Bhagavad-gītā 6.5
Es posible que queramos llegar a ser conscientes, pero que no sepamos claramente cómo hacerlo. He aquí tres pasos tangibles que todos podemos adoptar según nuestra capacidad:
Tomar conciencia de nuestros actos: Una forma de lograr esa conciencia es cultivar el hábito de convertirnos en observadores de nosotros mismos. Para ello, resulta especialmente enriquecedora la idea del Gītāde que somos seres espirituales distintos de nuestros cuerpos físicos. De hecho, el Bhagavad-gītā nos insta a mirarnos a nosotros mismos desde la perspectiva de un observador desapegado (14.23).
Tomar conciencia de nuestras intenciones: Cuando nos damos cuenta de que nuestras acciones no están alineadas con nuestras intenciones, esta toma de conciencia nos lleva a la introspección. Examinamos nuestras intenciones para evaluar hasta qué punto son sólidas y fuertes. Así, aprendemos a distinguir entre las intenciones nominales que nos limitamos a enunciar y las intenciones serias que realmente atesoramos.
Salvar constructivamente la distancia entre nuestras acciones y nuestras intenciones: Podemos salvar esta distancia de dos maneras: en primer lugar, alineando nuestro exterior con nuestro interior; en segundo lugar, alineando nuestro interior con nuestro exterior. Consideremos el primer escenario. En las ocasiones en las que reconocemos que nuestras acciones no son beneficiosas, ni siquiera agradables, podemos decidir abandonarlas. Por ejemplo, mientras vemos la televisión, podemos consumir sin pensar comida rápida sin siquiera probarla o disfrutarla, y mucho menos considerar las calorías que consumimos o el impacto de ese consumo en nuestro peso y nuestra salud. Si hacemos una breve pausa, seremos más conscientes de nosotros mismos, lo que puede impulsarnos a dejar de comer o, al menos, a optar por alimentos más sanos.
Consideremos el segundo escenario, en el que alineamos nuestro interior con nuestro exterior. Supongamos que vamos corriendo de una parte de la ciudad a otra. Pero por el camino nos fijamos en un parque tranquilo y colorido que pasamos por alto debido a nuestras prisas. Al contemplarlo brevemente, podemos reconocer que nuestro próximo compromiso no es tan importante o urgente como para prohibirnos invertir unos momentos en saborear la serenidad y belleza del parque.
Instándonos a ser conscientes, el Gītā (6.5) recomienda elegir un curso de acción prudente que nos ayude a evitar la autodegradación y a lograr una autotransformación positiva.
Conclusión:
La atención plena nos ayuda a ser conscientes de lo que realmente estamos haciendo, a contemplar lo que en realidad queremos hacer y a salvar constructivamente la distancia entre ambas cosas.
Piensa en ello:
¿Cómo podemos ser más conscientes de nuestros actos?
¿Cómo podemos ser más conscientes de nuestras intenciones?
¿Cómo podemos salvar la distancia entre ambas?
Uno debe liberarse con la ayuda de la mente, y no degradarse. La mente es la amiga del alma condicionada, así como también su enemiga – Bhagavad-gītā 6.5
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