāv asmin yuge janāḥ
mandāḥ sumanda-matayo
manda-bhāgyā hy upadrutāḥ
En otro libro, el Śrīmad-Bhāgavatam, al comienzo... El Śrīmad-Bhāgavatam es historia de la vida
espiritual, una historia para la vida espiritual. Es la historia del mundo pero
en relación con Dios y con la vida espiritual. Es un tipo de historia diferente.
Tan diferente que, por ejemplo, no importa la cronología. Normalmente historia
significa cronología. Pero esta historia es tan diferente que, en el Bhāgavatam, no importa qué viene antes y
qué viene después. A veces la gente se confunde, por eso se advierte al lector
del Bhāgavatam que no están las
historias en el orden cronológico. Es una historia diferente: una historia del
mundo, muy relacionada, donde lo importante es la vida espiritual. Entonces, en
ese tipo de historia no es importante la cronología sino la esencia del evento
que se registra.
Entonces, decíamos, en el Śrīmad-Bhāgavatam se describen las
cualidades de la gente de esta época. Los sabios de la antigüedad, de la
Cultura Védica, se reunieron para hacer sacrificios para beneficio de la gente.
Eso significa sabio: una persona es sabia cuando ya no busca nada para sí
misma. Cuando alguien se vuelve sabio, ya se da cuenta que no necesita nada.
Eso es sabiduría. Y, entonces, esa persona, —su vida— es para el servicio de
los demás, porque ya para sí no necesita nada.
Y servir a los demás significa
sacrificio. Normalmente, si no se tiene Conciencia de Kṛṣṇa, si no se tiene
verdadero amor por Dios, por lo general, las relaciones humanas se vuelven
relaciones de explotación (a todos los niveles). Y la gente, cuando se
relaciona entre sí, incluso bajo el título de “servicio a la humanidad”, de
todos modos, trata de aprovecharse. De alguna manera, de obtener algo personal.
Muchas veces, eso personal que se quiere obtener quizás no sea algo material,
pero siempre hay algo que se trata de obtener cuando el servicio a la humanidad
no se hace exclusivamente por servicio a Dios (y a la humanidad). Dios tiene
que estar involucrado. Verdadera Conciencia de Kṛṣṇa.
Entonces, estos sabios de Naimiṣāraṇya
—que eran verdaderamente sabios— ya ellos no tenían nada personal que buscar.
Esa es otra característica del devoto (ātmārāma).
Una persona que está satisfecha en sí misma. Satisfecha en sí misma porque, en
realidad, lo tiene todo porque tiene a Dios. Entonces, los sabios de Naimiṣāraṇya
se reunieron para hacer sacrificios en beneficio de la humanidad. Y, cuando
estaban reunidos, lo primero que plantearon era cual sería la condición de la
gente de la época. Y ahí está ese verso [SB 1.1.10], prāyeṇālpāyuṣaḥ sabhya en relación con eso.
Āyuṣaḥ.
Āyuṣaḥ
es la duración de la vida. Que, por ejemplo, en esta época la gente vive poco
tiempo. Mandāḥ sumanda-matayo manda-bhāgyā:
son muy desafortunados, perezosos, pendencieros, todas estas cosas. Por eso se
dice la época de riña. Kali-yuga: riña e hipocresía. Y Prabhupāda explica en el
significado que por una mínima cosa hay una pelea. Incluso entre dos personas,
ni hablar entre países. Dice, incluso por cosas insignificantes, ni hablar si
es petróleo o algunas otras cosas. Por una mínima cosa o por una gran cosa,
según como lo consideremos, hay una pelea, guerra.
Entonces, vemos que —si nos ponemos a
analizar— en los últimos años, ¿cuándo no ha habido guerra? A veces, la gente
mayor que vivió una o las dos Guerras, se nos hace sentir como que es algo del
pasado. “¡Oh, la Primera Guerra Mundial! ¡La Segunda Guerra Mundial! Menos mal
que ya eso no está ahí”. Como algo muy viejo. Pero realmente si nos ponemos a
pensar, ¿ha habido algún momento en los últimos años que recordemos que no se
estaba siguiendo la pista de alguna guerra que estaba ocurriendo en alguna
parte? Y si empezamos a analizar un poco año tras año, tras año hacia atrás,
¿quién sabe cuántos años hay en que continuamente ha estado ocurriendo,
librándose alguna batalla, alguna guerra, en alguna parte del mundo?
