gaurāvīrbhāva-bhūmes tvaṁ
nirdeṣtā saj-jana-priyaḥ
vaiṣṇava-sarvābḥaumaḥ
srī-jagannāthāya te namaḥ
Om Viṣṇupada Śrī Śrīmad Jagannātha dāsa Bābājī Mahārāja apareció en
este mundo alrededor de 1750, en un pueblito lejano en la subdivisión de Tangail,
en el distrito de Mayaman Singh, que ahora es conocido como Bangladesh.
Pertenecía a una familia muy aristocrática.
El gauḍīya-vedantācārya Śrīla Baladeva Vidyābhūsana tuvo un discípulo llamado Uddhava dāsa Bābājī, cuyo discípulo iniciado se llamó Madhusūdana dāsa Bābājī. Jagannātha dāsa Bābājī
aceptó iniciación bābājī de Madhusūdana dāsa Bābājī Mahārāja. De
acuerdo al Gauḍīya-vaiṣṇava-jīvana, el dīkṣā-guru de Jagannātha dāsa Bābājī fue Jagadānanda Gosvāmī, de Śrīṇgara-vaṭa (Vṛndāvana), cuyo veśa-guru fue Kṛṣṇa dāsa Bābājī, de fama
en la localidad de
Govardhana.
Jagannātha dāsa Bābājī realizó bhajana en
Vraja-maṇḍala por muchos años. Era famoso en toda la región como un siddha-bābā (un alma perfectamente realizada). A veces
cantaba continuamente durante tres días
y tres noches sin siquiera dormir, y por lo tanto también ayunaba. Después de completar su voto, rompía el
ayuno con arroz plano y yogurt.
En el año 1880, Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura visitó
los pies de loto de Bābājī Mahārāja en Vṛndāvana y obtuvo muchas instrucciones valiosas de él. Ese mismo
año, el paramahaṁsa- bābājī fue al distrito de Burdwan,
permaneciendo en la localidad de Amalajoda. Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura fue a ese lugar con el
pretexto de ver algunos asuntos del gobierno, y de esta manera obtuvo la asociación de Jagannātha dāsa Bābājī por
segunda vez. El babaji estaba encantado por el entusiasmo de
Bhaktivinoda Ṭhākura en predicar las glorias del santo nombre de Kṛṣṇa. Más adelante, Jagannātha dāsa
Bābājī estuvo en Burdwan durante once
días y realizó un kīrtana ininterrumpido (cantando y discutiendo las
Escrituras) día y noche, Śrīla
Bhaktivinoda Ṭhākura estableció
un prapanna-āśrama (un monasterio para
rendirse a Kṛṣṇa) en la localidad de Amalajoda.
En el año 1893, Jagannātha dāsa Bābājī estaba
residiendo en Kuliyā, Navadvīpa, y fue a visitar Surabhi-kuñja, la residencia de Ṭhākura Bhaktivinoda. Todo el bosque estaba electrificado
debido a su llegada y parecía especialmente hermoso. Luego, junto con sus seguidores fue a Māyāpura y visitó muchos lugares sagrados como el
Yogapītha (el lugar de nacimiento del Señor Caitanya) y Śrīvasa-angana (el
lugar donde comenzó el movimiento de sankīrtana). Cuando llegó al Yogapiṭha, el cual había sido descubierto por Bhaktivinoda Ṭhākura,
empezó a bailar en éxtasis, aunque era muy anciano en ese entonces y estaba
incapacitado de caminar. De esa manera, él estableció la autenticidad del lugar
más allá de cualquier duda. Estuvo algún tiempo en el Yogapitha en asociación
con Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura, y
milagrosamente curó a uno de los hijos del Ṭhākura de una enfermedad en la piel
simplemente diciéndole que se revolcara en el polvo del lugar de la
aparición del Señor.
Él pasó la mayoría del tiempo cantando el Santo Nombre en la orillas
del Ganges, en Kuliyā.
Allí se pueden ver todavía su bhajana-kuṭira y su samādhi. Un día le solicitó a Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura que
construyese una galería, a fin de refugiar a los devotos que venían a verlo, lo cual el Ṭhākura hizo inmediatamente.
Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura era bien versado en astronomía desde
la edad de doce años. Sabiendo de esto, Bābājī Mahārāja lo llamó un día y le
instruyó que hiciese un calendario vaiṣṇava el cual debería incluir los
días de aparición y desaparición de todos los asociados
del Śrī Caitanya Mahāprabhu y Viṣṇupriyā Ṭhākurāṇī. De esa manera, Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura hizo los cálculos necesarios y empezó la
publicación del Śrī
Navadvīpa-pañcika.
La vida y alma de Jagannātha dāsa Bābājī era el canto del santo nombre
y ejecutar servicio a los vaiṣṇavas. El
vivió en este mundo por 147 años (de acuerdo al Gaura-pariṣada-caritāvalī) y predicó el
santo nombre de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Aunque estaba prácticamente doblado en su vejez,
aun así en los momentos del kīrtana, su cuerpo se expandía y se paraba,
y parecía como una réplica de la figura danzante de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Su discípulo favorito fue Bhāgavata dāsa Bābājī, quien había
aceptado iniciación bābājī de él. Gaura-kiśora dāsa Bābājī tomó iniciación bābājī
de Śrīla Bhāgavata dāsa Bābājī Mahārāja. Gaurahari dāsa Bābājī, Rāmahāri dāsa Bābājī
y Nityānanda dāsa Bābājī, fueron discípulos
de Jagannātha dāsa Bābājī, quien permanecía en Barṣāṇa en Vraja-maṇḍala. Otro discípulo, llamado Kṛṣṇa dāsa Bābājī, era de Kadamakhaṇḍi. El discípulo y sirviente personal de Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī Mahārāja, Śrī Bihārī
dāsa, era muy contundente y poderoso. Debido a la avanzada edad de Bābājī Mahārāja,
aparentemente él no podía caminar, Śrī Bihārī solía cargarlo sobre sus hombros
en una canasta de bambú, dondequiera que él solía ir. Una vez, mientras estaba
viajando de esa manera, un hombre rico le dio una rupia, la cual fue entregada
al sirviente de Bābājī Mahārāja, Bihārī. Después de estar viajando por algunos
kilómetros, Śrīla Bābājī Mahārāja hizo que su sirviente devolviera al donante
su rupia. Él le dijo al hombre, "Entiendo que tienes una buena cantidad de
dinero. Yo no puedo tolerar el peso de una rupia, y no me explico como tú
puedes tolerar el peso de tantas rupias". Bābājī Mahārāja a veces aceptaba donaciones para rendir servicio a los vaiṣṇavas,
pero en esta ocasión instintivamente exhibió su desapego, mostrando
cómo uno debe estar alerta en aceptar caridad de hombres de clase adinerada.
Inspirados por Bihārī dāsa, los pobladores de Sūrya-kuṇḍa construyeron un cuarto y un pequeño templo para Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī Mahārāja.
El siddha-bābā le pidió a Bihārī dāsa que instalara una
Deidad en el templo. Al recibir esta orden, Bihārī se fue al pueblo de
Sonaruddi, el cual estaba a ocho millas de Katoa. Él le pidió al terrateniente
local que le diera una Deidad. De esta manera, él recibió la Deidad de Gaura-Nitāī.
Luego fue a Calcutta y colectó donaciones, alcanzando totalizar 5.000 rupias de
Śrīnath Rai. Luego regresó a Sūrya-kuṇḍa. Con gran pompa y festividad, las Deidades de Śrī Śrī
Gaura-Nitāī fueron instalados en el templo, donde Ellos brillaban como el oro.
Poco después de esto, una noche una banda de ladrones atentaron contra el
templo e intentaron llevarse las Deidades, pensando que eran de oro. Sin
embargo, no tuvieron éxito en su intento de robarse a los Señores Dorados, y
cayeron completamente exhaustos en el templo. Al fin escaparon sin alcanzar su meta, justo antes del amanecer. Este
incidente perturbó grandemente a Bābājī Mahārāja, que le dijo a Bihārī dāsa que donara las Deidades
a algún devoto en Vṛndāvana. Bihārī dāsa fue
al pueblo de Vṛndāvana, y presentó las Deidades a un gosvāmī de
origen bengalí. Estas Deidades todavía están siendo adoradas en el templo
de Dhobigti de Gopalbagh y son conocidas con el nombre de Sonar Gaura, es decir
el Gaura Dorado.
Algunos días después de este incidente, Śrīla Bābājī Mahārāja dijo a Bihārī
dāsa, "No puedo vivir sin
Deidades. Trae otras Deidades de cualquier lugar donde Las puedas encontrar".
