Clase de S.G. Vīrabahu Mahārāja
Bhagavad-gīta 3.26
Ciudad de Rosario, Argentina , Julio de 1992
Enviado por Gustavo Medina
¡Hare Kṛṣṇa! Buenas noches. Vamos a
leer el texto que correspondía al día de ayer, del Bhagavad-gītā tal como es, presentado por Śrīla Prabhupāda. Es el
Capítulo 3, titulado Karma-yoga, el
texto 26.
oṁ
namo bhagavate vāsudevāya [repite tres veces]
na
buddhi-bhedaṁ janayed
ajñānāṁ karma-saṅginām
joṣayet sarva-karmāṇi
vidvān yuktaḥ samācaran
ajñānāṁ karma-saṅginām
joṣayet sarva-karmāṇi
vidvān yuktaḥ samācaran
[Bg.
3.26]
Traducción y significado por Śrīla Prabhupāda:
na — no; buddhi-bhedam — perturbación de la inteligencia; janayet — debe ser causa; ajñānām — de los necios; karma-saṅginām — que están apegados al trabajo
fruitivo; joṣayet — él debe acoplar; sarva — todo; karmāṇi — trabajo; vidvān — un sabio; yuktaḥ — dedicado; samācaran — practicando.
TRADUCCIÓN
Así que, para no perturbarles la
mente a hombres ignorantes que están apegados a los resultados fruitivos de los
deberes prescritos, el sabio no debe inducirlos a dejar de trabajar. Más bien,
trabajando con espíritu de devoción, debe ocuparlos en toda clase de
actividades [para el desarrollo gradual de su conciencia de Kṛṣṇa].
SIGNIFICADO
“Vedaiś
ca sarvair aham eva vedyaḥ. Ése es el fin de todos los
rituales védicos. Todos los rituales, todas las celebraciones de sacrificios y
todo lo que se presenta en los Vedas, incluso todas las indicaciones para la ejecución
de actividades materiales, son para comprender a Kṛṣṇa, quien es la meta última
de la vida. Pero debido a que las almas condicionadas no conocen nada fuera de
la complacencia de los sentidos, estudian los Vedas con
esa finalidad. Sin embargo, a través de las actividades fruitivas y la complacencia
de los sentidos regulados por los rituales védicos, uno se eleva gradualmente
al plano de conciencia de Kṛṣṇa. Por lo tanto, un alma iluminada con conciencia
de Kṛṣṇa no debe perturbar a los demás en sus actividades o en su comprensión,
sino que debe actuar enseñando cómo los resultados de todo trabajo se pueden
dedicar al servicio de Kṛṣṇa. El erudito consciente de Kṛṣṇa puede actuar de
modo tal que el ignorante que trabaja para complacer los sentidos aprenda con
ello a actuar y a comportarse. Aunque no se debe perturbar al ignorante en sus
actividades, una persona que se haya desarrollado un poco en el proceso de
conciencia de Kṛṣṇa puede ser ocupada directamente en el servicio del Señor,
sin tener que esperar por otras fórmulas védicas. Este afortunado hombre no
tiene ninguna necesidad de seguir los rituales védicos, porque, mediante el
cultivo directo de conciencia de Kṛṣṇa, uno puede obtener todos los resultados
que hubiera obtenido de cumplir con sus deberes prescritos”.
SG
Vīrabahu Mahārāja: Entonces, Prabhupāda está citando el mismo Bhagavad-gītā
—otro texto, vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ —, donde Kṛṣṇa dice que Él es la finalidad del
estudio de todos los Vedas. Prabhupāda
dice: “Ése es el fin de todos los rituales védicos (Kṛṣṇa)”.
