Hay muchas instrucciones,
tanto de las Escrituras como también de Śrīla Prabhupāda, que nos permitirán
servir a Tulasī Devī sin cometer ofensas. De forma similar, saber cómo cuidarla
de manera práctica, además de saber cómo relacionarnos con ella, será
indispensable para satisfacer a Tulasī Devī y a Śrīla Prabhupāda. En esta
sección del libro, trataremos de proporcionar la mejor y más completa
información. Comenzaremos primero con los cuidados prácticos de Tulasī, teniendo
en cuenta las experiencias de dos devotos argentinos que siempre han cuidado a Tulasī
Devī: Jīva Goswāmī prabhu y Guṇeṣvara prabhu.
Jīva-Goswāmī Prabhu:
“Tulasī es una planta que precisa tierra bien abonada con estiércol de
vaca, libre de hierbas e insectos, aireada y mullida (suelta, fofa). Tendrán
mejor comprensión sobre este asunto aquellos que ya cultivan otras variedades
de plantas. Deben procurarse publicaciones sobre cultivos o relacionarse con
algún jardinero para manipular la tierra de la mejor manera. En una caja o lata
de 30x30 cm y más o menos 10 o 12
cm de profundidad, se deben sembrar en la superficie 6 u
8 semillas de Tulasī. Teniendo en cuenta que la semilla de Tulasī es muy
pequeña (0,5 a
1 mm ), un
pellizco de tales semillas podría abarcar 50 o 100 de ellas, causando el
nacimiento de todas ellas, en el caso de que sean frescas y fértiles. Esto
causaría un disturbio debido a que requeriría bastante lugar, macetas para su
trasplante, etc. Estando la tierra suelta y húmeda, al sembrar será suficiente
un leve riego para que la semilla se introduzca en la tierra. Si temen que esto
no ocurra, pueden esparcir 1 o 2 milímetros de tierra por encima y la
germinación ocurrirá en un período aproximado de una semana. Recordemos que Prabhupāda
nos instruyó a plantarla en la primavera y no en épocas frías.
Las plantas recién nacidas
tienen sus dos primeras hojas en forma de corazón. En esta fase no es bueno que
estén expuestas a pleno sol porque son delicadas, siendo mejor permitirles
rayos solares filtrados a través de otras plantas o por tejidos negros para
viveros.
Es bueno que la tierra esté
húmeda pero con buen drenaje, para lo cual es apropiado haber colocado en el
fondo de la maceta o almácigo (esto antes de poner la tierra y plantar) canto
rodado o trozos de ladrillo. Esto proveerá un fondo de drenaje. Cuando la
planta tiene 6 u 8 hojas o 6 u 8 centímetros de altura, debe realizarse el
trasplante.
Si la siembra se hizo manteniendo distancia entre las semillas, será sencillo extraer la plantita del almacigo (semillero). Si se ha tomado el cuidado de no romper la raíz durante el trasplante, no existirán mayores problemas, incluso si la raíz queda expuesta. Claro que si uno ha hecho el almacigo o el plantío de las semillas en pequeñas macetas plásticas o bolsitas de polietileno de unos
El aire circulante evita que Tulasī
sea afectada por parásitos. A esto también contribuyen los baños diarios en
forma de lluvia, producida por algún pulverizador o por la manguera, aplicando
el baño con algo de vigor pero también con respeto y delicadeza. Esto retirará
las arañas, langostas o cualquier parásito que se pose. (Recordemos que Śrīla
Prabhupāda prohibió estrictamente el uso de spray insecticidas o cualquier tipo
de veneno tóxico. Prabhupāda también instruyó darle un baño diario).
La reproducción del ambiente
ideal, creando la situación más natural posible, dependerá de las posibilidades
y determinación del devoto por servir a Tulasī Mahārāṇi En el área de Buenos Aires, Uruguay, Chile. Puerto Alegre (Brasil) e
incluso en lugares como el estado de San Pablo (Brasil), los inviernos suelen
registrar temperaturas inferiores a O grados, llegando a 5 grados bajo cero.
Debido a esto, es imposible mantener Tulasī bella y verde durante el invierno si
los viveros son precarios.
