Cómo nos ve el mundo no es tan importante tal cómo nosotros vemos el mundo


Bhagavad-gītā 13.32

A menudo nos preocupa cómo nos ve el mundo: "¿Se fijan en mí? ¿Hacia dónde se giran las cabezas cuando llego?".

Este enfoque de afuera hacia adentro nos parece natural porque el mundo exterior parece mucho más fácil de conocer que nuestro yo interior. La escuela, los medios de comunicación y la cultura nos hablan del mundo. Pero ¿quién nos habla de nuestro yo? Prácticamente nadie. Como el interior es una zona desconcertantemente oscura, nos centramos en una zona que parece más iluminada: el exterior.

Este enfoque desde fuera hacia dentro nos hace sentir que no somos nadie si no podemos conseguir el asentimiento, la sonrisa o la palmadita del mundo. Desafortunadamente, lo que el mundo aprueba suele ser voluble y superficial: voluble porque cambia constantemente con las modas, y superficial porque no responde a nuestras necesidades más profundas. En consecuencia, nos sentimos angustiosamente inseguros, siempre dependientes del juicio inestable e insatisfactorio del mundo.

Si queremos estar seguros internamente, necesitamos adoptar un enfoque de adentro hacia afuera. La sabiduría del Bhagavad-gītā nos ayuda en esto al informarnos sistemáticamente sobre lo que yace en nuestro interior: el alma, el verdadero yo. El Bhagavad-gītā13.32 ) indica que como almas no tenemos nada que ver con el mundo; nuestra verdadera vida está en el servicio amoroso a Kṛṣṇa en el mundo espiritual eterno. Este conocimiento altera profundamente nuestra percepción del mundo que nos rodea. Lo vemos como una estación de paso en nuestro viaje a la morada de Kṛṣṇa. En lugar de agonizar sobre cómo nos ve el mundo, nos enfocamos en cómo lo vemos nosotros, cómo podemos usarlo para cultivar nuestra relación amorosa con Kṛṣṇa. Aprendemos a ver en cada situación mundana una oportunidad para servirlo y acercarnos a Él.  

Una vez que desarrollamos esta visión, podemos experimentar seguridad y serenidad incluso en medio de la incertidumbre del mundo.

Aquellos que tienen la visión de la eternidad pueden ver que el alma imperecedera es trascendental y eterna, y que se encuentra más allá de las modalidades de la naturaleza. Pese al contacto con el cuerpo material, ¡oh, Arjuna!, el alma ni hace nada, ni se enreda. - Bhagavad-gītā 13.32

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