Todos los rituales, todas las
celebraciones de sacrificios y todo lo que se presenta en los Vedas, incluso todas las indicaciones
para la ejecución de actividades materiales, son para comprender a Kṛṣṇa, quien
es la meta última de la vida. Pero debido a que las almas condicionadas no
conocen nada fuera de la complacencia de los sentidos, estudian los Vedas con
esa finalidad. Sin embargo, a través de las actividades fruitivas y la
complacencia de los sentidos reguladas por los rituales védicos, uno se eleva
gradualmente al plano de conciencia de Kṛṣṇa. Por lo tanto, un alma iluminada
con conciencia de Kṛṣṇa no debe perturbar a los demás en sus actividades o en
su comprensión, sino que debe actuar enseñando cómo los resultados de todo
trabajo se pueden dedicar al servicio de Kṛṣṇa. El erudito consciente de Kṛṣṇa
puede actuar de un modo tal, que el ignorante que trabaja para complacer los
sentidos aprenda con ello a actuar y a comportarse. Aunque no se debe perturbar
al ignorante en sus actividades, una persona que se haya desarrollado un poco
en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa puede ser ocupada directamente en el
servicio del Señor, sin tener que esperar por otras fórmulas védicas. Este
afortunado hombre no tiene ninguna necesidad de seguir los rituales védicos,
porque, mediante el cultivo directo de conciencia de Kṛṣṇa, uno puede obtener
todos los resultados que hubiera obtenido de cumplir con sus deberes
prescritos.
[Śrīla Vīrabahu ofrece reverencias a
su maestro espiritual, Śrīla Prabhupāda, antes de comenzar a explicar el verso
mencionado]
oṁ ajñāna-timirāndhasya jñānāñjana-śalākayā
cakṣur unmīlitaṁ yena tasmai śrī-gurave namaḥ
mūkaṁ
karoti vācālaṁ
paṅguṁ laṅghayate girim
yat-kṛpā tam ahaṁ vande
śrī-guruṁ dīna-tāraṇam
paṅguṁ laṅghayate girim
yat-kṛpā tam ahaṁ vande
śrī-guruṁ dīna-tāraṇam
Ajñāna-timirāndhasya. La misma
palabra encontramos acá —ajñāna, los ignorantes. Y en esta oración (oṁ ajñāna-timirāndhasya),
le ofrezco mis reverencias a mi maestro espiritual, ya que me doy cuenta en
cuanta ignorancia me hallo sumido. Como he nacido en la más oscura ignorancia,
cualquier conocimiento, cualquier comprensión que he logrado hasta estos
momentos se debe a la misericordia de él, mi maestro espiritual, Śrīla Prabhupāda.
Mūkaṁ
karoti vācālaṁ. Y por las bendiciones de una personalidad como Śrīla Prabhupāda
hasta un mudo puede hablar, un cojo puede subir, escalar, una montaña. Mūkaṁ karoti vācālaṁ paṅguṁ laṅghayate girim yat-kṛpā tam ahaṁ vande śrī-guruṁ dīna-tāraṇam. Así
que le ofrecemos nuestras reverencias a Śrīla Prabhupāda, ya que gracias a él
podemos iluminarnos con la compresión correcta acerca de este mundo, acerca de
nosotros y, muy especialmente, acerca de Dios, acerca de Kṛṣṇa.
Entonces, aquí (1) está la
palabra ajñāna.
Oṁ ajñāna-timirāndhasya,
la misma palabra que utilizamos en esa oración.
También decimos:
vāṇchā-kalpa-tarubhyaś
ca kṛpā-sundhubhya eva ca
patitānāṁ pāvanebhyo vaiṣṇavebhyo namo namaḥ
patitānāṁ pāvanebhyo vaiṣṇavebhyo namo namaḥ
Les ofrecemos también nuestras
reverencias a devotos Vaiṣṇavas
del Señor, ya que son como Árboles de los Deseos y se explica que pueden
complacer los deseos de todos. Como en este mundo es famosa la Fuente de los
Deseos, y la idea es que uno va a esa fuente y especialmente hay que tirar una
moneda, —para beneficio de los que la recogen luego. [Risas] Pero se supone que
uno tira una moneda y se cumplen los deseos (y siempre decimos, “especialmente
los deseos de quien recoge las monedas”). [Risas] Entonces, así, está la Fuente
de los Deseos. En nuestra vida de Conciencia de Kṛṣṇa tenemos mucho este
concepto, tenemos Árboles de los Deseos. Y tenemos a los devotos, los Vaiṣṇavas, que se dice que
son como Árboles de los Deseos, que cualquier deseo se cumple por las
bendiciones de los devotos. Y que están llenos de compasión por las almas
condicionadas caídas. Y hemos mencionado esto de la compasión: una persona que
está bien ya no tiene que preocuparse por nadie más, normalmente. Y si lo hace,
es por su compasión. Entonces, es necesario que la persona que esté bien se
compadezca de otros. Porque si no, ¿cuál es la esperanza para aquellos otros
que no están tan bien? Entonces, de ese modo, les ofrecemos nuestras
reverencias también a los devotos, que están bien, pero tienen la misericordia
de preocuparse por los que no estamos tan bien.