Desde hace 18 años cultivo Tulasī
Devī y en los últimos 12 lo he hecho sin interrupción. Así, llegamos a producir
un ambiente para el invierno con muchos ventanales orientados hacia el circuito
del sol, con techos plásticos trasparentes y paredes de ladrillos y cemento.
Aunque construcciones de ese tipo puedan parecer complicadas y caras, el
beneficio de servir a Tulasī Devī por mucho tiempo habrá de demostrar que valió
la pena. En la actualidad, estamos cuidando la décima generación de Tulasīs,
que crecieron a partir de las mismas semillas y que se fueron aclimatando con
plantas de 3 o 4 años de edad.
Cuando se realice el trasplante, se deben dejar las macetas al reparo,
protegidas del sol, etc., por lo menos por una semana. Esto dará lugar a un
enraizamiento normal. En la primavera, verano y parte del otoño, puede
dispensarse el trato especial que se realiza en invierno. Uno debe bañar y
regar a Tulasī Devī antes de que reciba los rayos del sol directamente. La
tierra debe estar siempre húmeda. Tulasī soporta muy bien el sol directamente,
lo que contribuye a que dé muchos mañjarīs
y frutos. El viento directo también es favorable porque fortalece su tallo y
enraizamiento, siempre y cuando este viento no sea una gran tormenta donde
cualquier planta se quebraría.
Algunos devotos me preguntan
por qué a Śrīmati Tulasī Devī, en ciertos momentos, se le caen muchas hojas de
repente. Eso sucede con cualquier planta aclimatada. Cualquier niño o entidad
viviente criada libremente en la selva, montaña o playa sufrirá si es colocada
en un pequeño departamento. Exactamente lo mismo pasa con las plantas.
Cualquiera que haya criado una planta en interiores sabe que ponerla de súbito
al pleno sol puede ser mortal; y lo mismo ocurre con una planta que ha crecido
y permanecido en la luz del sol y que de repente es colocada en un cuarto
cerrado. Ello es parte del proceso de aclimatación, que también sucede cuando
retiramos las plantas del pleno sol del verano hacia el vivero de invierno o
viceversa.
Entiendo que en cada zona
dependerá de los devotos crear, mediante su percepción directa de los factores
climáticos, de la temperatura, la humedad, vientos o plagas, los métodos
necesarios para la manutención de Tulasī Mahārāṇi. En relación con el tratamiento de las plagas, debería ser
suficiente la adoración, el sol, aire, luz y baños constantes y minuciosos, que
abarquen la planta con sus partes en su totalidad. Si es necesario, debe usarse
un algodón húmedo para retirar la plaga en particular, tratando de limpiar
perfectamente la zona afectada. Si hay otras plantas en el lugar, (que no sean Tulasīs),
y están afectadas con plagas, retírelas. En lo personal, nunca tuve que
limpiarlas de ninguna plaga, con excepción de alguna arañita”.
