No dejes que el deseo te engañe con el caballo de Troya de la duda


La inteligencia impulsada por la sabiduría de las Escrituras es nuestra defensa contra el deseo egocéntrico: nos ayuda a ver más allá de las falsas promesas del deseo. Cuando el deseo no puede penetrar nuestras defensas intelectuales, a veces envía la duda como un caballo de Troya.

Cuando rechazamos inteligentemente el deseo, a menudo nos felicitamos por nuestra inteligencia. En este modo intelectual de autocomplacencia, cuando estudiamos las Escrituras, las dudas parecen saltar sobre nosotros: la inteligencia se alegra ante la perspectiva de lidiar con ellas.
Pero nuestra inteligencia por sí sola no puede resolver todas las dudas. Cuando algunos puntos de las Escrituras no tienen sentido, la inteligencia comienza a cuestionar las Escrituras mismas. Esto debilita nuestra convicción sobre la enseñanza central de las Escrituras de practicar bhakti con diligencia. Cuando nuestro bhakti se vuelve tibio y vacilante, nuestra conexión interna con Kṛṣṇa, la fuente de toda felicidad, se pierde.
Debido al vacío interior resultante, nuestra necesidad innata de felicidad nos hace mirar hacia el placer exterior prometido por el deseo egocéntrico. Nuestras dudas sobre las Escrituras nos hacen dudar de su advertencia sobre lo engañoso de tal deseo. Así que bajamos nuestra guardia intelectual y sucumbimos a la misma indulgencia inducida por el deseo que repetidamente hemos experimentado como vacía y miserable. Lo que comenzó como una duda aparentemente inteligente termina como una entrega a un deseo poco inteligente. Así, la duda sirve como caballo de Troya del deseo.
Por supuesto, no todas las dudas son caballos de Troya del deseo. Tampoco podemos simplemente ignorar todas las dudas. Las preguntas válidas y sinceras pueden y deben aclararse consultando a maestros espirituales realizados. Pero independientemente de si las dudas se aclaran o no, no debemos permitir que disminuyan nuestro bhakti. ¿Por qué? Porque, en última instancia, las dudas sólo se eliminarán mediante la práctica del bhakti, como indica el Bhagavad-gītā ( 7.1 ).
Cuando perseveramos en el bhakti, el deseo no puede engañarnos a través de la duda y, finalmente, el bhakti nos llevará más allá de los deseos y las dudas.
La Suprema Personalidad de Dios dijo: Ahora oye, ¡oh, hijo de Pṛthā!, cómo mediante la práctica del yoga con plena conciencia de Mí, con la mente apegada a Mí, podrás conocerme por completo, libre de dudas. – Bhagavad-gītā 7.1

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