Bhagavad-gītā 13.26
Tememos perder lo que amamos. Y, en última instancia, tememos perder nuestra propia vida, la base para disfrutar de diversas cosas.
En nuestra juventud, la vida parece extenderse ante nosotros. Aunque las noticias de la muerte, repentinas y brutales, nos recuerden periódicamente nuestra mortalidad, ignoramos esos recordatorios y permanecemos absortos en nuestros objetivos temporales.
Pero con el paso de los años, nuestro cuerpo empieza a crujir y a desmoronarse. A medida que nuestra inminente mortalidad se vuelve cada vez más innegable, nuestros miedos aumentan: susurros desconcertantes se convierten en gritos aterradores. Intentando alejarnos de nuestros miedos, nos sumergimos en un sinfín de entretenimientos y distracciones.
Sin embargo, podemos hacer algo más que ocultar nuestros miedos; podemos curarlos. ¿Cómo? Con la medicina del sonido espiritual que se absorbe a través de los oídos. El Bhagavad-gītā (13.26) afirma que quienes se dedican a escuchar el conocimiento espiritual trascienden la muerte.
El sonido sagrado, tal como se expresa en textos de sabiduría como el Bhagavad-gītā, nos recuerda nuestra esencia eterna. Este recordatorio disminuye nuestros miedos, especialmente el miedo a la no existencia después de la muerte.
Además, escuchar sonidos sagrados es fundamental para el bhakti-yoga. Mediante la práctica constante del bhakti, alcanzamos la iluminación espiritual. Comprendemos nuestra indestructibilidad esencial y nos regocijamos en nuestra relación inquebrantable con nuestro Señor infalible, Kṛṣṇa, del cual somos partes eternamente. La práctica del bhakti nos infunde la convicción de que dondequiera que vayamos, Él estará con nosotros y nos protegerá. De hecho, incluso ahora, Él está con nosotros, dentro de nosotros. Y nos cuidará si simplemente aceptamos Su guía a través del sonido sagrado.
Con esta devoción tranquilizadora, nos desprendemos de nuestros apegos mundanos, disminuyendo así considerablemente nuestro miedo a perderlos. Y a medida que nos volvemos adeptos a la devoción, nos apegamos a Kṛṣṇa. Cuando aprendemos a disfrutar habitualmente de su recuerdo, nuestros miedos se disipan y desaparecen.
Además, existen aquellos que, aunque no están versados en el conocimiento espiritual, comienzan a adorar a la Persona Suprema al oír a otros hablar de Él. Debido a su tendencia a oír a las autoridades, ellos también trascienden la senda del nacimiento y la muerte. - Bhagavad-gītā 13.26
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