Guṇeṣvara Prabhu:
“Aunque he cuidado de Tulasī
desde 1975, debo reconocer que he aprendido más con mis errores que con mi
conocimiento de plantas. Lo que Jīva Goswāmī prabhu ha explicado, prácticamente
deja claro lo que se debe hacer, aunque me gustaría comentar algunas cosas. Las
tierras negras que se compran en
las tiendas de plantas no son siempre las mejores. He visto Tulasīs rechazar
esa tierra y después crecer bien cuando trasplantadas a una tierra recogida en
el campo pero muy bien abonada con mucho estiércol de vaca bien seco. 50% de
tierra y 25% de estiércol de vaca seco, y 25% de arena sin sal (de río), me han
parecido la mejor combinación. Después, a cada mes, le sacaba a la maceta unos 2 cm de esa tierra de la
superficie y le remplazaba con estiércol de vaca bien seco. La falta de
estiércol se manifiesta en hojas amarillas. Claro que esta decoloración puede
ocurrir por otras causas, pero la falta de nitrógeno, el cual es suplido por el
estiércol, es una de ellas. La tierra bien aireada es ideal y no se debe permitir
que la superficie de la tierra en la maceta se ponga dura. Siempre hay que
aflojarla para que Tulasī respire bien. Si al trasplantarla las raíces
superiores que están en la superficie de la tierra quedan expuestas a la
intemperie, ocurrirá la oxidación de sus hojas. Por eso, vea que al
trasplantarla, la maceta sea más alta que el plantín. Otra cosa que vi que a Tulasī
no le gusta es crecer en una maceta de turfa, que en Brasil se conoce como
xaxim. Aunque al principio parezca crecer bien, después no se desarrolla con
hojas tan verdes, bonitas y suaves. He trasplantado Tulasīs medianas, que
tenían casi un año, sacándolas de estas macetas de turfa, y he observado una
agradable mejoría. En la primavera y el verano, si la tierra está siempre rica
en nitrógeno y recibe suficiente luz de sol, agua, viento, etc, no habrá ningún
motivo para preocuparse. Realmente, plantar y cuidar Tulasī en esa época del
año no es algo muy meritorio. Podemos, sin embargo, afirmar que alguien cuida
realmente bien de Tulasī cuando ella soporta el invierno sin sufrir. Tal vez
ella no crezca en el invierno, pero por lo menos no debe sufrir caída de hojas,
etc. Lógicamente, una Tulasī joven, con menos de 2 años, no sufrirá tanto en el
invierno como una con más tiempo. Lo esencial es que uno esté atento con la temperatura.
Disponiendo de un termómetro de ambiente, uno debe ver que la temperatura
durante el invierno no baje de 16-18 grados. Esto me lo dijo Jīva Goswāmī
prabhu, y también me dijo que Tulasī se resfría. Por eso, devotas con experiencia
en los Estados Unidos, nos aconsejan regar Tulasī, por lo menos en el invierno,
con agua tibia. En Brasil la conseguimos proteger del frío en este último año,
gracias a los consejos de Jīva Goswāmī prabhu. Pero porque el vivero era muy
pequeño y de plástico, la humedad también aumentó. Esto, junto con un estiércol
que no estaba completamente seco, causó que algunas hojas comenzaran a mostrar
manchas marrones en las puntas. Así que, antes de trasplantar una Tulasī, vea
que la tierra esté bien preparada con un estiércol muy seco y que no haya
exceso de riego ni de humedad en el ambiente, el cual debe tener buena
ventilación. Śrīla Prabhupāda nos advirtió que el riego no debería ser en
exceso. También nos dijo que deberíamos protegerlas, cuando recién nacidas, de
los pájaros. Nos prohibió estrictamente usar insecticidas para combatir
pulgones u otras plagas. Dijo que baños diarios serían suficientes. Dijo
también que no deberíamos pisar en la sombra de Tulasī, hacer té con sus hojas
o darle plantas de Tulasī a los invitados (si ellos lo deseaban podrían obtener
semillas con los devotos y plantar). Śrīla Prabhupāda prohibió que podásemos
las ramas de Tulasī para replantarlas o hacer algo así. Cuando un devoto le
dijo si podíamos cortar las ramas ya muertas, Prabhupāda dijo: “Sí, pero cuál
es el beneficio”. Una vez le preguntaron si se podían usar tijeras para cortar
las ī y él respondió: “Usa el sentido común, y si no lo tienes, pregúntale a
alguien que lo tenga”. Nos dijo que las mañjarīs
(semillas) deberían ser usadas en las ofrendas de agua de la Deidad. Cuando le
preguntaron si las hojas de Tulasī de las casas de los gṛhasthas podían ser ofrecidas a la Deidad del templo o de la casa,
Prabhupāda dijo: “Deben ofrecerse a la Deidad”. Por encima de todo, Śrīla
Prabhupāda nos pidió que la cuidásemos con dedicación y devoción. Cuando
trataban de introducir nuevos rituales en la adoración o le comentaban que le
cantaban a Tulasī con una voz muy dulce, Śrīla Prabhupāda decía: “No
introduzcan nada nuevo... No importa si el tono de voz es dulce... Simplemente
cuídenla con devoción y avanzarán en la consciencia de Kṛṣṇa”.