Esta canción que cantamos esta noche (2),
śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā
koro more..., se refiere a esto justamente. Doyā. Doyā significa misericordia. El autor dice, śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā
koro more tomā vinā ke doyālu jagat-saṁsāre. “Mi querido Señor Caitanya” —Śrī
Caitanya Mahāprabhu es Kṛṣṇa— entonces, el autor le está orando a Dios. Dice,
“¡Mi querido Dios, mi querido Señor Caitanya, Kṛṣṇa Caitanya, por favor, sea
misericordioso conmigo! Porque si Usted no es misericordioso conmigo, ¿quién lo
va a ser? ¿Qué va a pasar conmigo?”. Y él se presenta, jagat-saṁsāre. Dice, “en todo este universo
no hay alguien tan caído como yo, que necesite tanto de Su compasión, de Su
misericordia. Así que, por favor, sea misericordioso conmigo”. Y, así, el autor...
hā hā prabhu nityānanda, premānanda sukhī, va orando a Caitanya Mahāprabhu y Sus
asociados, incluyendo a los Goswāmīs de Vṛndāvana. Y, rāmacandra-saṅga māge narottama-dāsa,
inclusive a un amigo que tiene en Conciencia de Kṛṣṇa —Rāmacandra Kavirāja.
Entonces, en esta canción se habla
mucho de la misericordia. En realidad, Dios no está obligado a nada. Hay una
rama filosófica en la Cultura Védica que se llama Karma-mīmāṁsā. Y eso
significa que estás personas, estos filósofos, que siguen esa filosofía,
piensan que: si yo realizo ciertas actividades, Dios está obligado a darme el
resultado. Eso se llama Karma-mīmāṁsā. Una relación con Dios que no está
basada en lo que debe estar basada la relación con Dios, que es en el amor.
Entonces, estos filósofos ven la cosa de ese modo. Por ejemplo, si yo obro
bien, Dios va a estar obligado a darme el resultado. Esta canción nos habla de
una mentalidad completamente diferente. Esa debe ser la mentalidad de
Conciencia de Kṛṣṇa y es la realidad. Dios no está obligado a nada. A veces
sentimos que Dios está obligado y, debido a eso, le reclamamos a Dios y
criticamos a Dios. Mucha gente, en el diario vivir, se pregunta ¿por qué Dios
permite esto? Y Prabhupāda contaba cómo, de ese modo, es muy fácil volverse
ateo. Es muy peligroso tener esa mentalidad. Y él cuenta que, en la época de la
Guerra (3), las esposas de los alemanes iban a la iglesia pidiéndole
a Dios que, por favor, sus esposos regresaran sanos y salvos. Y después, cuando
no regresaron, cuando la mayoría de ellos habían muerto, entonces, estas
mujeres dejaron de creer en Dios. Decían, “Dios no existe. Tanto que pedimos y
no nos cumplió”. Y claro, Prabhupāda explica —no con este ejemplo, pero lo
podemos aplicar a este mismo ejemplo— que lo que nos debemos dar cuenta es que
las esposas de los otros soldados también están pidiendo lo mismo. Prabhupāda
da el ejemplo más humorista de que el dueño de casa le pide a Dios que, “por
favor, protégeme de los ladrones”; y el ladrón le pide a Dios que, “por favor,
que todo me salga bien”. [Risas] Prabhupāda dice que es una perplejidad para
Dios, porque los dos le están pidiendo.
Todo esto refleja una mentalidad
materialista en relación con Dios. Y, un poquito, esto es lo que se llama la
filosofía Karma-mīmāṁsā, de pensar que Dios está obligado. Y tenemos que
tener cuidado en el Movimiento de Conciencia de Kṛṣṇa de no tener la misma
mentalidad. A veces nos preguntamos también lo mismo: tenemos tanto tiempo
sirviendo a Kṛṣṇa, ¿por qué todavía no aparece lo que estoy buscando? ¿Por qué
me pasa lo que me pasa?
