Sus primeros pasatiempos
Otro pasatiempo ha sido relatado: Se dice que un brāhmaṇa en peregrinaje se hospedó en casa de Caitanya, cocinó alimento y lo ofreció a Kṛṣṇa; mientras meditaba en su ofrecimiento, el muchacho fue y se comió el arroz. El brāhmaṇa, asombrado ante la acción de Caitanya, cocinó de nuevo a solicitud de Jagannātha Miśra. Nimāi de nuevo se comió el arroz, mientras el brāhmaṇa lo ofrecía a Kṛṣṇa. El brāhmaṇa fue persuadido para cocinar por tercera vez; en esta ocasión, los residentes de la casa estaban dormidos y el niño Se mostró al viajero como Kṛṣṇa, y le bendijo. El brāhmaṇa se sumergió en éxtasis ante la aparición del Ser de su adoración.
También se ha dicho que dos ladrones raptaron al niño de la casa de Sus padres, con la intención de robar Sus joyas, obsequiándole dulces en el camino. Caitanya manifestó Su energía ilusoria e indujo a los ladrones a regresarle de nuevo a Su casa. Los ladrones, por temor a ser detenidos, dejaron al muchacho y desaparecieron.
Otro hecho asombroso ha sido descrito, y es que el niño demandaba y recibía de Hiraṇya y Jagadīśa las ofrendas que ellos habían recolectado para adorar a Kṛṣṇa en el día de ekādaśī. Cuando sólo tenía cuatro años, se sentó sobre las ollas de cocinar descartadas, que Su madre consideraba como impuras. Él explicó a Su madre que no existe tal cosa como pureza o impureza en lo que se refiere a las ollas de barro desechadas después de cocinar. Estas anécdotas ocurrieron antes de alcanzar la edad de cinco años.
A los ocho años fue admitido en la escuela de Gaṅgādāsa Paṇḍita, en Gaṅgānagara, cerca del pueblo de Māyāpur. En dos años aprendió bien la gramática sánscrita y la retórica. Sus estudios posteriores fueron de naturaleza autodidáctica en Su propia casa, donde encontró numerosas obras importantes pertenecientes a Su padre, quien era un paṇḍita. Al parecer, profundizó por sí solo en el estudio del smṛti (escrituras) y el nyāya (lógica), superando a Sus amigos, que para entonces estudiaban con el célebre paṇḍita Raghunātha Śiromaṇi.
Después de cumplir diez años, Caitanya se convirtió
en un erudito en gramática, retórica, el smṛti y el nyāya. Fue
posteriormente, que Su hermano mayor Viśvarūpa abandonó su casa y aceptó la
orden de la vida renunciante, o sannyāsa. Aunque era muy
joven, Caitanya consoló a Sus padres diciéndoles que les serviría con el objeto
de complacer a Dios. Poco después, Su padre abandonó este mundo. Su madre
estaba muy triste y Mahāprabhu, con Su acostumbrada alegría, la consoló.
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