Bhagavad-gītā 7.15
El Bhagavad-gītā presenta una cosmovisión de mente abierta que integra a todas las personas, sin importar cuán diversos sean sus valores, metas y caminos. Según su nivel de evolución espiritual, el Gītā les asigna una posición apropiada en un continuo universal que se extiende hacia abajo hasta la total ignorancia espiritual y hacia arriba hasta la completa realización espiritual. El Gītā también les ofrece caminos espirituales personalizados según sus niveles para inspirarlos y facilitarles el ascenso en el continuo espiritual.
Al mismo tiempo, el Gītā no imagina vagamente que todos los niveles del continuo espiritual son iguales. Es por eso que ( 7.15 ) desaprueba inequívocamente mentalidades que violan la integridad espiritual y lo impulsan hacia abajo en el continuo espiritual. Aunque el Gītā reconoce la igualdad espiritual inherente de todos los seres humanos, incluso de todos los seres vivos, no confunde ingenuamente esa igualdad inherente con su actual condición de infección material.
Para comprender mejor esta categorización, podemos comparar la visión del Gītā de un Dios de mente amplia, Kṛṣṇa, con un médico que es tan compasivo como para abrir su clínica a todos los pacientes, sin importar cuán enfermos estén. Incluso les ofrece un tratamiento adaptado a sus inclinaciones para superar las reticencias que puedan tener a aceptar el tratamiento. Al mismo tiempo, Kṛṣṇa no equipara la condición de una persona mortalmente enferma con la de una persona vibrantemente sana. Tal igualación, en nombre de la apertura mental, condenaría al enfermo a una enfermedad perpetua.
Este tipo de igualación sentimental no sería una mentalidad abierta; sería una mente vacía. No es de extrañar entonces que no encontremos tal vaciedad en el Gītā, ya que está dedicado a ayudarnos a cada uno de nosotros a recuperar nuestra salud espiritual perdida y la vida eterna y gozosa de la misma.
Esos herejes que son sumamente necios, que son lo más bajo de la humanidad, a quienes la ilusión les ha robado el conocimiento y que participan de la naturaleza atea de los demonios, no se entregan a Mí. – Bhagavad-gītā 7.15
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