Así que parece que es verdad que los
hombres de esta época somos pendencieros, —según lo indican “El Clarín”, “La
Nación” y otras “escrituras autorizadas”. Parece ser que sí es Kali-yuga, donde
las cualidades son muy malas. Entonces, los sabios de Naimiṣāraṇya se habían
reunido para beneficio de la gente a hacer sacrificio. Y en esa reunión
indicaron que las cualidades de la gente de esta época son muy malas. Muy malas
cualidades. Entre esas cualidades (a todo nivel), por ejemplo, se dice que vive
poco tiempo la gente de esta época. Poco tiempo en relación con otras épocas
también, y en relación con otros conceptos y sistemas de vida. Quizás para
incitar la curiosidad podemos decir que actualmente hay gente que tiene
seiscientos años. Quizás podemos incitar más la curiosidad y decir que
actualmente hay gente que tiene cinco mil años. Se dice que Śrīla Vyāsadeva
está aún presente. Se dice que Aśvatthāmā está aún presente. Paraśurāma está
esperando la siguiente Satya-yuga. Pero hay yogīs
—incluso en la actualidad— que pueden vivir muchos, muchos años. Claro, ésa no
es la meta del yoga. No es vivir
muchos años. Pero los yogīs viven
muchos años con la idea de estar seguros de que ya no van a vivir más, como se
indica en el significado de hoy: Prabhupāda explicaba en el significado de hoy
cómo queremos regresar al mundo espiritual para no volver más a este mundo. Y
también lo decía Kṛṣṇa en el texto: “...del nacimiento y las actividades de
Dios, de Kṛṣṇa, al abandonar este cuerpo no tiene que volver más”. Así que hay
gente que ha escuchado de los poderes que se consiguen mediante el yoga,
entonces, se sienten muy atraídos por esos poderes. ¡Pero no saben cuál es la
meta de esos poderes! ¿Cuál es la meta, por qué algunos yogīs quieren vivir seiscientos años? Entonces, mucha gente se
acerca al yoga porque dice “sí, a mí
también me gustaría vivir mucho. De ese modo, puedo continuar yendo al cine y a
la discoteca”. Quieren muchos años para poder seguir haciendo eso. Pero los yogīs, precisamente, quieren vivir
muchos años para sólo morir cuando estén seguros de que ya no van a ir nunca
más al cine [Risas]. Especialmente, al cine que es esta vida material. O al
circo, dicen algunos. Los yogīs no
quieren estar en el circo, y mucho menos haciendo el papel de payasos.
Entonces, la gente de esta época no
tiene tantas cualidades como en otras épocas. Y, entre las malas cosas que nos
aquejan, la principal de ellas es la falta de fe. [Recapacitando] Irónicamente,
no es en realidad la falta de fe. El problema es precisamente que tenemos mucha
fe, mucha fe en aquello que nos falla constantemente. Y ninguna fe en lo
verdaderamente sólido, en aquello que nos puede servir. ¡Es sorprendente! Esa
es la ironía. Por eso, insistimos en que es Kali-yuga.
Esto es muy lamentable: fe hay, pero
por efecto de la era, de alguna manera, tenemos fe en aquello que nos traiciona
a cada momento. Y nos traiciona en nuestras propias narices. Ni siquiera a
escondidas. Y, sin embargo, aún tenemos fe. Prabhupāda describe esto con un
ejemplo muy bengalí. En Bengala el cultivo de granos es muy popular, algo muy
conocido. La cultura alrededor del cultivo de granos, y del arroz
especialmente. Entonces, es muy común el descascarar arroz. Y Prabhupāda dice
que la vida de la gente en general, es como descascarar un grano ya vacío. Es
como tratar de sacar un grano cuando ya lo único que queda es la cáscara. Y uno
está constantemente tratando de sacar el grano. No se obtiene nada. Lo único
que queda de eso, dice Prabhupāda, es el cansancio del esfuerzo que se hizo.
Pero no hay ningún fruto.
Así que es muy sorprendente que
tenemos tanta fe, en esta época, en aquellas cosas que podemos ver y tocar con
los sentidos materiales. Y nos producen confianza estas cosas materiales. Pero,
sin embargo, nos están fallando a cada rato, constantemente. El mismo Bhāgavatam cuenta que estos sabios,
—mientras escuchaban el relato del Bhāgavatam—,
escucharon un verso que Śukadeva Gosvāmī le recitó a Mahārāja Parīkṣit:
dehāpatya-kalatrādiṣv
ātma-sainyeṣv asatsv api
teṣāṁ pramatto nidhanaṁ
paśyann api na paśyati
ātma-sainyeṣv asatsv api
teṣāṁ pramatto nidhanaṁ
paśyann api na paśyati
Que la gente, dehāpatya-kalatrādiṣv: en esta época, es especialmente
desafortunada porque se refugia en los “soldados falibles”. Siente confianza en
unos “soldados” que no la pueden proteger. ¿Quiénes son esos soldados? Deha, apatya y kalatra. Deha significa el cuerpo. El primer soldado, o el primer
regimiento, con el que nos tratamos de proteger es con el cuerpo. ¡Que es tan
frágil! Algunos de nosotros que hemos viajado a la India, nos ha dado malaria.