Bueno, como dije antes,
podemos saber si estamos cuidando bien de Tulasī si ella sobrevive al invierno
sin
enfermarse. También debemos saber que existen
insectos y enfermedades. La virosis es una enfermedad que se da en la raíz y
prácticamente no hay como salvar Tulasī. Por lo menos, si uno ve que la partida
de Tulasī es inevitable, debe ofrecerle a la Deidad tantas hojas como sea
posible de esa Tulasī. El red spide mite, un minúsculo pulgón rojo, ácaro, que
se instala en las hojas, por dentro de ellas, es la plaga más peligrosa y
demoníaca que ataca Tulasī. Ellos son extremamente pequeños, aunque pueden ser
vistos si observamos con cuidado por debajo de las hojas. Ellos colocan sus
huevos en esa parte de la hoja y chupan prácticamente toda la savia. Al poco
tiempo veremos que las hojas se ven más y más descoloridas, apareciendo sombras
blancas en toda la superficie de éstas. Finalmente, Tulasī nos deja. Otros
chupadores, verdes o blancos, también se sitúan bajo algunas hojas. Por lo
tanto, uno debe dedicar algunos minutos al día, todos los días, para observar
minuciosamente a Tulasī Devī. Los hongos son otro problema. Algunas veces se
deja expuesta a varios días de lluvia fina en una época fría, o el vivero
retiene mucha humedad, no hay buen drenaje de la maceta o se encharca la tierra
debido a muchas lluvias. Entonces veremos manchas marrones oscuras en diversas
hojas, principalmente en las puntas. Aunque el sulfato de cobre sea un producto
preventivo para esto, lo mejor es prevenir sin tener que recurrir a ninguna
substancia química. Proveerle suficiente luz, viento y controlar el agua, la
humedad, las lluvias, el drenaje, etc., es la mejor prevención. En relación con
el drenaje y la tierra he tenido una experiencia, que aunque no muy buena,
espero que sirva para los demás. Una vez trasplanté una Tulasī en una maceta
que contenía gran cantidad de humus (2 partes de humus y una de tierra). Yo
pensaba que sería bueno para Tulasī tener tanta materia orgánica. Sin embargo,
algún tiempo después, sus hojas comenzaron a inclinarse hacia abajo,
mostrándonos que en poco tiempo se iría. Ni siquiera los brotes nuevos u hojas
nuevas estaban erguidos, apuntando hacia el cielo. En esos días estaba
visitando Nova Gokula un ingeniero agrónomo, que les da asistencia a los
agricultores de esta finca. Le pedí que viese esa Tulasī. Cuando tocó la
tierra, me mostró que estaba muy pastosa, nada porosa. Me dijo entonces que el
problema fue haberle puesto tanta materia orgánica. Lo ideal, me explicó, es
poner una parte de arena gruesa, una parte de humus o estiércol de vaca y una
parte de tierra buena. Esto evitará que Tulasī se sienta sin aire.
Similarmente, una vez usé bastante
estiércol de vaca bien seco y trasplanté las pequeñas plantitas de Tulasī en
bolsas de plástico especiales para viveros. Son unas bolsas negras, con algunos
pequeños orificios en la parte inferior, que se usan para reproducir árboles y
dejarlos, mientras son pequeños, en los viveros. Lo que ocurrió fue que, de
alguna manera, cuando regaba Tulasī, el agua inmediatamente salía por los
orificios que estaban en la base de las bolsas plásticas. Yo pensaba que esto
se debía a que Tulasī no estaba necesitando más agua y que por eso la
rechazaba. Pero después vi que la planta no estaba bien. Cuando decidí
inspeccionar mejor la bolsa de plástico, descubrí que la parte de abajo de la
tierra, que estaba en contacto directo con la bolsa, la cual, a su vez, recibía
sol directo, estaba seca y dura. O sea que el agua que yo colocaba, aunque en
abundante cantidad, ni la estaba humedeciendo apropiadamente. Mi conclusión fue
que: a) O las bolsas negras de plástico especiales para plantas no deberían
exponerse al sol, ya que hacen que la tierra pierda su capacidad de absorber
agua (como si la plastificase), o b) que el exceso de estiércol de vaca, aún
más cuando sometido al calor a través del plástico, no absorbe agua. Por lo
tanto, ambas lecciones podrían servir. No use bolsas de plástico pensando que
ahorrará dinero o que será más liviano y no ponga demasiado estiércol, aún si
está bien seco. Aunque esas bolsas de plástico puedan ser buenas en viveros
donde las plantas permanecen en la sombra, no son apropiadas para Tulasī, que
gusta tanto del sol.