Escuchando esta orden de su guru-mahārāja, Bihārī se fue al Rādhā-kuṇḍa, y se encontró con Śrī Dhenu dāsa Bābājī, de Mathura. Ahí en el Rādhā-kuṇḍa, en una pila de forraje que había sido reunida para alimentar a las
vacas, descubrieron una Deidad de Saḍ-bhuja, la forma de seis brazos
del Señor Rāmacandra, Señor Kṛṣṇacandra y el Señor Caitanya Mahāprabhu
combinados. Ahora Bihārī dāsa tenía una Deidad apropiadamente pintada en Vṛndāvana,
así que regresó a Surya-kuṇḍa con gran entusiasmo. La hermosa forma del Señor
fue instalada de acuerdo a las ordenanzas de las Escrituras, y Śrīla Bābājī Mahārāja
La adoró él mismo por diez años.
Al término de una década, Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī Mahārāja fue
inspirado a irse a Navadvīpa, y le pidió a Bihārī dāsa que entregase la Deidad
a alguien en Vṛndāvana. Bihārī dāsa se fue a Vṛndāvana, y dio la Deidad a un
sacerdote del Gopāla-guru-āśrama, quien era conocido como Śrī Narottama dāsa Bābājī.
El Señor en Su forma de seis brazos ha sido adorado hasta el día de hoy en el
templo de Saḍ-bhuja, situado cerca de Nidhuvana.
Bihārī entonces llevó a su guru-mahārāja sobre sus hombros a la
estación de trenes de Mathurā, y abordaron el tren hacia Navadvīpa. Cuando
llegaron a la estación Memri en Bardhawan, un oficial británico del ferrocarril
quedó tan impresionado por la simplicidad y naturaleza bienaventurada de Śrīla Bābājī
Mahārāja, que los ayudó de muchas maneras. Los acomodó bien en el tren, luego
alquiló una carreta y los llevó en presencia de una alma pura llamada Śrī
Bhagavan dāsa Bābājī, quien vivía en Ambikā-Kalna en Bengal. Esta gran alma
estaba complacida extremadamente al ver a Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī Mahārāja,
y en un estado de exaltación trascendental, exclamó, “¡Oh, mi amigo ha venido!”.
De esta manera él abrazó a Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī. Ambos cayeron en el
piso en un estado de profundo éxtasis trascendental y perdieron el
conocimiento, sumergiéndose en un trance espiritual impenetrable. Permanecieron
inmóviles, encerrados en su abrazo de amistad amorosa, desde las diez de la
mañana hasta las once de la noche. Los sirvientes de los dos siddha-bābās empezaron a sentirse inquietos
y Śrī Viṣṇudāsa, el sirviente de Śrī Bhagavān dāsa Bābājī Mahārāja, le pidió a Śrī
Bihārī dāsa que hiciese algo para regresarlos a su conciencia externa. Bihārī dāsa
empezó a masajear el pecho de su guru y empezó a cantar el mahā-mantra
—y así ambos siddha-bābās regresaron a su conciencia externa y luego se levantaron. Śrīla
Jagannātha dāsa Bābājī no había comido ni bebido durante su viaje de tres días,
y el prasāda fue arreglado a la
medianoche para que rompiese su ayuno. Seguidamente se fueron a dormir.
Después de permanecer en Kalna por diez días, Jagannātha dāsa Prabhu
decidió continuar su viaje a Navadvīpa en una carreta. Bhagavān dāsa Bābājī
solamente tenía dieciocho rupias en su poder, pero insistió en dárselas a Jagannātha
dāsa Bābājī para su viaje, lo cual él
aceptó felizmente. En el viaje, Bihārī le preguntó si se quedarían en Navadvīpa, y le sugirió alojarse en un āśrama grande
y popular llamado Bada-akhara. Śrīla Bābājī Mahārāja respondió, “No, no
nos vamos a alojar en ningún āśrama. Vamos a quedarnos bajo algún
árbol”. Y así permanecieron bajo un árbol por algún tiempo, pero luego un
devoto llamado Śrī Mādhava Datta
compró el terreno adyacente al árbol, y lo donó al bābājī. Un año
después, Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura construyó dos pequeñas cabañas para él. Un
terrateniente famoso llamado Rājarṣi Śrī Vanamāli Rāi, construyó tres cabañas más y un muro que
rodeaba todo el terreno. Una anciana muy
rica hizo construir un pozo para beber agua. El bābājī
permaneció en Kuliyā por treinta y dos años. De acuerdo al Gauḍiya-vaiṣṇava-jīvana él vivió hasta la edad de 147 años, después de lo cual entró
a los pasatiempos del Señor.