Entonces, la mentalidad devocional es
muy diferente y se describe muy bien en esta canción. Śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā koro more tomā vinā ke doyālu jagat-saṁsāre. “Mi querido Señor Caitanya Mahāprabhu, por favor, sea
misericordioso conmigo”. Eso es todo lo que podemos pedir, que Dios sea
misericordioso con nosotros. Debemos apreciar, debemos entender que dependemos
de la misericordia de Dios y Sus devotos. Que no hay nada que podamos hacer,
mediante nuestro propio esfuerzo, por liberarnos. Y no podemos obligar a Dios a
que haga nada. Todo lo que podemos hacer es invocar la misericordia. Así que
esta filosofía de Conciencia de Kṛṣṇa nos enseña a buscar esa misericordia. Y
la misericordia de Dios viene a través de la misericordia de los devotos. En
este momento, Dios está distante de nosotros —aparentemente—; no lo vemos.
Pero, como decíamos esta mañana, se sabe que Dios está con Su devoto. Así que
como nosotros, directamente, no logramos tener la compañía de Dios pero sabemos
que Dios siempre está con Su devoto, nunca abandona a Su devoto, lo más
inteligente es buscar a un devoto. Por lo menos a uno. Cuando uno está con un
devoto de Dios, uno sabe que Kṛṣṇa está ahí, en alguna parte. Que aunque uno no
lo ve, uno sabe que está ahí porque está el devoto de Kṛṣṇa. Y a través de ese
devoto de Kṛṣṇa, viene la misericordia de Kṛṣṇa.
Así que esta relación con Dios es muy
importante. Este tipo de relación con Dios, —la relación a través del afecto,
la relación de dependencia, en la que estamos pidiendo Su misericordia y en la
que entendemos que Él no está obligado a nada—, eso es muy importante. Dios es
Supremo, es independiente y Él no tiene obligación de nada. En este mundo ya
tenemos experiencia de eso. Cuando alguien se siente en una posición superior
—quizás todos hemos tenido experiencia—, como por ejemplo, qué sé yo quizás, en
la relación de padre a hijo, de madre a hijo, en la de jefe a subordinado. En tantas
situaciones en este mundo, vemos que existe una posición superior y una
inferior. Y nos damos cuenta que hay ese sentir —contaminado, por supuesto,
pero está ese sentir y podemos entenderlo— cómo la persona superior siente que
no tiene ninguna obligación de hacer lo que el subordinado quiere. Ese es un
sentir. Y se ofende, la persona superior se siente ofendida. Entonces, en el
plano trascendental eso es aún más cierto: Dios indudablemente que no tiene
ninguna obligación de hacer nada. Pero Él sí hace. En este mismo Capítulo, Él
ha hablado de eso. Dice, “...si yo dejara de desempeñar cuidadosamente los
deberes prescritos,... sin duda que todos los hombres seguirían mi sendero. Si
Yo no ejecutara deberes prescritos, todos estos mundos se irían a la ruina” [Bg. 3.23-24].
Son, justo, los textos anteriores que han estado estudiando. Kṛṣṇa está
hablando, “Yo sería la causa de la creación de una población no deseada, y con
ello destruiría la paz de todos los seres vivientes”. Es decir, aunque Dios no
tiene obligación de hacer nada, Él hace. Él se ocupa. Pero las ocupaciones de
Dios se llaman lila, “pasatiempos”.
De todos modos, Él sí se ocupa. Y,
como Él mismo expresa acá, para dar el ejemplo. Y aquí está el famoso verso, el
verso 21. Es muy famoso en relación con esto.
yad yad acarati
sresthas
tat tad evetaro
janah
sa yat pramanam kurute
lokas tad anuvartate
[Bg. 3.21]
“Los hombres comunes siguen los pasos
de un gran hombre, sea cual fuere la acción que éste ejecute. Y cualesquiera
que sean las pautas que él establezca mediante actos ejemplares, el mundo
entero las sigue”.
Así que nuestra relación con Dios
debemos saber que es totalmente libre. Como cualquier otra relación amorosa, en
donde ambos participantes manifiestan, expresan, su libre albedrío. Lo bonito
de una relación amorosa es que es libre. Cuando hay obligación, ya no tiene el
mismo valor ese amor. Y en todas las relaciones de este mundo, tenemos
experiencia de eso. Así que no es difícil de entender. Eso mismo se espera en
la relación con Dios. En la relación con Dios debe haber un amor totalmente
libre de obligaciones. Puro afecto. Eso se llama amor puro. Śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu doyā koro more...