Hay otros bichitos que se
pegan al tallo y son como unas pequeñas bolitas marrones con una cascarita.
Ellos también son chupadores que acaban afectando Tulasī. Y finalmente, para
mantener Tulasī con buena salud y fuerte, debemos evitar que la planta esté constantemente produciendo
semillas en sus ī. Las ī no deben secarse en la planta. Cuando aún están
tiernas y acabaron de aparecer las florcitas (violetas en el caso de Śyāma Tulasī y
blancas si son Rāma Tulasī), debemos cortarlas junto con las dos
hojas que están inmediatamente abajo de las mañjarīs.
Esto se afirma en el Caitanya-caritāmṛta, Antya Līlā, 6.297: “Con fe y amor, tú debes ofrecer ocho tiernas
flores de Tulasī, cada una con dos hojas de Tulasī, una a cada lado de la
flor”. El verso anterior muestra la importancia de recoger y ofrecer las mañjarīs cuando están en la fase de
flor: “Para tal adoración, uno necesita un recipiente con agua y unas pocas
flores de la planta de Tulasī. Cuando se realiza con completa pureza, esta
adoración está en la bondad total”. Si no recogemos las mañjarīs cuando están florecidas, se transformarán en mañjarīs secas y llenas de semillas. Por
eso hay que cortarlas antes. Aunque en la India existe la tradición de no usar
tijeras para cortar las mañjarīs, yo
he comprobado que Tulasī Devī sufre mucho cuando uno trata de cortar mañjarīs que no son tan tiernas. Uno
tiene que hacer fuerza, sacudir toda la planta, cortar de una manera brusca e
incluso (porque los dedos son más gruesos que una tijera) uno acaba aplastando
otros nuevos brotes que están exactamente debajo de la mañjarī que se está cortando. Además, hay mañjarīs que nacen en el centro de la planta y son muy difíciles de
sacar con los dedos. Muchas veces, al hacerlo con los dedos, uno tiene que
introducir el brazo y puede que lastime alguna ramita. Usando tijeras largas,
finas y puntiagudas, se puede realizar mejor ese servicio, sin causarle a Tulasī
tanto sufrimiento. Una vez, Vidyā Devī Dāsī le preguntó a Srlla Prabhupāda si podían
usar tijeras para cortar las mañjarīs,
y Prabhupāda le respondió: “Use el sentido común, y si no tiene (sentido común)
pregúntele a alguien que lo tenga”. Cuando produce semillas, Tulasī se debilita
y, por otro lado, existe el riesgo que las semillas se caigan en la tierra o
vuelen debido a un fuerte viento. Entonces comenzarán a nacer Tulasīs por todas
partes, y tal vez uno no tenga lugar, macetas, dinero y tiempo suficientes para
cuidar de muchas Tulasīs. Entonces, la peor idea que se le puede ocurrir a uno
es pensar que puede simplemente enterrar esas pequeñas Tulasīs recién nacidas. Śrīla
Prabhupāda nos advirtió que no debemos de cometer esa ofensa. Así, no cortar
las mañjarīs cuando están tiernas y
florecidas, no sólo nos debilita la planta como también nos puede causar
dificultades y lo peor, nos perdemos la oportunidad de ofrecerle a Kṛṣṇa las
flores de Tulasī que tanto Lo satisfacen. También las hojas deben ser
utilizadas para la satisfacción de Kṛṣṇa. Ese es el propósito por el cual Tulasī
aparece como una planta. El Caitanya-caritāmṛta, Ādi Līlā,
Cap. 3, nos muestra por qué
deberíamos preocuparnos en recoger hojas y flores tiernas y ofrecercelas a Kṛṣṇa:
“Śrī Kṛṣṇa, que es muy afectuoso con Sus devotos, Se vende al devoto que
simplemente le ofrece una hoja de Tulasī y un vaso de agua”.
