Los que piensan que no son propensos al mal son los más propensos al mal


Bhagavad-gītā 7.14

Venciendo la tentación
Cuando vemos a alguien haciendo algo horrible, podemos sentir repugnancia: “¡Qué asco! Yo nunca haría algo así”.
El shock al ver a la gente hacer cosas malas es comprensible y deseable. Aún así, la presunción de que estamos muy por encima de tales acciones puede ser injustificada e insegura.
Dentro de nosotros existe un lado oscuro: las impresiones acumuladas de las acciones cuestionables que hemos realizado en el pasado, en esta y en vidas anteriores. Y fuera de nosotros existen una serie de tentaciones que pueden activar nuestro lado oscuro. A través de esas impresiones internas y tentaciones externas, todos somos el objetivo de las formidables fuerzas de la ilusión (Bhagavad-gītā 7.14). Estas fuerzas están constantemente atacando, tratando de encontrar alguna grieta en nuestra armadura interior. Y una grieta evidente es la complacencia, la noción de que no somos propensos al mal. Lo que esa complacencia ignora es la estrategia de ataque de la ilusión, que es insidiosamente incremental.
Inicialmente, la ilusión no nos tienta al mal, sino a transgresiones menores. Las impresiones resultantes se acumulan hasta que, finalmente, nos impulsan a hacer cosas que antes habríamos descartado como desagradables. Por ejemplo, aquellos que se inyectan por primera vez una droga nunca piensan que dentro de unos meses estarían robando para conseguir dinero para su próxima inyección. Pero sucede más a menudo de lo que pensamos.
Alguien puede objetar: "Pero si no tengo impresiones que me inclinen hacia una tentación particular, ¿no puedo decir que estoy a salvo de ella?". Tal vez sí, tal vez no. El fruto prohibido a veces parece el más fascinante. Dado que la cultura materialista actual arroja frutos prohibidos a nuestro alrededor, es posible que no seamos tan inmunes como pensamos.
Al recordar que todos somos propensos al mal, podemos protegernos cautelosamente de las tentaciones que nos llevan al mal.
Piénsalo:
· ¿Cómo somos todos el blanco de las fuerzas de la ilusión?
· ¿Cómo podemos terminar haciendo cosas que normalmente nos resultarían desagradables?
· ¿De qué tentación debes protegerte?
Esta energía divina Mía, integrada por las tres modalidades de la naturaleza material, es difícil de superar. Pero aquellos que se han entregado a Mí, pueden atravesarla fácilmente. Bhagavad-gītā 7.14

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