Bhagavad-gītā 2.68
En la sociedad actual vivir sin tecnología es casi imposible. Como aspirantes a devotos que vivimos en una sociedad tecnocéntrica, normalmente pensamos en la tecnología como una herramienta neutral que puede usarse con fines devocionales.
Lo que quizás no nos demos cuenta es que nuestra relación con la tecnología no es unidireccional, sino bidireccional. No somos nosotros solos los que utilizamos la tecnología, la tecnología también nos utiliza.
¿Cómo?
La tecnología está profunda, incluso estrechamente, asociada con ciertos usos. Por ejemplo, la televisión se utiliza tan ampliamente como entretenimiento materialista que su uso para ver programas espirituales, aunque hipotéticamente posible, es prácticamente raro. Incluso cuando lo usamos espiritualmente, podemos sucumbir a usarlo sensualmente en cualquier momento. Después de todo, la tentación está a sólo un clic de distancia, siempre.
Somos especialmente vulnerables a tales tentaciones porque los usos materialistas de la tecnología se comercializan de manera mucho más agresiva que sus usos espirituales. Además, para utilizar la tecnología, a menudo tenemos que colocarnos en la zona de tentación, un ambiente cultural que nos inyecta deseos materiales. Debido a estas influencias sutiles pero fuertes, a veces nos dejamos llevar y desperdiciamos nuestro tiempo irreemplazable en indulgencias antidevocionales. Así acabamos siendo utilizados por la tecnología. Es decir, terminamos explotados por aquellos materialistas que utilizan la tecnología para hacerse con nuestro tiempo, corazón y finalmente dinero.
Para utilizar la tecnología de forma segura, debemos adoptar las medidas de autoprotección descritas por la sabiduría del Gītā. En primer lugar, debemos conectarnos regularmente con Kṛṣṇa a través de actividades devocionales exclusivas que nos recuerden el propósito devocional de todo, incluida la tecnología. Y en segundo lugar, siempre que estemos en una zona de tentación, debemos vigilar concienzudamente nuestra mente y nuestros sentidos, como se indica en el Gītā (2.68). Sólo entonces seremos capaces de impedir que las influencias materialistas asociadas con la tecnología saboteen nuestras intenciones devocionales.
Por lo tanto, ¡oh, tú, el de los poderosos brazos!, todo aquel cuyos sentidos están apartados de sus objetos, tiene sin duda una inteligencia firmemente establecida. – Bhagavad-gītā 2.68
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