El Bhagavad-gītā complementa la exposición verbal con una demostración visual


Bhagavad-gītā 11.8

El Bhagavad-gītā expone la inconcebible relación de Dios, Kṛṣṇa, con este mundo a través de dos versos paradójicos (9.4-5). Estos versos afirman que toda la existencia es sostenida por Kṛṣṇa (9.4), pero no es sostenida por Él (9.5). Y esta aparente contradicción se hace con un tono festivo: Kṛṣṇa dice: “Vean Mi opulencia mística”. Aquí, ver no se refiere a la visión, sino a la comprensión, como cuando alguien dice: “Entiendo lo que quieres decir”.
El tema subyacente de esta exposición verbal es que Dios no está agobiado por la existencia: permanece inmanente y, sin embargo, sigue siendo trascendente.
Lo que el Bhagavad-gītā expone en su capítulo noveno –la extraordinaria relación de Kṛṣṇa con este mundo– se demuestra en el capítulo once mediante la asombrosa revelación de la Forma Universal. Allí se describe que incluso cuando Kṛṣṇa permanece dentro del universo, el universo permanece dentro de Él; Él no está restringido por el universo incluso cuando entra en Él y parece ocupar un lugar particular y diminuto dentro de Él –sólo la posición del auriga en un carro en un campo en una ciudad en un país en un planeta dentro del universo. Y esta asombrosa revelación está precedida por la declaración (11.8): “Contempla la majestuosa opulencia de Mi forma”. Estos dos versos (9.5 y 11.8) tienen casi las mismas líneas finales excepto que la palabra yoga (9.5) es reemplazada por rupa (11.8). La opulencia que antes se veía intelectualmente ahora se ve visualmente.
La progresión del pensamiento del Bhagavad-gītā refleja nuestro progresivo viaje espiritual. Al principio, no podemos ver a Kṛṣṇa en Su forma personal; necesitamos ver, es decir, comprender Su gloria mediante el estudio del mensaje del Bhagavad-gītā. Con esta apreciación, podemos practicar el bhaktide manera constante, purificarnos y, finalmente, ver la forma personal de Kṛṣṇa.
Así, nuestro viaje sigue la trayectoria del Bhagavad-gītā: primero tenemos la exposición, luego la demostración.
Pero tú no puedes verme con tus ojos actuales. Por lo tanto, te doy ojos divinos. ¡Mira Mi opulencia mística!. – Bhagavad-gītā 11.8

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