En este texto de hoy, vamos a
repetirlo:
“Así que, para no perturbarles la
mente a hombres ignorantes que están apegados a los resultados fruitivos de los
deberes prescritos, el sabio no debe inducirlos a dejar de trabajar. Más bien,
trabajando con espíritu de devoción, debe ocuparlos en toda clase de
actividades [para el desarrollo gradual de su conciencia de Kṛṣṇa]”.
No se debe entender con este verso,
que lo mejor sería no trabajar. Ya acabamos de ver que el propio Kṛṣṇa dice que
Él trabaja. Que Él actúa. Así que la idea no es que no se debe trabajar. Pero,
como hemos dicho todos estos días, hay diferentes actividades. Diferentes tipos
de actividades, diferentes tipos de funciones. Y hay actividades que promueven
nuestra conciencia de Kṛṣṇa. Hay actividades que promueven que alcancemos la
meta de nuestra vida. A todos nos preocupa el que estemos aprovechando nuestra
vida. Todos nos damos cuenta que el tiempo pasa. Y a todos nos preocupa el que
estemos aprovechando este tiempo. Nos preocupa saber que lo estemos
aprovechando. Y, claro, por lo general, creemos que sí, que estamos haciendo
tanto. Muchas veces, nos vemos involucrados en tantas actividades. Nos sentimos
tan ocupados que creemos que estamos haciendo mucho. Pero debemos analizar cuál
es la meta de esas actividades y si vale la pena esa meta. Este movimiento de
Conciencia de Kṛṣṇa es para enseñarnos cual es la meta más valiosa y para
enseñarnos a llegar a ella. Esa es la razón de este Movimiento Hare Kṛṣṇa. Y,
lógicamente, la meta es Kṛṣṇa. Como se dice acá, vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ: Kṛṣṇa es la meta de todo.
Vemos que mucha gente dice que Dios
es la meta de todo pero no saben como poner eso en práctica. Y, cuando
analizamos la vida de esas personas, nos damos cuenta que, en la práctica, Dios
no es la meta de todo —aunque ellos dicen que Dios es la meta de todo. Así que
aquí, en Conciencia de Kṛṣṇa, queremos estar seguros no sólo de decir que Dios
sea la meta, sino que de verdad Dios sea la meta. De ver que, en cada una de
nuestras actividades, Dios está siendo la meta de todo. Y eso es el significado
de este texto. Aquí se habla de los hombres ignorantes y de los hombres
conocedores, eruditos, versados. Entonces, la gente que conoce, la gente que
sabe, debe tener cuidado de no hablarle a la gente ignorante haciéndole creer
que debe dejar de trabajar.
A veces, hay esta mala
interpretación. Anoche hablábamos de esto, las malas interpretaciones en
relación con la filosofía de Conciencia de Kṛṣṇa. Que pareciera que este
Movimiento estuviera promoviendo el que la gente dejara su trabajo. De hecho,
recuerdo una historia en la India hace como dos años, —dos o tres años. Estaba
viajando de Jaipur. ¿Cuándo fue?... anoche mostramos las fotos de las Deidades
de Jaipur. Entonces, es una historia muy bonita. Cuando salí de Jaipur, la
primera vez que fui, iba de Jaipur a Delhi y... me impresionó mucho esta
historia, la he contado muchas veces. Quizás algunos de ustedes la han oído.
Iba en un autobús. Iba con mi esposa y un discípulo. Y, al lado, iba un señor
hindú con su esposa y se veía como una persona educada. Íbamos en un autobús
que se consideraba..., pues en la India los autobuses... Deben saber que es un
lugar muy renunciado, la India. [Risas] Buscamos un autobús que se suponía era
de Primera (clase). Y lo único que eso significaba, prácticamente, era que no
había gente saliéndose por las ventanas [risas] sino que cada persona estaba
sentada en uno de los asientos. Iba a ser un viaje de cinco horas, así que
tratamos de buscar tener un asiento por esas cinco horas. Entonces, significaba
que uno iba a tener un asiento y, además, significaba que había un televisor
encendido todo el tiempo con videos. “Video coach”, se llamaba —con
videos— y era bastante estruendoso.
