En Bombay, un seguidor de Rāmakṛṣṇa visitó a Śrīla Prabhupāda
proclamando que Rāmakṛṣṇa había sido una encarnación de Dios. El hombre explicó
cómo Rāmakṛṣṇa había salvado a un borracho. Prabhupāda le preguntó si este
hecho hacía que Rāmakṛṣṇa fuese una encarnación de Dios. Prabhupāda explicó
entonces que él había convertido a millones de borrachos: —Y no simplemente borrachos:
borrachos occidentales —agregó—. Por lo tanto, yo soy una encarnación mucho más
grande que él.
Diario de Tamāla Kṛṣṇa Goswami
Prabhupāda visitó Gorakhpur en 1971, y estando allí tuvo un intercambio
íntimo con sus discípulos.
Cuando le preguntaron cómo debería un devoto decidir entre varias
posibilidades de servir a Kṛṣṇa, Prabhupāda le dijo al discípulo que en ese
caso tenía que preguntarle a su maestro espiritual. Todavía el discípulo
expresó su duda pensando que sus preguntas podrían parecer tontas. Entonces
Prabhupāda replicó: —No, inmediatamente le debes preguntar a tu maestro
espiritual.
—Entonces me pasaría formulando preguntas todo el día, y usted no tendría
tiempo de hacer nada más —dijo el discípulo.
—¡No —dijo Prabhupāda—, eres bienvenido!
Conversación en Gorakhpur, 1971
En Londres en 1969, Trivikrama Mahārāja estaba dando un masaje a Śrīla
Prabhupāda. Prabhupāda estaba explicando que Kṛṣṇa tenía forma. Prabhupāda se
volvió, puso sus brazos sobre los hombros de Trivikrama y aclaró: —De la misma
manera en que Trivikrama tiene forma, Kṛṣṇa también tiene forma.
Entrevista con Trivikrama Swami
Una vez Prabhupāda se acomodó en una habitación pequeña que tenía el
techo más alto en el medio que en los costados. A Prabhupāda le gustó mucho la
habitación; dijo que le recordaba el cuarto que ocupó en los años cincuenta en
el templo de Rādhā-Dāmodara, en Vṛndāvana.
—Para mí esto es complacencia de los sentidos.
Entrevista con Raṇadhīra dāsa
En 1976, en Māyāpura, Śrīla Prabhupāda dio un darśana por la tarde para sus devotos. Alguien trajo dulces y el
sirviente los puso aparte. Prabhupāda le preguntó a su sirviente por qué no
había repartido el prasāda. El
sirviente dijo que habían demasiados devotos en la habitación, así que iba a
repartir el prasāda a medida que los
devotos se fueran. Prabhupāda respondió rápidamente: —¡Nunca se van a ir!—, y
todos los devotos gritaron al unísono: —¡Jaya
Śrīla Prabhupāda!
Entrevista con Sura dāsa
La habitación que los devotos de Santa Fe le ofrecieron a Prabhupāda
estaba casi vacía y tenía como cama un simple colchón en el suelo. Una tarde,
estando Prabhupāda sentado en el colchón, su discípulo Toṣaṇa Kṛṣṇa dāsa notó
un insecto caminando por el suelo. El insecto se acercaba al colchón y Toṣaṇa Kṛṣṇa
quiso apartarlo, pero Prabhupāda dijo que estaba bien. El insecto se subió y
llegó hasta Prabhupāda, quien sonrió y empujó al insecto de vuelta al suelo. De
nuevo el insecto se arrastró al colchón y se subió hasta donde estaba sentado
Prabhupāda, y de nuevo Prabhupāda lo arrojó al suelo.
—Tendríamos que haber echado insecticida —se excusó Toṣaṇa Kṛṣṇa.
—No, no —dijo Prabhupāda—, simplemente tienen que mantener limpio.
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