El solía seguir estricta y regularmente los votos de caturmāsya (los cuatro
meses de la estación lluviosa). Durante el primer mes, comía solamente cuatro
bananos cada día. En el segundo mes, solamente tomaba guayabas. En el tercer mes,
bebía solamente un poco de leche batida cada día. Y durante el cuarto mes
consumía solamente las flores del árbol de banano.
Una vez fue a Rishikesh para purificar su canto, y allí ejecutó la
práctica purificadera llamada puraṣcaraṇa. Esta
penitencia tenía que ser realizada con extrema rigidez. Él solía bañarse a las
tres de la mañana y cantar encerrado en un cuarto hasta la salida del sol, sin hablar ni comer. Para completar el voto
apropiadamente, se debe tomar un baño después de cada llamado de la naturaleza
y después de pasar aire. Una vez, después de observar este régimen durante dos
meses, le habló inadvertidamente a Bihārī dāsa. Entonces empezó nuevamente todo el proceso, y su voto (que podría
haber sido completado en tres meses) fue cumplido en nueve. Luego de eso
dijo que si uno quería tener el darśana
del Señor Kṛṣṇa como Śrī Caitanya
Mahaprabhu, debería realizar puraṣcaraṇa de esta manera.
Bābājī Mahārāja una vez aceptó un poco de pan
de una persona que pertenecía a la casta de barrenderos en Vṛndāvana. Esta acción fue
muy criticada por la comunidad vaiṣṇava local. Muchas personas se le acercaron y le retaron a que
explicase esta acción. El respondió, “¿Ustedes
saben quiénes son estos barrenderos? Antes de aparecer en Vraja-dhāma, el Señor Kṛṣṇa
pidió a 88.000 sabios que tomaran su nacimiento ahí, y ellos nacieron en
familias de clase baja. Los devotos residen
en Vraja-dhāma simplemente para
obtener la oportunidad de untar sus
cuerpos con su polvo, y abandonar sus cuerpos ahí. Estos barrenderos están
siempre sirviendo al polvo de Vṛndāvana. Por lo tanto, yo me he dirigido
a ellos como sirviente de Vraja-dhāma y veo que no son diferentes de cualquier otro vaiṣṇava”.
Después de este incidente, el bābājī
decidió cantar en un sitio privado, y se fue a un lugar llamado Pesi
Kadamba-khaṇḍi, el cual estaba a muchos kilómetros lejos de
cualquier pueblo, cerca de Khaṇḍīrvāna, que es uno de los doce bosques de Vraja. Él y Bihārī pasaron el dāśami y ekādaśī ahí, ayunando completamente. En la mañana del dvādaśī, Bihārī empezó a pensar que Śrīla
Bābājī Mahārāja había venido a un lugar donde no había nada para comer, y que
el ayuno de ekādaśī no sería roto apropiadamente tomando prasáda
hecho de granos. Sin embargo, el bābājī ordenó a Bihārī que cantase el mahā-mantra fuertemente acompañado de kāratālas, y antes
del medio día, un vrajavāsī vino y les dejó granos para que preparasen prasāda.
A partir de ese día les fueron traídas grandes cantidades de leche.
Dondequiera que iban, milagrosamente encontraban prasāda para
ellos. Una vez, en Navadvipa, sucedió una situación similar en la estación
lluviosa. Toda la ciudad estaba inundada con
el agua del Ganges, y continuó lloviendo pesadamente por una semana. Nadie podía
salir a ningún lugar. De repente, cuatro personas aparecieron en un pequeño
bote, y donaron a Bābājī Mahārāja veinte
kilogramos de arroz plano, yogurt y sandeśa.
Mientras vivía en Navadvīpa, se volvió objeto de gran afecto y clamor.
En una ocasión, el renombrado terrateniente Śrīnāth Rāi y muchos miembros de su
familia fueron a tener una audiencia
con esta persona santa y famosa. No reconociéndolo, ellos le preguntaron si
sabía donde vivía el famoso siddha bābā.