Śrīla Prabupada, conversando,
comentó una vez que nosotros adorábamos a Tulasī y Le ofrecíamos sus hojas a Kṛṣṇa
o Viṣṇu porque: patraṁ puṣpaṁ phalaṁtoyam, Kṛṣṇa Se satisface mucho cuando le ofrecemos una
hoja de Tulasī y por eso nosotros amamos a Tulasī. Prabhupāda dijo: “El dicho
popular afirma 'Si tú me amas, ama a mi perro' “.
En conclusión, si el clima, la
humedad, la iluminación y la dedicación diaria cumplen los requisitos
mencionados aquí por Jīva Goswāmī Dās y por este insignificante sirviente que
está narrando su experiencia, estoy seguro que Śrīmati Tulasī Devī nos
bendecirá a todos. Sin embago, recordemos que. como Śrīla Prabhupāda afirmaba, Tulasī
Devī sólo crece en los lugares donde existe devoción por Kṛṣṇa. Por lo tanto,
los factores materiales son indispensables: al mismo tiempo uno debe sentir
devoción y preocupación por ver que Tulasī esté bien. Sólo entonces Kṛṣṇa le
dará al devoto la inteligencia necesaria para mantenerse en el servicio de Tulasī
Devī, facilitándole las condiciones para que ella esté siempre satisfecha,
cómoda y saludable. Es importante que, antes de plantar Tulasī Devī, el devoto
o devota sepa qué es lo que pretende hacer. Si tan sólo quieren adorar Tulasī
para volverse más conscientes de Kṛṣṇa, entonces una planta será suficiente. No
precisan tener más que una. Si tienen una Deidad en casa, tal como Śālagrāma-śilā o Govardhana-śilā, entonces 2 o 3
plantas serán suficientes para disponer de hojas y mañjarīs para la
adoración. Uno sólo debería sembrar varias plantas de Tulasī cuando tiene como
servicio proveer hojas de Tulasī para el programa de adoración oficial de un
templo de ISKCON. En ese caso, precisará varias hojas para el baño de la
Deidad, las ofrendas, los vasos con agua, las ceremonias de abhiṣekha y las guirnaldas con hojas y
flores, las cuales satisfacen mucho a Kṛṣṇa. Si un devoto cultiva Tulasī como
servicio para algún templo en particular, se justifica que tenga que cuidar
bastantes plantas. Caso contrario es mejor tener sólo una planta y cuidarla con
atención. Si uno tiene muchas plantas, tendrá que dedicar bastante tiempo para
cortar las mañjarīs, especialmente en
el verano. Y tal vez uno no tenga ese tiempo debido a que sus deberes sean
otros. Y si no corta las mañjarīs,
durante el verano las semillas brotarán en todos lados, debido a que el viento
las lleva. Esto sólo complicará más y más la situación. Claro que si uno cuida Tulasī
como su servicio para Prabhupāda, entonces tendrá tiempo disponible para cortar
las mañjarīs. E incluso si nacen
algunas Tulasī sin haberlo planeado, uno sabrá aprovecharlas, enviarlas a otros
pūjārīs de Tulasī de otros templos, hacer otros viveros,
etc.
Aunque he escrito todo esto,
quiero decirles que nunca he sido tan bueno en cuidar de Tulasī Devī. Porque no
había otros devotos para plantarla y cuidarla, he aceptado ese servicio por
años, desde que tenía pocos días de bhakta.
Sin embargo, como comenté al principio, mucho lo aprendí errando, pensando que Tulasī
soportaría frío, que no precisaría tanta atención, dedicación, viveros, etc.
Espero que otros devotos aprovechen esta experiencia y sólo decidan plantar Tulasī
si van a protegerla adecuadamente, tal como se ha descrito aquí. Para terminar,
sugiero que los devotos o devotas que cuidan Tulasī Devī, mantengan contacto
con una devota de Los Ángeles llamada Īsānaḥ Devī Dāsī. Ella es Ph. D en Botánica y cuida muy
bien de Tulasī allí. Hare Kṛṣṇa”.
