Bhagavad-gītā 10.6
Uno de los aspectos más entrañables de la concepción de Dios revelada en la tradición védica es que Él no permite que Su grandeza cree una gran distancia entre Él y nosotros. Él se hace accesible manifestándose en este mundo en diversas formas, específicamente las formas que son atractivas según las concepciones contemporáneas de la atracción.
Así, Kṛṣṇa se manifiesta en una de las dinastías más poderosas de Su época: la dinastía Yadu. Y sin embargo, incluso cuando aparece como un vástago de esa dinastía, sigue siendo eterno y trascendental.
El Bhāgavatam da el ejemplo de que, así como el sándalo se puede encontrar en cualquier lugar, pero se encuentra especialmente en el lugar conocido como Malaya, de manera similar, el Señor puede aparecer en cualquier dinastía, pero elige aparecer en la dinastía de los Yadus. Así como el sándalo no pertenece solo a la región de Malaya, el Señor no pertenece solo a la dinastía Yadu.
Así, el Bhagavad-gītā (10.6) afirma que Kṛṣṇa es la fuente de todos los progenitores del universo, de quienes, a su debido tiempo, todo el universo se pobló. Esto implica que Kṛṣṇa es la fuente de todas las dinastías que existían en la época en que se pronunció el Bhagavad-gītā y, de hecho, de todas las dinastías que existieron en todos los tiempos y en todas partes.
En la medida en que nos detengamos en la omnipresencia de Su posición suprema, en esa misma medida podremos apreciar la extraordinaria accesibilidad de Su manifestación en Su forma de dos manos.
Así como el Sol sale por la dirección oriental, pero no nació en esa dirección, de manera similar, la dinastía en la que aparece Kṛṣṇa es el canal de la manifestación, no la causa de la creación.
Al apreciar así cómo la fuente de todo se hace misericordiosamente accesible a nosotros, podemos aumentar nuestro afecto puro por Él.
La inteligencia, el conocimiento, la ausencia de duda y engaño, la indulgencia, la veracidad, el control de los sentidos, el control de la mente, la felicidad, la aflicción, el nacimiento, la muerte, el temor, la valentía, la no violencia, la ecuanimidad, la satisfacción, la austeridad, la caridad, la fama y la infamia, todas estas diversas cualidades de los seres vivos sólo son creadas por Mí. – Bhagavad-gītā 10.
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