Śrīla Bābājī Mahārāja respondió, “Aquí no conozco a nadie que sea un
siddha bābā. Yo vivo aquí, pero yo soy una entidad viviente simple y
ordinaria como cualquiera de ustedes”. Entonces los Rāis entendieron que en realidad se estaban dirigiendo a Śrīla Bābājī
Mahārāja, quien estaba completamente libre de cualquier deseo de reconocimiento
o fama. Sin embargo, ellos humildemente le pidieron que les mostrara un
milagro. Perturbado por esto, el bābājī
declaró, “Yo no sé cómo realizar milagros”. Entonces levantó un palo y empezó a golpear sobre el piso,
aparentemente fuera de sí. El
terrateniente, temeroso de haber cometido alguna ofensa, le pidió al bābājī que no se
enojara con ellos por haberle hecho un
pedido que no le resultaba placentero.
Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī respondió, “No estoy molesto con ustedes,
simplemente estaba castigando un chivo que estaba comiendo una planta de tulasī que se
encuentra en la cabaña de Śrīla Lokanatha Gosvami en el Rādhā-kunda”.
Los Rāis quedaron muy sorprendidos al escuchar esto, entonces por
curiosidad, y para probar la veracidad de lo que había dicho, inmediatamente
enviaron un telegrama al Rādhā-kunda. La respuesta llegó al día siguiente, y
confirmó que un chivo había entrado a la cabaña de Śrīla Lokanātha Gosvāmī, y
había dañado una planta de tulasī. Este incidente convenció a muchas personas que dudaban de la perfección del
bābājī. Ellos regresaron a verlo y
cayeron a sus pies para ofrecerle
reverencias. Los devotos perfectos del Señor, estando desinteresados en el
universo material, nunca desean hacer una exhibición de poderes o milagros. Sin
embargo, para incrementar la fe de las criaturas mundanas y para su edificación
a veces son inspirados por el Señor en su corazón y realizan algunos actos
supramundanos.
Una vez, mientras residía en Navadvīpa, Śrī Bihārī dāsa se enfermó
seriamente. Estaba sufriendo una fiebre severa que lo hacía delirar, y
periódicamente colapsaba y perdía la conciencia. Un médico experto fue traído
desde Calcutta y declaró que la enfermedad estaba demasiado avanzada para que
respondiera al tratamiento. Predijo que Bihārī expiraría antes del amanecer. Śrīla
Jagannātha dāsa Bābājī Mahārāja entonces se sentó al lado de su querido
sirviente, y puso una hoja de tulasī
santificada en su boca, y empezó a cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa. En
una hora y media, Bihārī estaba curado. Se levantó de su cama y se fue a la
cocina a preparar prasāda, sabiendo que Śrīla Bābājī Mahārāja había
ayunado durante la enfermedad de su sirviente, y que no comía nada que no fuese
preparado por él.
Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī solía decir que el mejor momento para cantar
era desde las tres de la mañana hasta las siete, y nuevamente, desde la puesta
del sol hasta las once de la noche. Él declaró que ningún devoto serio debería
dormir durante estas horas, ya que en ese lapso de tiempo el Señor Śiva viene a
inspeccionar a los devotos de su guru, el Señor Kṛṣṇa.
Aunque el bābājī no podía
caminar apropiadamente durante sus últimos años, aun así bailaba entusiasmado
durante la ejecución de saṅkīrtana. Su cuerpo se expandía mientras danzaba. Hasta los últimos días de su
vida ofrecía mil reverencias a su Deidad Giridhārī. A él no le gustaba la idea
de dejar algún prasāda en su plato, y si pensaba que alguien iba a comer
sus remanentes, consumía hasta la última pizca, inclusive si el plato era hecho
de una hoja para prevenirlo.
Śrī Bihārī dāsa era iletrado, ni siquiera sabía el alfabeto. Un día Śrīla
Bābājī Mahārāja le pidió que le leyera el Śrī Caitanya-caritāmṛta. Cuando Bihārī
le recordó a su guru-mahārāja de su ignorancia, el bābājī le pidió que simplemente mirase
el libro por un tiempo, y que entonces empezase a cantar sus versos. Luego de
unos minutos, Bihārī dāsa empezó a recitar los pasatiempos del Señor Caitanya
de las páginas del Śrī Caicanya-caritāmṛta.