¡Fíjense, simplemente un mosquito! Cuando queremos señalar algo insignificante,
decimos “un mosquito”. Hasta los niños, cuando les dicen que alguien quiere
pelear con ellos, dicen, “No me importa. Es como un mosquito para mí”. Pero,
sin embargo, este cuerpo es tan frágil que un mosquito (el Anopheles) puede
causar estragos. De hecho, estuvimos en la India hace dos meses y nos habían
informado cómo un devoto, unas semanas antes, había muerto de malaria, de una
malaria fulminante, de un día para otro. Malaria cerebral, que es diferente —da
menos pero una vez que da eso, en cuestión de horas, la persona muere. Los
devotos de acá sabían (los que fueron a la India, oyeron eso también). Entonces,
así, un mosquito con un cuerpo tan pequeño, en un segundo, puede hacernos
terminar.
Deha.
Apatya,
otros “soldados”, los hijos; y kalatra
—como Parīkṣit Mahārāja es hombre entonces le están hablando kalatra: la esposa, otro “soldado” (y
para la esposa, el esposo). Entonces, todos estos son “soldados falibles”. Y en
esta época sentimos mucha confianza, aunque constantemente estos “soldados” nos
fallan. Y aquel refugio que jamás falla, que no puede deteriorarse, que no
puede acabarse, —el Dios Supremo, Kṛṣṇa— hay algo en la época que hace que no
nos sintamos tan inclinados a depender de Él, a refugiarnos en Él. Nos
refugiamos en cualquier otra cosa. Y, por eso, estos versos son muy importantes
para que sepamos que Dios no es un lisiado, que Dios no es un impedido. Es nada
más la influencia de la época que nos hace sentir como que Dios está muy lejos,
pero Dios puede venir y viene. Este es un concepto importante: Kṛṣṇa dice que
viene.
Kṛṣṇa ha venido, y eso es muy
importante, saber que Dios ha venido. Y es Su misericordia —como en estos
significados se ha hablado de la misericordia del Señor. En realidad, por
nuestro propio esfuerzo no es posible llegar a Dios y tenemos que depender de
Su misericordia. Debemos aplicar nuestro esfuerzo en atraer la misericordia de
Dios; que Dios sienta el agrado de darnos Su misericordia.
Este Movimiento Hare Kṛṣṇa, para
concluir, tiene por objeto el brindarnos un mecanismo, un programa de vida
mediante el cual está garantizado atraer la misericordia de Dios. Y eso está
garantizado porque el programa está siendo presentado por los devotos de Kṛṣṇa.
Y Kṛṣṇa —aprendemos con las Escrituras— hace lo que Sus devotos quieren. Esa es
la relación de Kṛṣṇa con Sus devotos. Por eso, Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā le dijo a Arjuna, “Mi querido Arjuna, decláralo
abiertamente, ¡osadamente!, que Mi devoto nunca perece” [Bg. 9.31]. Nuestro maestro
espiritual, Śrīla Prabhupāda, explicó que en vez de Kṛṣṇa decir, “¡Yo le
declaro al mundo que mi devoto nunca perece!”, lo hizo de otra manera. Dijo,
“No, Arjuna, dilo tú”. Porque, cuando uno lee las historias de Kṛṣṇa, hay
muchas ocasiones en que Kṛṣṇa no ha cumplido Su palabra. Hay tantas razones,
tantas ocasiones. Por lo tanto, Kṛṣṇa le dijo a Su devoto. Porque la gente sabe
que, si el devoto dice algo, Kṛṣṇa está obligado a cumplir. Porque Kṛṣṇa es el
sirviente de Su devoto. Fíjense, ¡qué relación tan bonita!
[Se abre el altar] ¡Jay, Śrī Śrī
Gour-Nitai! Así que vamos a concluir para continuar con el programa (nuestro kirtana, nuestro programa de adoración a
las Deidades). Kṛṣṇa viene y en esta época ha venido en la forma de arcā-vigraha, Śrī Śrī Gour-Nitai, y en
la forma del Santo Nombre.
Ha venido en forma de las Deidades.