Era ekādaśī ese día. [Risas]
Entonces, desde que salimos... habíamos salido temprano por la mañana, teníamos
que cantar nuestras rondas de Hare Kṛṣṇa, así que estábamos todo el tiempo
cantando rondas. Y pasó como una hora, hora y media, casi dos horas de que
estuvimos cantando rondas, y el señor que tenía al lado durante estas dos horas
(me había dado cuenta) se la pasó muy inquieto. Un rato estuvo mirando el
televisor, el video; otro rato sacó una revista y estaba llenando un
crucigrama; después, guardó la revista y sacó un libro; después conversó con su
esposa. Y así, pasaba de una actividad a otra. Estaba sumamente inquieto. Y al
cabo de casi las dos horas, me interrumpió. Pidió permiso y me dijo:
“Discúlpeme, ¿puedo interrumpirlo?” Le digo, “Sí, como no”. Entonces, él me
dijo: “Tengo que decirle que me siento verdaderamente apenado de que yo he
tratado, he estado todo el tiempo tratando de olvidar a Dios y usted ha estado
todo el tiempo tratando de recordarlo”.
Claro, en la India la gente tiene
mucha cultura espiritual, mucha cultura religiosa, y tiene mucho estos
sentimientos. Entonces, dijo así. Dijo que le apenaba; de repente le había dado
vergüenza que él había nacido en esa cultura en la que yo no había nacido —en
la que nosotros, los tres que estábamos ahí, no habíamos nacido— y le daba
vergüenza que él había estado todo el tiempo tratando de olvidar a Dios, y
nosotros habíamos estado tratando de recordarlo. Entonces, yo le dije —me
conmovió mucho eso— y le dije que esa era la misericordia de nuestro Guru Mahārāja,
de nuestro maestro espiritual. Me dijo, “¡Oh! Y, ¿quién es su maestro
espiritual?” Entonces, le dice: “A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda”. Dijo,
“¡Oh, ese es su maestro espiritual!” Y me dijo, “Yo lo conocí hace muchísimos
años”. Y me contó una historia muy bonita. De hecho, había conocido a Prabhupāda
y me contó. “Yo conocí a su maestro espiritual hace muchos, muchos años, antes
de que él fuera al Occidente”. Claro, yo no estaba muy seguro de que fuera
cierto. En principio me llamó la atención. Me puse un poco sospechoso. Pero
entonces me dijo, “Sí, yo lo conocí cuando su maestro espiritual estuvo yendo
al templo de Chippiwada”. Entonces, cuando dijo eso, yo ya supe que era cierto.
Lo que ocurrió es que Śrīla Prabhupāda, después de haber adoptado sannyāsa cuando se fue a Vṛndāvana,
estuvo viviendo un tiempo en el templo de Rādhā-Dāmodara (un templo muy famoso
en Vṛndāvana). Prabhupāda se dedicó ahí a escribir el Śrīmad-Bhāgavatam
en inglés con la idea de predicar en el idioma inglés, de venir al mundo
Occidental. Entonces, escribió su Bhagāvatam en inglés y
lo estaba imprimiendo en Delhi, que es a tres horas de Vṛndāvana por carro.
Entonces, Prabhupāda, cuando iba a Delhi, se quedaba para revisar la impresión
de los libros en este templo de Chippiwada. Un templo donde le permitían
quedarse. Le habían dado un cuarto ahí. Entonces, este señor me cuenta, me
dice: “Sí, yo conocí a su maestro espiritual cuando estaba yendo a ese templo.
Y debo decirle que un amigo mío lo ayudó”. Yo le dije, “¿De veras lo ayudó?
¿Por qué?” “Porque todos los vecinos —y aquí viene con lo que estaba diciendo
antes— del templo, del vecindario, estaban protestando diciéndoles a los
administradores del templo que, por favor, no permitan que este Swami siga viniendo.
Porque está predicando una filosofía muy extraña”.