Después de haber oído algunos
consejos prácticos para lidiar con Tulasī Devī, aprendamos otras instrucciones
de los śāstras que nos enseñan sobre Tulasī.
Cuando uno se decide a colectar hojas y flores, debe estar limpio. El Vāyu Purāṇa comenta sobre esto de la siguiente manera:
asnatva tulasīm
citvā
yaḥ pūjām kurute narāḥ
so'parādhī bhaven nityaṁ
tat sarvam niṣphalam bhāvet
“Una persona que recoge hojas
de Tulasī sin haberse bañado y después realiza la adoración, es un ofensor, y
todas sus actividades se vuelven inútiles”.
Govinda Dāsī nos ha dicho que
no se deben recoger hojas de Tulasī antes de aparecer la luz del día y después
de la puesta del sol, cuando está oscureciendo. En el Bhagavad-gītā, al describir le bhakti-yoga en la etapa de sādhana, Śrīla Prabhupāda dice que uno
debe levantarse temprano, bañarse, asistir al maṅgala ārati, cocinar para la Deidad y recoger flores y también hojas de Tulasī
para la adoración de la Deidad. Śrīla Prabhupāda nos ha dicho que en cada plato
de cada ofrenda debe haber una hoja de Tulasī, por lo tanto debemos recoger las
suficientes. Al recogerlas y cortarlas, debemos tener mucho cuidado de no
lastimar las puntas de las ramitas de Tulasī y debemos aplaudir tres veces
antes de hacerlo. En el Viṣṇu Smṛti se explica
este asunto:
patrānam cayane viprā
bhaṅga sakhā yadā bhavet
tadā hṛdi vyathā viṣṇor
dīyate tulasī pateḥ
karatāla trayam dattvā
cinuyat tulasī dalam
yathā na kampathe śākhā
tulasyā divja sattama
“Si al cortar las hojas de Tulasī
una persona quiebra las ramas, Viṣṇu siente dolor en Su corazón. Uno debe batir
las palmas tres veces antes de recoger hojas de Tulasī, y al recogerlas, debe
ser cuidadoso para que las ramas no sean sacudidas ni perturbadas”.
Ahora bien, debemos estar
atentos cuando se aproxima el día de Ekādaśī, ya que al día siguiente, Dwādaśi,
no debemos aproximarnos a Tulasī para recoger hojas ni hacer algún tipo de
servicio que pueda ocasionar la pérdida de hojas. El Viṣṇu-dharmottara afirma:
nacchindat tulasī vipra
dvādaśyāṁ vaiṣṇava kvacit
“El vaiṣṇava jamás debe
recoger hojas de Tulasī en el Dwādaśi Tithi”.
Y el Garuḍa Purāṇa nos dice por qué:
“Una persona erudita en las
Escrituras que no desea disminuir la duración de su vida, no debe recoger hierbas
en los domingos ni colectar hojas de Tulasī para adorar al Señor en Dwādaśi”.
Aunque las hojas de Tulasī son
tan purificantes y valiosas, los devotos nunca las comerán sin primero
ofrecérselas a Kṛṣṇa. Śrīla Sanātana Goswāmī nos instruyó en esto de la
siguiente manera:
kiṁ citram asyāḥ patitaṁ tulasyā
dalam jalaṁ va patitaṁ punite
lagnadhi bhāla sthalaṁ alavala
mritsnapi
kritsnagha vināśanāya
śrīmat tulasyā patrasya
māhātmyam yadyāpi drisam
tathāpi vaiṣṇavaiṣṭān
na grāhyam kṛṣṇarpaṇam vinā
“¿Qué puedo decir acerca de las maravillosas glorias de Tulasī? Sus
hojas caídas, las que se marchitaron y su agua son todas purificantes. Quien
coloca incluso una partícula de la tierra en donde está plantada, erradica
todos los pecados. Aunque las glorias de las hojas de Tulasī Devī sean tan
grandiosas y sus hojas tan purificantes, aun así, los vaiṣṇavas nunca comen hojas de Tulasī sin primero ofrecércelas a la
Suprema Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa”.