Lo natural no es necesariamente deseable


Bhagavad-gītā 11.29

El Bhagavad-gītā ( 11.29 ), al describir cómo los guerreros en el campo de batalla de Kurukṣetra estaban condenados, compara a algunos de ellos con polillas que se precipitan hacia el fuego. Los comentaristas explican que a través de este ejemplo de autodestrucción voluntaria, el Bhagavad-gītā señala a guerreros como el malvado Duryodhana, que provocaron su propia destrucción por su depravación. El Bhagavad-gītā ( 11.28 ) los contrasta con guerreros como Bhīṣma, que se vieron empujados por las circunstancias a la guerra; esos guerreros reacios eran como ríos que son empujados hacia un océano por las fuerzas superiores de la naturaleza.
Por supuesto, algunas personas pueden argumentar que las polillas también actuaban naturalmente, su naturaleza las impulsaba hacia el fuego. Tales argumentadores tuvieron predecesores incluso en la época del Mahābhārata. Durante las negociaciones de paz antes de la guerra, Duryodhana, cuando se le reprochó su depravación, replicó que simplemente estaba actuando de acuerdo con su propia naturaleza: Si el Creador le había dado su naturaleza, ¿cuál fue su culpa?
El problema de este argumento es que el Creador también nos ha dado las Escrituras que nos enseñan que los humanos tenemos una naturaleza dual: una naturaleza superior y noble que proviene de nuestra esencia espiritual y una naturaleza inferior y vil que proviene de nuestro mecanismo psicofísico con sus muchas impresiones pasadas. Además, el Creador nos ha dado la inteligencia para entender que debemos elegir y fortalecer nuestra naturaleza superior, ya que sacará a la luz lo mejor de nuestro interior. Y debemos rechazar y debilitar nuestra naturaleza inferior, ya que sacará a la luz lo peor de nuestro interior.
La polilla no tiene la inteligencia necesaria para reconocer las desastrosas consecuencias de su atracción por el fuego, pero nosotros sí tenemos la inteligencia para prever las consecuencias de ceder a nuestra naturaleza inferior. Si aprendemos de las Escrituras, podemos evitar caer en el sofisma de que “lo natural es igual a lo deseable” y entrenar nuestra inteligencia para tomar decisiones saludables, promoviendo así nuestro bien último.
Veo a toda la gente precipitándose a toda velocidad hacia Tus bocas, como polillas que se lanzan a un fuego ardiente para ser destruidas. – Bhagavad-gītā 11.29

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