Incluso en la India eso estaba
causando problemas. Y dice, “la gente que se asocia con él se vuelve como loca
y ya sólo quiere cantar todo el día”. [Risas] Y dijo, “es muy peligroso eso,
que toda esta gente vaya a abandonar sus responsabilidades”. Así que, dice que
los vecinos estaban acercándose a los administradores y hablándoles de ese
modo. El amigo de él habló con los administradores y les dijo que no, que
siguieran permitiendo que Prabhupāda pudiera quedarse ahí, en ese templo, que
no le causaran problemas, y que él estaba representando una filosofía muy
buena. Que nada más tenían que entenderla. Lo que pasa es que la gente no
entendía lo que Prabhupāda estaba presentando.
Pues así, este señor me contó esta
historia y aprecié mucho eso. Y luego me dijo, “Y, un día, ya no lo vimos más.
No supimos más de él. Hasta que más adelante, en una ocasión muchos años
después, vi en el periódico que se había vuelto esta gran personalidad mundial.
Y me quedé muy sorprendido, que esta era la persona que yo había conocido hace
tantos años. Jamás iba a pensar que se iba a volver un Ācārya, un
maestro espiritual, mundialmente reconocido, tan famoso.” Y, entonces, me dijo:
“Yo le digo sinceramente, su Movimiento es el único que verdaderamente está
haciendo algo bueno por la humanidad, que verdaderamente se está preocupando
por la humanidad”.
Entonces, así, vemos que algunas
personas aprecian. Pero el ejemplo lo traje a colación debido a esto de que es
muy fácil malinterpretar y creer que estamos queriendo que la gente se vuelva
irresponsable. Y este verso, les advierte a los predicadores en especial, que
tienen que tener cuidado cuando le hablan a la gente. Por ejemplo hay tantas
cosas que parecen ser criticadas en la Cultura Védica. Hay que tener cuidado
con esto. Hoy estábamos hablando con un grupo de devotos sobre la vida
familiar. A veces, pudiéramos hablar de la vida familiar de modo tal que
entonces el esposo y la esposa se pudieran volver irresponsables, pudieran
creer que está bien ser irresponsable dentro de la vida familiar. Igualmente, a
veces podemos hablar de la vida social de modo tal que podríamos crear el
peligro de crear un problema en la sociedad, de crear una perturbación en la
sociedad. Porque entonces la gente se volvería irresponsable.
Entonces, cuando se critican todas
esas cosas —el trabajo, o la vida familiar, el matrimonio, la relación
hombre-mujer, todas estas cosas— lo que se critica es cuando eso se realiza de
una manera atea. Pero hay lo mismo en el servicio a Dios. El servicio a Dios no
es vagancia. El servicio a Dios son las mismas actividades pero realizadas
entregándole el fruto de esa actividad a Dios. Viendo que Dios, que Kṛṣṇa, se
beneficie. Que Kṛṣṇa sea la meta de lo que uno hace. Así que no debemos
malinterpretar. Y, finalmente, esa es la esencia de este verso y el
significado: tener cuidado de no hablar de modo tal que la gente se vuelva
irresponsable. Debemos tener mucho cuidado. No queremos que la gente se vuelva
irresponsable. Lo que queremos es que la gente siga haciendo lo que está
haciendo, pero para el servicio de Kṛṣṇa. Y por servir a Kṛṣṇa con su
actividad, en el Bhagāvatam se dice que... Nārada Muni
dice en el Primer Canto que un médico sabe cómo utilizar la misma sustancia que
causó la enfermedad para que sirva de remedio. Cómo la misma sustancia que
causa la enfermedad se utiliza de un modo “terapéutico” —dice el Bhagāvatam—
para que sirva de remedio. Entonces, asimismo, si bien estas actividades
materialistas nos causan el enredo material, aplicadas en el servicio de Kṛṣṇa
son causa de nuestra liberación.
Bueno, vamos a terminar ahí. Muchas
gracias por su atención.
¡Śrīla Prabhupāda
ki, jaya!
¡Śrīmad Bhagavad-gītā
ki, jaya!
¡Gaura bhakta-vṛnda
ki, jaya!
¡Gaura premanande
‘hari hari’ bol!
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(1) En el texto estudiado: na buddhi-bhedaṁ janayed ajñānāṁ karma-saṅginām...
(2) Refiriéndose a la canción “Sāravana-
śrī-gaura-pāda-padme Prārthanā”, de Śrīla
Narottama dāsa Ṭhākura,
entonada previamente.
(3) La Guerra Mundial
(Transcripción: Gustavo Medina, Argentina)
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