Bhagavad-gītā 8.22
El Bhagavad-gītā declara repetidamente que Kṛṣṇa puede ser conocido sólo a través de la devoción, como en el 8.22 , 11.53 – 11.54 , 18.55 , por ejemplo.
¿Por qué la devoción es el único medio para la comprensión?
Porque Kṛṣṇa es trascendental a todas nuestras concepciones y categorías materiales, y por eso Su grandeza y dulzura sólo pueden ser verdaderamente disfrutadas cuando nos volvemos trascendentales a tales nociones –o al menos comenzamos diligentemente el proceso para alcanzar tal trascendencia-. Si no practicamos ese proceso purificatorio, tendemos a encasillarlo en el armario de nuestras categorías conceptuales existentes al verlo como un dios hindú, un vidente poético, un diplomático astuto, un mito del sur de la India, un Maquiavelo de la India o un Casanova pseudorreligioso.
Al asignarle a Kṛṣṇa un lugar en nuestro marco conceptual, podemos darnos una palmadita en la espalda por haberlo comprendido. Pero esa palmadita puede ser un clavo en el ataúd de nuestras perspectivas devocionales si nos priva del impulso para explorar el misterio divino más profundamente y, por lo tanto, nos niega el sabor de la dulzura de la devoción pura. El Bhagavad-gītā ( 3.32 ) advierte que una actitud envidiosa y crítica puede embotar todo nuestro conocimiento y dejarnos engañados.
¿Significa esto que tenemos que rechazar nuestra inteligencia para entender a Kṛṣṇa?
No, en absoluto. Simplemente tenemos que subordinar la inteligencia al proceso del bhakti-yoga, siendo pacientes y diligentes para que la revelación experiencial nos conceda la comprensión de las cosas que la deliberación intelectual no logra comprender.
El Bhagavad-gītā ( 18.70 ) asegura que cuando utilizamos nuestra inteligencia en un estado de ánimo de servicio sumiso y apertura espiritual, el estudio de Kṛṣṇa se redefine como una forma de adoración con la parafernalia de la inteligencia, abriendo así nuestro corazón para saborear Su suprema dulzura.
A la Suprema Personalidad de Dios, quien es más grande que todos, se lo consigue mediante la devoción pura. Aunque Él se encuentra en Su morada, es omnipresente, y todo está situado dentro de Él. – Bhagavad-gītā 8.22
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