Cuando la gente oye la palabra Dios, a menudo lo concibe como un Controlador Supremo. Kṛṣṇa es, en verdad, el controlador de todos los mundos, como afirma el Bhagavad-gītā ( 5.29 ). Pero el Bhagavad-gītā revela una comprensión de Kṛṣṇa según la cual Él es mucho más que el controlador supremo: es la fuente, el refugio y la cumbre de todo.
Fuente: El mundo ha visto a muchos grandes emperadores que controlaron vastas extensiones de tierra, tal vez incluso el mundo entero. Pero no importa cuán extenso sea su reino, ninguno de ellos creó todo lo que hay en él, ni engendró a toda su población. Kṛṣṇa, sin embargo, es la fuente de todo: todo lo que existe emana de Él, como declara el Bhagavad-gītā ( 10.8 ). Además, el Bhagavad-gītā ( 14.4 ) aclara que Él es el padre que aporta la semilla a todos los seres vivos.
Refugio: Kṛṣṇa no sólo controla todo desde lo alto o lo impregna todo horizontalmente con Sus energías, sino que también entra en todo, convirtiéndose así en Su refugio subyacente, como lo indica el Bhagavad-gītā ( 15.17 ). De hecho, el Bhagavad-gītā ( 10.39 ) proclama que nada puede existir sin Él.
Cumbre: Entre las innumerables cosas que existen, las que se destacan por su belleza, poder y atractivos atributos se consideran las mejores. Todas esas cosas superlativas obtienen su atractivo de Kṛṣṇa – el Bhagavad-gītā ( 10.41 ) anuncia que Él manifiesta una chispa de Su esplendor a través de ellas.
De este modo, Kṛṣṇa es mucho más grande y grandioso que cualquier noción estereotipada de Dios como controlador. Y ni siquiera esta comprensión expansiva de Kṛṣṇa incluye Su manifestación trascendental más elevada como la persona supremamente amorosa y supremamente adorable. Como Suprema Personalidad de Dios, Él es la encarnación y el cumplimiento de los deseos más preciados de nuestro corazón: el eterno y extático Señor de nuestro corazón.
No es de extrañar que el Bhagavad-gītā ( 10.7 ) declare que aquellos que comprenden las glorias de Kṛṣṇa se dedican a Él inquebrantablemente, indudablemente y de todo corazón.
Aquel que está verdaderamente convencido de esta opulencia y poder místico Míos, se dedica al servicio devocional puro; de esto no hay ninguna duda. – Bhagavad-gītā 10.7
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