Bhagavad-gītā 7.27
Nos gusta tener igualdad de condiciones. Sin embargo, el mundo casi nunca ofrece igualdad de condiciones. Algunas personas tienen más riqueza, mejor apariencia y mayor inteligencia, por ejemplo, que otras.
Al ver esta desigualdad y sentir la inequidad, deseamos un nivelador. En los desinformados, este deseo se expresa como envidia. Resentidos por aquellos que están en mejores condiciones que ellos, los envidiosos fantasean perversamente con rebajarlos a su nivel. Por tanto, la envidia es un nivelador descendente. El Bhagavad-gītā ( 7.27 ) indica que la dualidad del deseo y la envidia provoca el engaño de todos los seres vivos, manteniéndolos obsesionados con las cosas materiales que tienen o les faltan.
Hay una forma más saludable de lograr igualdad de condiciones: a través de la devoción. La gran ventaja de la devoción como nivelador es que nivela hacia arriba: eleva nuestra conciencia al nivel espiritual de la realidad y nos permite percibir y saborear la igualdad espiritual de todos nosotros como partes amadas de Kṛṣṇa. Este igualitarismo de la devoción caracteriza no sólo su punto culminante sino también su punto de entrada. Es decir, no sólo declara iguales a todas las almas puras, sino que también abre sus puertas a la práctica del bhakti-yogaa todas las almas independientemente de su nivel de pureza, como indica el Gītā( 9.32 ).
Además, Kṛṣṇa está presente en los corazones de todos, independientemente de su riqueza o indigencia material. Se pone democráticamente a disposición de todos basándose únicamente en cuánto desean Su presencia.
Como somos seres esencialmente espirituales, la absorción en Kṛṣṇa proveniente de la devoción nos proporciona una satisfacción mucho mayor que el placer fugaz que proviene de la envidia de ver a aquellos que están por encima de nosotros caer a nuestro nivel o descender.
Al meditar así en la gloria de la devoción, podemos esforzarnos por cultivar este ennoblecedor nivelador ascendente.
¡Oh, vástago de Bharata!, ¡oh, conquistador del enemigo!, todas las entidades vivientes nacen en el seno de la ilusión, confundidas por las dualidades que surgen del deseo y el odio. – Bhagavad-gītā 7.27
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