Aceptar que somos ordinarios es extraordinario


A todos nos gusta pensar que somos especiales.

Y la sabiduría del Gītā está de acuerdo en que efectivamente lo somos. Espiritualmente, cada uno de nosotros es un alma única, un hijo querido de Kṛṣṇa que tiene un lugar distinto en Su corazón infinito.
Lamentablemente, sin embargo, no conocemos nuestra especialidad espiritual. Así que intentamos crearnos un nicho especial en el nivel material, tratando de alguna manera de dejar nuestra huella en el mundo.
Materialmente, todos tenemos nuestras características distintivas. Pero estos son temporales y duran, como máximo, una corta vida. Y materialmente todos estamos sujetos al mismo conjunto de fracasos y frustraciones. Todos somos propensos a las tentaciones mundanas: lujuria, ira, avaricia, envidia, orgullo e ilusión. Todos estamos condenados a la vejez, la enfermedad y la muerte. En última instancia, en el nivel material todos somos comunes y corrientes. Sólo una pequeña mancha tambaleante en el desfile de la vida material, donde miles de millones como nosotros nos han precedido y miles de millones como nosotros nos sucederán.
Aceptar que somos comunes y corrientes es un extraordinario paso adelante en nuestra evolución espiritual.
Extraordinario porque son muy pocas las personas que dan este paso; la mayoría de las personas están tan atrapadas en la esperanza de hacer algo especial en el nivel material que sólo uno entre miles explora el nivel espiritual, como indica el Bhagavad-gītā ( 7.03 ).
Y extraordinario también porque inicia el viaje que nos permite recuperar nuestra especialidad espiritual. Cuando utilizamos cualquier bien material que tengamos, ya sea ordinario o extraordinario, en el servicio devocional de Kṛṣṇa, purificamos nuestros corazones y ayudamos a sacar a la luz a la persona real – el yo espiritual – que yace enterrado dentro de nosotros. El verdadero yo que saborea el gozo supremo de amar y servir a Kṛṣṇa, y permite que otros disfruten ese gozo también.
Ése es el logro más extraordinario de la vida.
De muchos miles de hombres, puede que uno se esfuerce por la perfección, y de aquellos que han logrado la perfección, difícilmente uno Me conoce en verdad. – Bhagavad-gītā 7.3

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