Bhagavad-gītā 7.16
El Dios que captamos se refiere a cómo entendemos a Dios - la concepción de Dios que hemos adquirido, ya sea por contemplación consciente o asimilación subconsciente basada en nuestra cultura y experiencias. Podemos concebirlo como un proveedor cósmico, o en el mundo mentalmente angustiado de hoy, como un terapeuta cósmico.
El Bhagavad-gītā (7.16) aprecia a las personas que acuden a Dios por cualquier motivo, incluso si son en gran medida mundanas y egocéntricas. Sin embargo, tal devoción no es sostenible porque es circunstancial. Si nuestro problema se resuelve, a partir de entonces consideramos que la devoción es innecesaria. O si nuestro problema no se resuelve, entonces consideramos que la devoción es irrelevante.
El Dios que nos agarra es el ser supremamente misericordioso que quiere nuestro bienestar último. Él ve nuestro ser completo: cuerpo, mente y alma. Y a veces hace algo que puede ser espiritualmente beneficioso para nosotros aunque sea física o psicológicamente doloroso.
Para evolucionar desde nuestra concepción de Dios hasta la revelación escritural de Dios, necesitamos estudiar las Escrituras con regularidad. A través de dicho estudio, entendemos las dos verdades: que este mundo es inevitablemente un lugar de angustia y que Dios es infaliblemente la fuente suprema de refugio y satisfacción.
El Bhagavad-gītā (7.19) afirma que la evolución espiritual a lo largo de muchas vidas nos permite entender a Kṛṣṇa como la encarnación y el cumplimiento de todo lo que encontramos atractivo en el mundo; cuando lo alcanzamos, entonces no hay nada más que alcanzar. Mediante esta comprensión nos volvemos incondicionales y enfocados en nuestra devoción a Él y así progresamos hacia la iluminación, la absorción y la satisfacción suprema.
Por lo tanto, la comprensión de las Escrituras nos ayuda a minimizar la frustración y la insatisfacción que nos sobrevienen durante nuestra práctica de la devoción, y nos ayuda a progresar constantemente hacia la máxima satisfacción de la absorción amorosa en el todo atractivo, todo amoroso y todo gozoso Señor de nuestro ser. corazón.
¡Oh, tú, el mejor de los Bhāratas [Arjuna]!, cuatro clases de hombres piadosos comienzan a prestarme servicio devocional: el afligido, el que desea riquezas, el indagador y aquel que busca conocimiento acerca del Absoluto. – Bhagavad-gītā 7.16
No hay comentarios:
Publicar un comentario