Las Deidades es una de las encarnaciones más importantes de Kṛṣṇa. Porque en
esta época, en que tenemos que verlo y tocarlo todo, como no estamos en
condiciones —por nuestra impureza, nuestra condición tan caída y degradada— de
relacionarnos directamente con Dios, Dios busca una manera en la que podamos
relacionarnos directamente con Él, y desciende en forma de la Deidad.
Hay una gran diferencia entre Deidad
e ídolo. Nosotros estamos muy en contra de la adoración de ídolos. La idolatría
es algo muy pecaminoso, muy ofensivo, es un insulto a Dios. Y debe quedar claro
que nosotros estamos muy en contra de la idolatría. Ya hemos explicado varias
veces la diferencia entre un ídolo y la Deidad. La Deidad es una representación
de Dios. Dios existe y, ¿cómo es Él? Él mismo lo ha descrito. Y los grandes
devotos, grandes personalidades, Sus asociados, que han estado en contacto con
Él, también lo han descrito. Él mismo Se ha descrito y otros lo han descrito,
quienes lo han visto. Dios no está limitado de ninguna manera. Como decíamos,
Dios no es un lisiado, que hay algo que no pueda hacer. Dios lo puede hacer
todo. Y si nosotros pudimos venir a este mundo, mucho más rápido puede venir
Dios. No es un lugar exclusivo, nuestro. No hay ningún impedimento para que
Dios venga.
Entonces, Dios ha venido a este mundo
y la descripción de Él se encuentra en las Escrituras. Y existen indicaciones
en las Escrituras sobre cómo fabricar, cómo representar a Dios de una manera
autorizada. Y, cuando hacemos esa representación de Dios de la manera
autorizada, e instalamos esa representación de Dios de la manera autorizada,
cuando invocamos la presencia de Dios en la Deidad, entonces las Escrituras
indican que Dios adopta esa forma. No es una forma inventada: es una forma que
se crea según las especificaciones de las Escrituras. Y debido al amor de Sus
devotos, Dios adopta esa forma; de manera que el devoto, en un momento en que
no puede relacionarse directamente con Él, de todos modos, se relacione
directamente. Y la Deidad es la oportunidad que tienen los devotos de servir
directamente al Señor. De hacer algo por Dios, muy palpablemente. De
glorificarlo directamente. Así que el servicio a Dios, gracias a las Deidades,
se vuelve algo muy práctico, eficaz y sencillo. Algo muy efectivo, muy
concreto.
Así que las Deidades constituyen la
forma que Kṛṣṇa adopta para que podamos servirlo directamente. Y en el día de
hoy, tenemos esta gran oportunidad de que hayamos tantos de nosotros acá y
podamos cantarle con mucho amor, con mucha fuerza. Cantar los nombres de Dios.
Esa es la otra forma: otra encarnación muy importante de Dios es en la forma
del Santo Nombre. Y la tercera encarnación muy importante de Dios es la forma
que Dios, Kṛṣṇa, adopta en el corazón de Su devoto. Esa es otra encarnación muy
importante.
Así que estas Deidades, Śrī Śrī
Gour-Nitai, —se dice parama karuṇa—
expresan el máximo de la misericordia: parama
karuṇa. Nitai-Gouracandra. A Prabhupāda le gustaba mucho esta canción, de
que Nitai-Gouranga, Śrī Śrī Gour-Nitai, representan el máximo de la
misericordia que Dios manifiesta. El máximo de misericordia que manifiesta
Dios, lo manifiesta en la forma de Śrī Caitanya Mahāprahu y Śrī Nityānanda
Prabhu y Sus asociados. Así que tenemos la oportunidad esta noche de adorar a
Dios en estas formas, Śrī Śrī Gour-Nitai, y, de esa manera, pelear contra esa
mala cualidad, ese impedimento, que tenemos en esta época. Ese mal atributo:
que no tenemos fe en Dios, que se vuelve muy difícil tener fe en Kṛṣṇa y se
vuelve muy fácil tener fe en todo aquello que nos falla. En todo aquello que desaparece,
que se deteriora, que nos hace sufrir. Y en aquello que nos hace inmensamente
felices, el Dios Supremo, Kṛṣṇa, no tenemos fe. Entonces, mediante la adoración
de Śrī Śrī Gour-Nitai, esta fe va ir creciendo en nosotros y de ese modo vamos
a alcanzar la felicidad máxima. Una felicidad que no la puede atacar ni
destruir nada de este mundo.
¡Śrī Śrī Gour-Nitai
ki, jay!
¡Śrīla Prabhupāda
ki, jay!
¡Samāveta bhakta-vṛnda ki, jay!
¡Hare Kṛṣṇa!
(Transcripción: Gustavo Medina, Argentina)
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