Cada vez que él iba a Calcutta, se hospedaba en la
casa de Bhaktivinoda Ṭhākura en Maniktala
Street. Muchos devotos trataron de llevárselo a sus hogares para darle prasāda,
pero él nunca aceptó sus
invitaciones. Él donó una govardhana-śilā a Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura, quien La adoró en su Bhakti Bhavan.
La visión de Śrīla Bābājī Mahārāja disminuyó
debido a la vejez, y las personas que venían a verlo solían ofrecerle donaciones. Śrī Bihārī dāsa guardaba las
contribuciones en un pote de barro vacío. Un día, Bābājī Mahārāja le ordenó: “Bihārī,
dame todas las donaciones que has
recibido”. Bihārī a veces separaba algo del dinero para las necesidades del Bābājī
Mahārāja. Pero Jagannātha dāsa Bābājī inmediatamente sacaba la cuenta
exacta y sabía lo que faltaba y le pedía que lo devolviera; Bihārī se reía, e
inmediatamente se quejaba. Bābājī Mahārāja
solía gastar su colecta de acuerdo a sus propios trascendentales deseos. Una
vez compró rasagullās por un valor de 200 rupias para
las vacas de Navadvīpa-dhāma —y en
esos días era una enorme cantidad de bolitas dulces.
En otra ocasión, una perra parió cinco perritos en las orillas del
Ganges, cerca del bhajana-kuṭira de Bābājī Mahārāja.
Cuando el sabio se sentó a tomar prasāda, los perros se sentaron
alrededor de su plato. Bihārī trató de mover a los perritos, pero Bābājī Mahārāja
le dijo, “Saca mi plato”. Esto molestó a Bihārī, que exclamó: “¡Estos perros!”.
Bābājī Mahārāja le dijo fuertemente:
“¡Ellos son los perros del dhāma!”.
Muchas personas solían acercarse a Bābājī Mahārāja, y le rogaban ser
iniciadas por él, pero generalmente no las aceptaba. Sin embargo les pedía que
rindieran alguna clase de servicio. La mayoría de ellos se iban, por la presión
de ser ocupados fuertemente por él. Un caballero en particular, Śrī Gaura Hari dāsa, vino para
pedirle iniciación, pero Bābājī Mahārāja rehusó aceptarlo. Debido a eso, Gaura
Hari ayunó tres días frente a la cabaña del paramahaṁsa. Finalmente, Bābājī
Mahārāja le otorgó su misericordia, y le dio iniciación bābājī.
Una vez le dijo a un recitador profesional del Śrīmad-Bhāgavatam, “su conferencia sobre el Bhāgavatam es lo mismo que el negocio de una prostituta.
Aquellos que recitan el Bhāgavatam como un negocio, son ofensivos del santo nombre;
uno no debería escuchar a estas personas. Si alguien los escucha, simplemente
se va a degradar”. Este caballero cesó inmediatamente de dar sus conferencias y
se volvió un gran devoto, viviendo una existencia humilde en Vṛndāvana.
Śrīla Jagannātha dāsa Bābājī solía permanecer seis meses en Vraja y
seis meses en Navadvīpa-dhāma. De acuerdo al Gauḍiya-vaiṣṇava-jīvana, a la edad avanzada de 146 años, cuando estaba por viajar a Navadvipa desde el
Radha-kuṇḍa, muchos vrajavāsis y otros vaiṣṇavas le fueron a preguntar
porqué estaba abandonando el Vraja-dhama a esa edad tan avanzada. De una manera
muy humilde, y en un humor trascendentalmente deprimido, él respondió: “Todos
ustedes pueden permanecer aquí en Vraja-dhāma
debido a que son todos vaiṣṇavas puros. Yo soy muy ofensivo, por lo
tanto es mejor que me vaya a Navadvīpa. Sus Señorías Śrī Śrī Gaura-Nitāī no
toman en cuenta las ofensas de uno, ya que Ellos han aparecido para liberar a
todos los ofensores, pero aquí en Vraja-dhāma
las ofensas son tomadas en cuenta, y las reacciones son estrictamente
ejecutadas”. Este fue su último viaje a Navadvīpa-dhāma.
Pocos meses después de su llegada, el primer día de la luna nueva, en el mes de
Phalguna, la quincena antes del aniversario de la aparición del Señor Caitanya,
entró a los pasatiempos eternos del Señor.
Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura solía siempre llamar a Śrīla Bābājī Mahārāja,
vaiṣṇava-sārvabhauma —“el comandante en jefe de los vaiṣṇavas”.
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