Por
divino arreglo del Señor Kṛṣṇa, Śrīmatī Rādhārāṇī maldijo a Virajā-devī a
convertirse en río y también a descender al mundo material. Esto formaba parte
de un plan mayor del Señor Kṛṣṇa, para salvar a las almas condicionadas que
estaban sufriendo en el mundo material, y a tal fin, Él había dispuesto a
través de Su potencia trascendental ilusoria (Yogamāyā) que estos pasatiempos
tomaran lugar.
Luego que Śrīmatī Rādhārāṇī hubiera
conjurado a Virajā-devī, Ella maldijo también a Śrīdāmā a convertirse en
demonio (él se volvió Sankasura). Y éste a su vez maldijo a Śrīmatī Rādhārāṇī a
estar separada del Señor Kṛṣṇa por un siglo. De esta forma, mediante
argumentaciones y desacuerdos trascendentales, los diversos asociados del Señor
Kṛṣṇa vinieron al mundo material. El motivo de este descenso es doble; primero,
ayudar a las almas condicionadas a liberarse de las garras del ciclo del
nacimiento y la muerte y alcanzar su relación eterna con el Señor Kṛṣṇa, y en
segundo lugar, asistir al Señor Kṛṣṇa cuando El encarna en este mundo para
exhibir Su pasatiempo trascendental. “Oh descendiente de Bhārata, dondequiera y
toda vez que se produce una declinación en la práctica religiosa, y un alza
predominante de la irreligión, en ese momento Yo Mismo desciendo”.
“Yo Mismo aparezco milenio tras milenio
para liberar a los piadosos y aniquilar a los malvados, así como para
restablecer los principios de la religión”. (Bg. 4-7, 8)
La misericordia de los Vaiṣṇavas (devotos) se describe en la
siguiente plegaria:
“Ofrezco mis
respetuosas reverencias a todos los devotos Vaiṣṇavas
del Señor. Ellos son tal como árboles de los deseos, que cumplen los deseos de
todos y están llenos de compasión por las almas caídas condicionadas”.
Vraja-devī descendió al mundo material
en la forma del Río Yamunā, para purificar y dar amor por el Señor Kṛṣṇa a las
almas condicionadas y también apareció en forma humana para asistir al Señor Kṛṣṇa
en Sus pasatiempos.
Kālindī (Yamunā-devī) nació de
Vivasvata (el dios-sol) y Sanjna (la hija de Visvakarma). Debido a la brillante
refulgencia del dios-sol, Sanjna solía cerrar sus ojos cuando Vivasvata se
aproximaba a ella. Enojándose con Sanjna, Vivasvata la conjuró a dar a luz un
hijo que se llevaría la vida de todos. Posteriormente la bendijo para que diera
nacimiento a una hija que liberaría a todos del reino del nacimiento y la
muerte. Sanjna dio a luz mellizos, Yama (el dios de la muerte) y Yami (Yamunā),
también conocida con el nombre de Kṛṣṇa porque su cuerpo era negruzco. Ambos, Yamunā
y Yamarāja también aparecieron en una forma de color dorado simultáneamente. La
otra forma de Yamarāja se conoce como Dharmarāja (el recompensa las actividades
piadosas de las entidades vivientes), y la forma de color dorado de Yamunā-devī
es Viśākhā-devī, quien en rigor de verdad es la persona original de la cual Virajā-devī
(Yamunā-devī) se ha expandido.
Yamunā-devī informó a su padre que no
se casaría con nadie, excepto el Señor Kṛṣṇa. Vivasvata le sugirió que le sería
muy difícil casarse con el Señor Kṛṣṇa porque Él era ciertamente la Suprema
Personalidad de Dios. Empero, Yamunā-devī decidió realizar severas austeridades
hasta concretar ese deseo. Observando su determinación, Vivasvata cedió y
construyó para ella una residencia en las aguas del Yamunā, cerca del bosque Khāṇḍava.
La forma en que ella obtuvo la gracia del Señor Kṛṣṇa para convertirse en Su
esposa, se narra en el Décimo Canto del Śrīmad-Bhagavatam:
“En una ocasión Kṛṣṇa y Arjuna
arribaron a la orilla del Yamunā, lavaron Sus manos, pies y boca y bebieron su
agua clara. Mientras se hallaban descansando y bebiendo agua, vieron a una
hermosa joven de edad casadera que caminaba sola por la ribera del Yamunā. Kṛṣṇa
solicitó a Su amigo Arjuna que se adelantara y le preguntara quién era. Por la
orden de Kṛṣṇa, Arjuna de inmediato se aproximó a la muchacha, la cual era muy
hermosa. Ella poseía un cuerpo atractivo, rostro sonriente y bellos dientes
rutilantes. Arjuna preguntó: “Mi querida niña, qué hermosa eres con tu seno
levantado, ¿puedo preguntarte quién eres? Nos sorprende hallarte aquí,
deambulando sola. ¿Cuál es tu propósito al venir aquí? Solo cabe suponer que
andas en busca de un marido apropiado. Si no tienes reparo, revela tu
propósito. Trataré de complacerte”. La hermosa joven era el Río Yamunā
personificado. Ella replicó: “Señor, soy la hija del dios-sol y ahora estoy
realizando penitencia y austeridad para tener al Señor Kṛṣṇa como mi esposo.
Considero que es la Persona Suprema y es adecuado para ser mi esposo. Revelo de
este modo mi corazón porque tú deseabas conocerlo”.
La joven continuó: “Mi querido señor,
sé que eres el héroe Arjuna, de modo que te diré asimismo que no aceptaré a
nadie como mi esposo además del Señor Viṣṇu, porque El es el único protector de
todas las entidades vivientes y el dispensador de liberación para todas las
almas condicionadas. Te agradeceré si oras al Señor Viṣṇu para que Se complazca
conmigo”. La niña Yamunā sabía bien que Arjuna era un gran devoto del Señor Kṛṣṇa
y que si él oraba, Kṛṣṇa nunca negaría su pedido. Acercarse directamente a Kṛṣṇa
en ocasiones puede ser inútil, pero acercarse a Kṛṣṇa a través de Su devoto, es
seguro que resulta exitoso. Ella agregó: “Mi nombre es Kālindī y vivo dentro
del agua del Yamunā. Mi padre fue muy gentil en construir una casa especial
para mí dentro de las aguas del Yamunā, y he hecho el voto de permanecer en el
agua hasta tanto encuentre al Señor Kṛṣṇa”. El mensaje de la joven Kālindī fue
debidamente transmitido a Kṛṣṇa por Arjuna aunque Kṛṣṇa, como la Superalma del
corazón de todos, lo sabe todo. Sin mayor análisis, Kṛṣṇa de inmediato aceptó a
Kālindī y le solicitó que tomara asiento en el carro”. (Śrīla Rūpa Gosvāmī ha
descrito en su Lalitā-mādhava que Kālindī, la forma dorada de Yamunā-devī, es
un reflejo de Viśākhā-devī).