Introducción


Desde hace más de veinte años que diariamente estudio el Bhagavad-gītā. No se trata de un simple estudio. Es la forma más alegre de meditación. Su lectura es sinónimo de renovación, de alegría, de descubrimiento. Las palabras de Śrī Kṛṣṇa alivian y disipan cualquier duda. No hay problema que no pueda superarse con un estudio concentrado del Gītā. Las palabras de Śrī Kṛṣṇa inspiran bondad, comprensión, tolerancia y paz interior. Son perfectas, son dulces, son agradables. Pero también son fuertes, pesadas, conclusivas —esenciales para cualquier persona que quiera librarse de los dolores provenientes del contacto con la energía material.

En sus setecientos versos, divididos en dieciocho capítulos, el diálogo sagrado entre Kṛṣṇa y Arjuna aborda todos los temas que una persona necesita conocer para fijarse en el camino de la autorrealización espiritual. Por ello, Bhaktivedanta Swami Prabhupāda, en sus comentarios del Gītā, afirma que su estudio “suplantará todos los estudios de la sabiduría védica y de todas las Escrituras del mundo”. Además de esto, él amplía diciendo que “se encontrará en el Gītā todo lo que está incluido en otras Escrituras, pero además el lector notará la presencia de pasajes no abordados en otra parte”. Esto se debe a que Śrī Kṛṣṇa no es una persona común, adicta a las imperfecciones naturales de este mundo. No solo en todo el Gītā, sino en todas las demás escrituras védicas, constataremos que Él es la Divinidad Suprema, quien frecuentemente viene a este mundo para restablecer el dharma y dar protección a Sus devotos.

De ese modo, el conocimiento presentado por el Señor Kṛṣṇa es conocimiento absoluto, libre de errores, imperfecciones, ilusiones y engaños. “No hay verdad superior a Mí. Todo descansa en Mí, tal como perlas ensartadas en un hilo”, dice Śrī Kṛṣṇa. Así mismo, no hay verdad superior al Gītā, y todas las verdades reposan en el Gītā y son encontradas en él. Por lo tanto, en este pequeño libro preliminar al estudio del Gītā intentamos introducir al lector en los temas esenciales, presentándolos de la manera más didáctica y objetiva posible.

De las verdades del Gītā, cinco son consideradas las más importantes y esenciales para su comprensión. La primera de ellas es la jīva, la entidad viviente. Analizando toda esta manifestación cósmica comprenderemos que existen dos tipos de energías. La energía material, la cual no posee conciencia, y la entidad viviente, o energía espiritual, la cual es llamada jīva. La segunda verdad es la prakṛti, esta energía material inferior que para manifestar conciencia depende de la presencia de la jīva dentro suyo. Esta jīva es, por lo tanto, el alma espiritual, y podemos percibir su presencia en la prakṛti a través del síntoma de la conciencia.

Al residir en este mundo material, el cual es comparado a un profundo océano de prakṛti, la jīva pasa a interactuar con la materia procurando dominarla y controlarla y, debido a ello, termina enredándose severamente con las leyes del karma. Por lo tanto, el karma y sus complejidades son también una de las verdades esenciales a ser estudiadas.

Este enredo material kármico se vuelve la causa de diversos tipos de inconvenientes y, en la lucha por librarse de ellos, la jīva acaba perdiendo su conciencia original, identificándose excesivamente con su cuerpo material.

En su condición original, la jīva es la conciencia pura, partícula integrante de Dios. No obstante, la cobertura material de la prakṛti hace que ella caiga en ilusión y olvide su verdadero yo espiritual. Envuelta en las reacciones de sus actividades materiales, la jīva permanece por muchas vidas reencarnando en diferentes condiciones materiales, manteniéndose bajo la influencia implacable de kāla, el poderoso subyugador en la forma del tiempo eterno.

De esa forma, la jīva está siempre debatiéndose en el insuperable océano de nacimientos y muertes, mientras se mantiene aferrada al minúsculo bote salvavidas que es su propio cuerpo material, o a los cuerpos de los otros. Además de eso, ella está sujeta a los remolinos kármicos de sus actividades mundanas y vive a merced de las grandes y violentas olas del tiempo, que se presentan en la forma de nacimientos y muertes. Ciertamente, lo mejor que ella puede hacer es buscar la ayuda divina del Īśvara, el Controlador Absoluto, el Señor Śrī Kṛṣṇa, quien afirma en el Gītā [Bg. 12.6-7]:

“Pero para aquellos que Me adoran a Mí entregándome todas sus actividades y consagrándose a Mí sin desviarse, dedicados al servicio devocional y meditando siempre en Mí, habiendo fijado la mente en Mí, ¡oh, hijo de Pṛtha!, para ellos, Yo soy el que los salva prontamente del océano del nacimiento y la muerte”.

Esperamos sinceramente que esta pequeña obra lo estimule a profundizar en la lectura del Gītā, y esperamos también que comprenda y aprecie el significado de estas cinco palabritas nuevas que van a acompañarle en esta jornada rumbo al autoconocimiento: jīva, la entidad viviente; prakṛti, la naturaleza; karma, las actividades; kāla, el tiempo y, finalmente, īśvara, el Controlador Absoluto.


Chandramukha Swami
11 de Julio de 2000, Sayana Ekadasi
Nueva Gokula Dhama, Pindamonhangaba, San Pablo, Brazil

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